Capítulo 48

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*Narra Samuel*

Llevo días evitando la caja, y creo que ya es hora de saber qué es. Estefanía está tranquila, por ahora, durmiendo en su cuna. Las manos me tiemblan sin parar, levanto la tapa y veo un montón de cartas. Tomo la primera y la leo.

Para el amor de mi vida:

Oh amor, no sé ni cómo empezar esta carta. Seguramente, cuando estés leyendo esto, habrás llegado a casa por primera vez con Estefanía entre tus brazos. Ella será la niña de tus ojos, estoy segura. Sé que estarás confundido, del por qué de mi ausencia y estas cartas. Nunca te lo dije, pero yo sabía que tenía una gran probabilidad de morir en el parto. O quizás, esté viva pero en estado casi vegetal. Por ello quiero, que si yo llego a faltar, que sigas adelante con tu promesa. Que cuides a Estefanía, que rehagas tu vida con ella y busques a alguien que te ame como yo. No será fácil, lo sé. Pero sé que eres fuerte, y que podrás con todo lo que la vida te plantee. 

En esta caja, hay muchas cartas para los dos. Para que las leáis juntos, y me recordéis cuando os sintáis tristes. Al fondo, está mi diario dónde escribí desde que ambos nos conocimos. Además, está el álbum de nuestras fotos y todas las ecografías de nuestra pequeña. Hay otra caja, sólo para Estefanía en el fondo de su armario. Quiero que se la guardes, y cuando sea más mayor se la muestres.

Recuerda que te amo, más que a nada en el mundo. Eres lo más bonito que me ha pasado, y volvería a revivirlo infinitas veces más. Te amo, te amo, te amo, te amo, mi querido gamer....

Miro cada una de las cartas, son muchísimas. En el fondo, hay una caja pequeña que me llama la atención. Pone que debo dárselo a Estefanía, cuando cumpla 18 años. La abro, y veo que es el colgante de su familia. Las lágrimas caen por mis mejillas, sin poderlo evitar. Me pide que sea fuerte, y rehaga mi vida cuando la necesito demasiado. 

Estefanía comienza a llorar, así que la tomo en brazos para calmarla. Cambio su pañal, y vuelvo a mecerla para poder dormirla. Parece que no quiere dormirse, solamente me mira con los ojos bien abiertos. Me recuerda mucho a María, tiene el mismo brillo en los ojos. Los mismos labios, pero tiene mi nariz. 

Camino hacia mi habitación, enciendo el ordenador y me siento con ella en mis brazos. Subo un vídeo, que tenía pregrabado, y se lo muestro después a Estefanía. Aunque ella no presta atención, ya que se está empezando a dormir. 

El teléfono suena, dejo a Estefanía en la cuna, y corro hacia él. Veo un número largo, quizás es del hospital.

-¿Diga?

-¿Samuel de Luque?-responden.-Soy Carlos, llamo del hospital.

-Sí, soy yo. ¿Ha pasado algo?

-Quisiera que vengas al hospital, para hablar contigo. Trae a Estefanía, y aprovechamos para hacerle la revisión. 

-De acuerdo, en seguida estoy allí.

Me despido del doctor, y voy hacia la habitación para preparar a Estefanía. La cambio de ropa, preparo su pañalera y apago mi ordenador. Tomo mi cartera, las llaves, la pañalera y por último a mi pequeña. Ambos bajamos al garaje, y la pongo en su asiento. Me aseguro de abrochar bien, su  cinturón, y subo yo también.

Por el camino, pongo algo de música clásica y me pongo en marcha. A Estefanía le encanta la música clásica, igual que su madre. Cuando llego al hospital, bajo el carrito y meto a Estefanía dentro. La cubro bien con sus mantas, y pongo la capota. Hace frío, y no quiero que se resfríe. 

El doctor, nos espera en recepción y nos dedica una sonrisa. Primero pasamos a realizar la revisión de Estefanía, para después hablar con tranquilidad. Aunque realmente estoy nervioso, no sé de qué quiere hablar. Sólo espero que sea que María, se está recuperando. Aún no he podido, pasar a verla.



Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora