Kötü/Malo

821 66 27
                                    

10 de noviembre de 1544

El año casi terminaba y el estrés formaba parte de mi existencia.

El 31 de octubre lloré mares al recordar a Süleyman. Nunca imaginé que ya no lo vería más. Se suponía que primero deben morir los padres y luego los hijos, no al revés. Ese día, mi consuelo fueron los hijos de Süleyman. Ellos y sus madres habían sido enviados al viejo palacio y regresarían hasta que el nuevo palacio se terminase pero, me visitaron para ponerme de ánimo, sin embargo, no fue de tanta ayuda.

Por otro lado, Zeynep visitaba más seguido los aposentos de mi hijo Kasim, esto después de que él se enterase que Turhan había desaparecido, claro, ese cuento no se lo tragó pero, no hizo preguntas al respecto. Zeynep era una buena alumna, la entrenaba para ser mi sucesora ya que demostró su gran corazón al salvarle la vida a mi nieto Abdullah, hijo de Nur, cuando éste casi se ahoga en una de las fuentes del palacio. Desafortunadamente, Fatmagül perdía el cariño de casi todos y más de los hijos de Hümaşah ya que Zeynep se los ganaba con gran rapidez.

—Anastasia —me llamó mi prima.

—Penelope —saludé, sonriendo.

—Te tengo buenas noticias —dijo sentándose en uno de los sillones de mis aposentos.

—Te escucho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Te escucho.

—Zeynep está en cinta.

Sonreí.

—Allah mediante tendrá a un niño sano.

Se suponía que mi prima debía responder un "amén" pero ella seguía siendo atea.

—También tengo algo más que decirte.

—Soy toda oídos.

—Hafsa dio a luz el 31 de octubre.

—¿Qué? ¿Por qué no me enteré antes? —pregunté un poco molesta.

—Hafsa creyó que no querías saber porque sigues enojada con ella.

—¡Por Allah! Eso no le daba el derecho de no avisarme.

—Perdónala, por favor.

—No lo haré hasta que me haga un favor.

—¿Cuál?

—Necesito el sello de Cihan —confesé.

—¿Por qué quieres el sello de mi hijo?

—Para hacer alianzas en su nombre. Te lo cuento porque eres de confianza y su madre.

—¿Sólo para eso?

Asentí.

—Quiero hacer alianzas pero tú hijo es orgulloso como para pedir algo.

—De acuerdo, dejaré que ella lo tome con la condición de que yo vea las cartas que enviarás en su nombre.

Valide-i Muazzama KösemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora