Fatmagül/Fatmagül

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29 de mayo de 1644

Los sirvientes iban y venían. Los pájaros cantaban y las Sultanas se arreglaban para recibir a mis hijos.

Se suponía que para ese tiempo las pruebas ya se estarían preparando pero, la conquista era prioridad así que se atrasó a agosto.
En ese par de meses cosas buenas y malas pasaron. Unas de las cosas buenas fue la recuperación por completo de Murad y el nacimiento del hijo de Meleksima.




Escena retrospectiva.

13 de abril de 1644

—¡Puja! —le ordenó la partera a Meleksima.

—¡Ah! —pujó con todas sus fuerzas. —¡Duele mucho! —se quejó.

—Última vez y ya.

—¡Ah! —volvió a pujar a Meleksima.

Un llanto inundó la habitación. La partera cortó el cordón umbilical para posteriormente envolver con una manta al bebé.

—¿Qué es? —preguntó Meleksima, sonriendo.

—Es una hermosa Sultana —respondió la partera, sonriendo.

Final de escena retrospectiva.





Por fortuna, Meleksima seguía sin tener poder ya que dio a luz a una Sultana —la Sultana Gülşah — y no a un şehzade.

Lo único malo de todo ese tiempo era que Hafsa se había casado con Cihan. No aprobaba del todo ese matrimonio pero, era lo que se debía hacer.

Ahora sólo quedaba que Ayşe, Defne y Fatmagül dieran a luz. Esperaba y las tres tuvieran a un hermoso şehzade.

—¡Atención! —gritó Kemankeş —¡Los şehzades están aquí! —anunció.

Todos los presentes —menos yo— hicieron reverencia.

Murad, Ibrahim y Mehmed habían ido a su encuentro para que así todos fueran recibidos como debía ser. Las personas de Estambul les daban gracias por otra victoria mientras les aplaudían. Todo iba muy bien.

Mis hijos y nietos llegaron frente a mi con una sonrisa en su rostro para después hacer reverencia.

—Hijos, me da gusto verlos —dije sonriendo. —Todo era obscuridad hasta hoy.

—Te dijimos que regresaríamos victoriosos —recordó Mahmud.

—Vamos al segundo harem, hay una gran celebración en su honor.

Los şehzades asintieron para después dirigirnos al harem. Me gustaba tenerlos a mi lado, así tenía que ser y no cómo estaba escrito en la historia.

Al llegar al harem, todos hicieron reverencia. A lado izquierdo del harem estaban mis nueras junto a sus hijos. Primero pasó Murad a ver a su şehaseki, a Nur y a sus demás hijos, luego, Mahmud hasta que todos pasaron dejando a lo último a Kasim quien felizmente miraba a Gülşah y a Meleksima.

—Allah le otorgue larga vida —dijo Kasim.

—Amén —dijimos los presentes.

—¿Cómo se llama?

—Gülşah.

—Un hermoso nombre que va con ella.

Meleksima sonrió. ¡Qué tonta! Sus días estaban contados.

—Mi Hümaşah —le habló a su esposa favorita. —Es bueno verte.

—Lo mismo digo, şehzade —respondió feliz —Burak lo extrañaba.

Valide-i Muazzama KösemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora