Eleme/Eliminación

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16 de agosto de 1644

—¿Gülbahar? —preguntó Kasim.

La Sultana dio vuelta e hizo reverencia.

—Şehzade.

—¿Por qué estabas llorando?

Gülbahar dudó un poco al responder. ¿Debería decirle la verdad o mentirle? Lo conveniente era mentir pero quería desahogarse con alguien.

—Tuve una pelea con el şehzade Mahmud.

—¿Por qué?

—Como sabrá, una Sultana tiene a mi hermana por lo que Mahmud quiere que le diga el nombre de ella, sin embargo, no quiero decírselo por lo cual se enojó conmigo.

—Debe entender tu decisión.

—Creo que no lo entiende.

Kasim le sonrió por primera vez en todo el día. La muerte de su hermano le había dejado un gran vacío, uno enorme. Él tomó dos espadas que estaban en el suelo. Una se la extendió a Gülbahar y la otra se la quedó.

—¿A qué se debe la espada, şehzade? —le preguntó Gülbahar mientras tomaba la espada.

—Sé que eras buena con ella hasta que te convertiste en favorita de Mahmud y dejaste de hacer lo que más te gusta.

—Gracias a eso el şehzade puso sus ojos en mi.

—¿Te gustaría volver a intentarlo? —le preguntó.

Gülbahar asintió. Kasim le devolvió la sonrisa para después empezar el pequeño combate. La Sultana seguía siendo buena y el príncipe Kasim no se quedaba atrás. Todo era risas entre Gülbahar y Kasim. Parecían niños pequeños jugando, además, algo único nació en ese momento.

A lo lejos estaba Fatmagül Hatun mirando como el príncipe reía con esa Sultana

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A lo lejos estaba Fatmagül Hatun mirando como el príncipe reía con esa Sultana. Le fue imposible no sentir envidia pero también sintió coraje, se supone que él debería estar con Cihangir y no con ella.

En un acto de locura, la Hatun llegó a lado de ellos. Primero le hizo reverencia a Kasim y luego a Gülbahar ya que Fatmagül seguía siendo Hatun. Un título muy por debajo que el de Sultana.

Tanto como el príncipe y Gülbahar dejaron su pequeño juego para prestarle atención a la mujer.

—Şehzade —habló Fatmagül.

—Hatun ¿Qué haces aquí?

—Lo mismo le pregunto —se atrevió a contestar. Kasim la miró con odio. —Se supone que debería estar con el şehzade Cihangir.

—No debe importante con quien paso mi tiempo. Recuerda tu lugar, Hatun. Da gracias a Allah que tienes un hijo mío, si no, estarías muerta.

—Sí me importa. Trata de menos a mi hijo.

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