Capítulo 5

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Clarke salió de la sala desganada. Con lágrimas silenciosas deslizándose por sus mejillas. Ni siquiera le había preguntado qué tal estaba. Ni si quiera se había preocupando en si su hija estaba bien ahí dentro.
No le importaba para nada. Solo la usaba de objeto, de imagen para sus negocios. Ni un "te quiero" ni siquiera una despedida.
Su padre seguía siendo el mismo. El que se creía que las personas no tenían sentimientos y solo pensaba en dinero dinero y dinero.

De repente echó mucho de menos a Finn. De que por culpa del estúpido dinero le había perdido para siempre.

Vio a Bellamy al fondo del pasillo. Apoyado en la pared esperándola. Cuando este se giró y la vio llorar cambió su cara tranquila a una de preocupación. Clarke simplemente corrió hacia el y le abrazó con fuerza rompiéndose por completo. Llorando sin vergüenza alguna. Apretándolo con fuerza, sintiendo que en esa mierda de sitio había alguien que estaba ahí. Que se preocupaba por ella.

-Estoy aqui.- Susurró el funcionario en su oído haciendo que Clarke se calmara.
La chica se aferró más a el apretándole más. -¿...Siempre?- Preguntó entre sollozos con una voz tímida y rota.

El chico se separó de ella y la rodeó la cara con las manos alzándola haciendo que los dos conectarán las miradas. Dibujo una bonita sonrisa. -Por supuesto.
Clarke también sonrió. Bellamy se acercó a ella y posó un suave beso en su frente.
-Aguanta ¿Vale? El tiempo que estés aquí estaré contigo.

Clarke asintió con media sonrisa abrazándole de nuevo.

***

-Pero no lo entiendo...- Raven seguía dando vueltas en la cabeza la visita que había tenido Clarke con su padre y su abogado.

-Si tu padre es rico como dices, con una empresa tan grande por la que se preocupa tanto... ¿Por qué no paga lo que haga falta y así sales de aquí directamente?

Clarke suspiró y se dejó caer en la cama de su celda. -Mi padre solo piensa en dinero.- Dijo mirando al techo. -No se gastaría ni un euro en alguien, aunque fuera su hija.

Raven puso una cara de desaprobación.

-Prefiere ganar un juicio de mierda falsificando pruebas para quedar bien con la gente. Para demostrar que la justicia se equivocaba callando bocas y así atraer fama y clientes.

-Que hijo de puta...- Susurró la morena. -¿Y... Tu madre? ¿Qué opina de todo esto?

-Es otra de sus marionetas... Ella no puede hacer nada. Si mi padre se enterara de que hace cosas a sus espaldas... La hundiría todo. Tiene mucho poder, muchos contactos...

Raven estaba totalmente sorprendida con lo que le contaba su amiga.

-Con unas cuantas llamas ya te deja sin trabajo, sin dinero...

La morena observó cómo poco a poco la cara de Clarke se ablandaba entristeciendose. Se levantó y se sentó a su lado haciéndola saber que la entendía.

-No puedo hacerlo Raven... No puedo declarar contra el...- Susurró entre lágrimas. -No es justo...

-Clarke tienes que hacerlo... Puedes salir de aquí. Tienes que aprovechar cualquier oportunidad para salir.

-Pero... Pero le quiero...

Raven la cogió de la mano y se la apretó con fuerza. -Clarke siento decírtelo pero... Finn está muerto.

La rota y dolorosa mirada de Clarke se clavó en la chica.

-Si, está muerto. Y no puedes hacer nada, no puedes cambiarlo.- Estendió el brazo y paso su dedo pulgar por las mejillas de la rubia secandole las lágrimas. -Tienes que aceptarlo y pensar en tí. -Raven dibujo una sonrisa. -Dime, ¿De verdad el preferiría que te quedases ocho años pudriendote en la cárcel? ¿De verdad crees que el querría eso para ti?- Clarke dibujó media sonrisa. -No, el querría que fueras libre. Da igual como.

Clarke asintió. -Tienes razón.. -Susurró.

-Así me gusta rubia. Vas a salir de aquí joder. ¡Vas a salir en nada!

Clarke rio al verla así. -Raven.- Dijo llamando su atención. -Gracias.

La latina se dispuso a decir algo cuando Lexa entró en la celda haciendo que las dos se callasen y se pusieran serías.

-¿Algún problema?- Espetó la castaña al ver que no paraban de observarla en silencio.

Las dos chicas bajaron la mirada.

Lexa notó que algo está vibrando y se acercó a su litera. Cogió su almohada, le quitó la funda y metió la mano por dentro sacando un teléfono móvil.

Clarke se quedó de piedra al ver la escena.

Lexa descolgó la llamada y se giró dando la espalda a las dos chicas.

-O. ¿Que coño haces llamando desde aislamiento?

-...

-Si joder ya se lo que tengo que hacer.

-...

Clarke afinó el oído intentando descifrar la conversación.

-¿Mañana viene? Vale vale yo me encargo...

Clarke se acercó al oído de Raven. -¿Que está haciendo?- Susurró.

-Octavia y ella robaron dos móviles hace tiempo y lo usan para comunicarse entre ellas.- Explicó Raven.

-¿Y por qué no se lo has dicho a ningún funcionario?

-¿Qué? ¿Estás loca? Lexa es como tú padre, usa a las personas como marionetas y como hagas algo que no quiere...- Raven paró de hablar. No quería seguir con la conversación. -Son peligrosas Clarke. Ni sé te ocurra hacer nada con ellas. Haz como si no existieran.

Clarke asintió.

-Si... Vale... Debajo del teclado...- Seguía Lexa.

-...

-Mira no me rayes más la cabeza. No pienso hacerte nada más.

-...

-¿Que si sigue en pie? ¿Pues claro que sí pero quedan varias semanas hasta que esté todo listo.

Clarke se quedó pensativa. ¿Mañana? Y... ¿Que es lo que seguía en pie?

-Venga adiós. Tengo cosas que hacer.

Lexa colgó el teléfono y volvió a esconderlo en la almohada.
Después, cogió su neceser de baño y sacó un paquete de tabaco que guardó en su bolsillo.

Vio como otra presa se acercaba a su celda y se apoyaba en la entrada. -Hey Lex...- La llamo con voz seductora. -Tengo la cama libre...-Dijo mordiéndose el labio.

La castaña sonrió y se dispuso a irse pero antes se giró hacían Raven y Clarke que miraban la escena estupefactas. -Y vosotras ya sabéis lo que tenéis que hacer sobre la llamada ¿No?

Raven asintió con la cabeza.

-Bien. Boquitas cerradas.- Le dedicó una última mirada a Clarke en la que sus ojos verdes se clavaron en ella y se fue de la celda dejándolas solas.

-Yo flipo.- Comentó Raven. -Con la mala hostia que tiene y se ha tirado a media cárcel.

Clarke intentó reírse con el comentario que había hecho su amiga pero estaba totalmente paralizada. Esa última mirada de Lexa había hecho que un escalofrío recorriera su cuerpo.
Sin saber por qué se había quedado congelada. Visualizando en su mente esos ojos verdes.
Tragó saliva.
Definitivamente esa chica le daba mucho miedo.

ENTRE REJAS | clexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora