Capítulo 7

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Clarke se deslizó lentamente sobre la litera y acabó sentada en el suelo con sus brazos rodeando sus rodillas. Con la mirada perdida asimilando lo que acababa de pasar.
Observó cómo gotas de sangre iban cayendo al suelo. Pero se quedó quieta, perdida en sus pensamientos.

-¡Clarke! ¡Clarke!- Gritó Raven entrando en la celda y quedándose con el corazón paralizado al ver así a su amiga. -Mierda mierda mierda.- Dijo lamentándose mientras agarraba la cara de Clarke y con un pañuelo limpiaba el corte. -Joder todo es culpa mía. Soy una puta cobarde.

-No digas eso.- Susurró Clarke saliendo de su mente y centrándose en su amiga. -No es culpa tuya.

-Yo... Yo es que... No puedo hacerlo...- Dijo nerviosa sentándose en el borde de la cama.

La rubia se levantó del suelo y se sentó a su lado prestándole atención. Vio como las lágrimas iban apareciendo en el rostro de su amiga. La morena se quedó con la mirada perdida envuelta en sus recuerdos.

-Raven...- Clarke la puso una mano en la pierna dándole ánimos. -¿Qué ha pasado?

La chica respiró hondo. -Tenia 7 años...- Explicó sin dejar de mirar un punto fijo. -Mis padres como cada mañana cogían el bus para ir al trabajo y yo cuando volvía del colegio me quedaba esperándoles con mi abuela para comer todos juntos. Siempre me quedaba enfrente de la puerta hasta que aparecían y me daban un beso al entrar. -Clarke le frotó la espalda suavemente al ver como su amiga se iba derrumbando.
-Pero ese día no llegaban. Nadie cruzaba la puerta. Mi abuela recibió una llamada.- Raven intentó aguantar las ganas de llorar. -El bus había tenido un accidente. No hubo supervivientes... Mi abuela intento decírmelo de todas las maneras posibles. Pero yo no lo aceptaba, me quedé horas y horas mirando la puerta. Esperando lo que nunca llegó.- Las lágrimas empezaron a inundar sus ojos. -Días después descubrimos que el conductor estaba drogado. Que se había salido de la carretera y el autobús se había precipitado cayendo por un acantilado.

Clarke la abrazó con fuerza mientras su amiga lloraba.

-Las putas drogas Clarke... Me juré a mi misma que jamás las probaría. Que era más fuerte que eso y que no podía caer en ellas.- Suspiró. - Pero ni yo misma pude cumplir mi propia promesa... Caí en un mundo del que no podía salir... En el que cada día me sentía más atrapada y perdida.

Clarke notó como la respiración de la morena se aceleraba. -Raven si no quieres...

-No.- Interrumpió. -Por favor déjame acabar...- Clarke asintió mostrándole todo su apoyo. -En verano trabajaba de taxista para poder pagarme los estudios. Me tocó llevar a una madre y a su hija... Yo... Justo antes de eso había tomado... Yo... Clarke te juro que yo no quería hacerlo...

Raven rompió a llorar y Clarke no dudó en atraparla entre sus brazos. -La dejé discapacitada... Le jodí la vida a esa pobre niña...- Gritó entre sollozos.- Yo... No quiero tocarlas... Ni si quiera quiero verlas...

-Shhhhh- Susurró Clarke calmando a la morena. -Tranquila. Lo haré yo...

-Clarke no dejes que te hagan daño... Demuestra a esas cabronas que no eres su consejo de indias. Demuestra que vales más que eso...

La rubia bajó la mirada y reflexionó en lo que acababa de decir su amiga.
Tenía razón, no iba a ser la marioneta de nadie. Las iba a demostrar que ella también sabía jugar...

Recordó lo que le dijo Lexa unos minutos antes. "Protégete"
Y eso iba a hacer. Iba a demostrar que no tenía miedo. Que no se iba a quedar quieta.
Pero antes tenía una tarea que cumplir.

***

Clarke salió de la zona de llamadas con la tarjeta en la mano y se dirigió al mostrador a devolverlo.
Al ver a Bellamy sentado leyendo el periódico se calmó un poco. Por muy nerviosa que estuviera, ese chico siempre conseguía que una sensación de relajación se adentrará en su cuerpo.

Se acercó despacio jugueteando con la tarjeta entre sus manos.
Bellamy levantó la mirada y al verla no pudo evitar sonreír. -¿Qué haces por aquí tan temprano?

-Tenia... Una llamada con el abogado.- Respondió mirando a otro lado y poniéndose la mano en la cara tapando el arañazo. Lo que menos quería ahora mismo era preocuparle. Debía coger el paquetito lo antes posible y entrar al módulo.

-¿Qué tal va todo?- bellamy dejó el periódico y se concentró en ella.

-Bien... Bueno todavía no tienen los documentos... Tiene pinta de que esto será para largo...- Decía nerviosa haciendo como que se rascaba la cabeza.

-Clarke... ¿Estás bien?- El funcionario se levantó preocupado rodeando el mostrador y acercándose a ella.

-¿A mí? Nada... ¿Que me va a pasar?

Bellamy la cogió de la mano y la apartó dejando al descubierto un corte que iba de el ojo a la boca.

-Mierda Clarke ¿Que te ha pasado? Ven, se te está infectando...- La cogió del brazo y la llevó con el detrás del mostrador sentándole en la silla mientras sacaba un pequeño botiquín.
-Se te está infectando... ¿Quien te ha hecho esto?- Dijo enfadado.

-Me caí por las escaleras...

-Clarke no soy gilipollas...- Espetó enfadado haciendo que está se sonrojara.
Bellamy relajó su rostro y la rodeó la cara para que le mirara. -Se que aquí solo hay putas locas que se lo pasan bien haciendo daño. -La miró a los ojos con media sonrisa. -Ojala pudiera estar a tu lado siempre protegiendote...- Clarke también sonrió. -Pero hazme un favor... No dejes que te hagan nada... No te metas en sus juegos. Estoy aquí para lo que necesites.- Dijo acariciándole la cara suavemente.

-Gracias...-Susurró Clarke abrazándole.

Bellamy analizó su alrededor con la mirada. Era temprano, era el único funcionario que estaba de servicio en esa zona. Comprobó que no habían ninguna presa despierta paseando por el módulo. Observó los ángulos de las cámaras de seguridad. Ninguno parecía que enfocara el mostrador. Solo se centraban en la entrada al módulo.
Viendo que todo estaba de su parte, se separó un poco de Clarke, se quedó unos segundos mirándola atentamente mientras los dos dibujaban una bonita sonrisa. Bellamy le agarró en mentón suavemente y la fue acercando lentamente hacia el.
Sus labios rozaron los de la chica. Clarke se quedó con una expresión de sorpresa pero en ningún momento se apartó. Se fueron juntando hasta que acabaron conectando en un tierno beso. Un beso en el que Clarke se quedó algo paralizada al sentir como los recuerdos de Finn atravesaban su mente. Pero acabo correspondiendo el beso abriendo su boca. Estaba sufriendo. Atrapada en ese infierno en el que Bellamy la había sacado un poco de la oscuridad. Desde el principio se había mostrado preocupado y atento. Le importaba. Y en ese estúpido lugar, cuando ni siquiera su familia le mostraba apoyo, el estaba ahí. Necesitaba cariño. Necesitaba a alguien que por lo menos consiguiera llenar un trocito del vacío que sentía por dentro.

ENTRE REJAS | clexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora