Capítulo 11

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Rian se incorporó para evaluar su trabajo vendando las manos de Stefan. Cada vez lo hacía mejor y prefería tomarse su tiempo, así los nudillos de su hermano sufrirían menos el impacto del entrenamiento al que estaba sujeto ahora que era un Ártico. Había pasado ya más de un año desde aquella tarde cuando se vieron rodeados por como quince internos entre chicos y chicas, todos mayores que ellos. Rian recordaba claramente cómo su hermano lo había puesto contra la pared parándose delante suyo y mostrando literalmente sus dientes a sus atacantes quienes se habían puesto en semicírculo a su alrededor.

"Te ves bastante recuperado cachorro, ¿tus costillas ya sanaron?" le había preguntado con tono burlón un chico de cuarto año de cabello tan rubio que casi parecía blanco.

"Yo lo veo en buena forma" dijo una chica de tercero. Era alta y de figura claramente marcada por el ejercicio diario. Traía el largo cabello lacio suelto y teñido por mechas entre morado y azul eléctrico y unos googles sobre la cabeza. Botines de caña alta, medias de red y un short de jean negro lleno de parches. Como era lunes traía la chaqueta reglamentaria del internado como todos, pero la tenía abierta para dejar ver una solera negra con hebillas y tachuelas añejadas y un escote bastante generoso. Traía puestos aretes, anillos y varios collares largos colgados del cuello. Los labios pintados de morado y sus ojos negros bien maquillados miraban a Stefan como si fuera su pastel de cumpleaños preferido.

"Que bueno, porque ahora es nuestro turno de divertirnos" exclamó un tercero.

"¿Qué diablos quieren?" Preguntó Stefan sin levantar la voz y mirándolos lo más fieramente que podía.

"Verás cielo". Dijo la chica del pelo de colores dando un paso al frente "Por si no lo has notado, estas últimas semanas nadie te ha atacado. Bueno, eso nos lo debes a nosotros y digamos que... ahora queremos nuestra recompensa". Le sonrió como el gato de Chesire y Stefan se estremeció de pies a cabeza pero intentó disimularlo. No entendía nada y Rian no ayudaba intentando salir de la jaula que había creado con su cuerpo para protegerlo. Lo agarró del brazo para intentar detenerlo pero el otro siguió forcejeando, no quería dejar que su hermano enfrentara la situación solo. Iba a decir algo pero Stefan giró la cabeza y lo vio directamente a los ojos mientras decía simplemente "Basta" con la suficiente fuerza para dejar a Rian helado donde estaba. Stefan se sintió mal, pero por ningún motivo iba a dejar que se moviera, no lo lastimarían, nadie lo haría mientras de él dependiera. Pero no era tonto, sabía que si la "recompensa" de la que hablaba la chica era física, probablemente no vería un nuevo día, eran demasiados.

Pero ni eso bastó para detenerlo, sintió la adrenalina correr por su cuerpo de solo pensar en que hirieran a su hermano y retomó la postura defensiva mientras decía en tono socarrón "Así que de alguna manera lograron que todos me dejen en paz para que pueda recuperarme y ser ustedes quienes den el golpe de gracia. Qué generoso de su parte".

"¡Pero qué valiente!" Exclamó el primero que había hablado. "Por lo visto no tienes idea de quiénes somos cachorro. Pero nosotros sabemos muy bien quién eres tú. Eres el mocoso que le rompió la nariz a Damián ni veinticuatro horas después de haber llegado aquí, ¿o no Damián?" Sólo entonces Stefan notó que entre los presentes se encontraba el muchacho Alfa que se había visto envuelto en el incidente de Tamara el primer día que llegaron. Damián asintió en silencio a la pregunta que le hacía el otro y este volvió a mirar a Stefan sonriendo. "Pués bien verás, esa fue una sorpresa y pensamos que sería interesante conocerte. Sólo que te hiciste muy popular antes de que podamos presentarnos por andar durmiendo abrazado a tu hermanito. Y créeme, protegerlo de esa forma no ayuda en nada a que los rumores se disipen, pero no te preocupes... nosotros no discriminamos a nadie, aquí todo a aquel que no está con nosotros, es igual de golpeable". Todo el grupo estalló en carcajadas y eso distrajo a Stefan fatalmente pues no vio venir la primera patada que otro chico le encajaba en la canilla.

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