Çocuklar/Niños

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10 de abril de 1644

—Sultana, ¿me presta tinta? —me preguntó Nur.

Sonreí. La había estado convenciendo para que le respondiera las cartas a mi hijo y al fin ella había aceptado.

—Claro.

Ella sonrió y tomó tinta de mi escritorio para después irse a sentar al sillón y empezar a escribirle.

—Querido sol —se burló Mah de ella.

Reí.

—¿Sonará tan mal si lo escribo así? —le siguió la corriente, Nur.

—¿Sonará tan mal si lo escribo así? —le siguió la corriente, Nur

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—No —respondió con sarcasmo.

—Sultana —dijo Bülbül agha entrando corriendo a mis aposentos.

—¿Qué pasa?

—Los şehzades regresaron —respondió.

Sonreí al sentir un peso menos. Al fin los tendría a mi lado. Sin nada más que esperar, me levanté de mi asiento y corrí por los pasillos de Topkapi hasta llegar a las puertas del palacio.

Al llegar y salir, me di cuenta que sólo habían llegado 3 de 7 y dos de ellos eran mis hijos.
Vi a Murad llegar en su caballo algo desorientado mientras Mehmed e Ibrahim cuidaban que no se cayeran.

Vi a Murad llegar en su caballo algo desorientado mientras Mehmed e Ibrahim cuidaban que no se cayeran

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—¡Murad! —gritó Nur, atrás de mi.

Mi corazón empezó a palpitar fuertemente mientras sentía como se me bajaba la presión. Dos palabras resonaban fuerte en mi cabeza: «mis hijos».

—¡Ah! —grité de dolor.

Mis hijos ¿Dónde estaban? Me pregunté.

—Sultana —dijo Özlem llegando a mi lado.

—Sultana —me habló mi nieto Mustafa llegando a mi lado. —Todo está bien, mis tíos están bien.

—¿¡Dónde están!? —pregunté desesperada.

—Están en Hungría. Ganamos la guerra.

Suspiré, sintiendo como recuperaba el aire que me faltaba.

Valide-i Muazzama KösemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora