Capítulo 19

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Stefan entró a la habitación con el mayor sigilo posible y sin encender la luz. Era más de media noche y su hermano dormía hacia rato. Volvió a pasarse la toalla por el cabello aún húmedo y la colgó en el espaldar de una silla; luego de entrenar se había escabullido a las duchas antes de volver a su habitación. Prendió la lamparita del escritorio y se dejó caer en la silla frente al mismo mirando la pila de cuadernos y libros de texto que tenía delante. Era domingo y aún no había hecho ni la mitad de las tareas para el día siguiente.

Abrió su cuaderno de biología y una enciclopedia de donde se suponía que debía sacar información sobre las principales diferencias entre los virus y las bacterias para su reporte del día siguiente. No había escrito más de un párrafo cuando volvió a dejar el bolígrafo sobre la mesa por la misma causa por la que había escrito poco más que nada durante casi todo un año. La herida que le había dejado la navaja de Ronald el año anterior durante Las Anuales le habían traído un montón de complicaciones bastante molestas. Estuvo más de dos semanas con vendas y sin siquiera poder mover los dedos y el dolor no le había dado tregua del todo hasta ahora.

Al menos no tuvo que ser él quien se encargara de armar una explicación descente ante una herida que tuvo que ser atendida en una sala de emergencias después de que la enfermera del internado alegara que no tenía huesos rotos pero sus tendones si corrían riesgo de sanar mal si no eran bien atendidos. Fue Ferrec el que armó un coherente escenario en el que él había "subido al techo del depósito de educación física para recuperar un balón de football con ayuda de Domenic, con tan mala suerte que resbaló por la calamina del techo cayendo al suelo y noqueando al otro chico en el proceso. La patada que recibió Domenic le luxó la mandíbula y Stefan cayó sobre un montón de fierros apilados en el sector traspasándose la mano". (El ojo negro y la nariz rota del uno y los varios moretones y el tobillo hinchado del otro fueron el supuesto resultado de agarrarse a golpes después del accidente en un arranque "adolescente"). El profesor en persona se encargó de proporcionarle cremas medicadas y averiguar una serie de ejercicios de rehabilitación para su luchador estrella. Era evidente que no quería quedarse sin su participación al año siguiente. Además de eso, todos los que no supieran de las Las Anuales entre el plantel del internado se creyeron el cuento que el hombre les ofreciera, lo cual significó que le tuvieran a Stefan algo de consideración (movimientos básicos como agarrar un lápiz o los cubiertos, habían sido casi imposibles durante al menos un mes) pero no podía abusar.

Pasó los dedos sobre la cicatriz que tenía a ambos lados de la mano (más grande en la palma por donde la navaja había entrado y casi imperceptible en el dorso por donde la punta llegó a asomar) y sonrió. No era una persona masoquista en lo más mínimo, no había disfrutado el dolor ni por un instante de todo ese tiempo, pero este había sido su aliciente para esforzarse por sanar lo antes posible y entrenar con más ahínco que nunca. El fruto de su esfuerzo se veía reflejado en que, faltando poco menos de un mes para la que sería su última participación en Las Anuales, ya había logrado que no haya absolutamente nadie en la pandilla que lograra vencerlo en combate limpio. Por lo que tenía más tiempo de entrenar solo para lo que pudiera presentarse en esta ocasión en las finales. Estaba más que listo y eso lo llenaba de satisfacción personal. Mientras pensaba en ello se había puesto de pie, tomado la cajita de madera donde tenía guardado prácticamente todo el dinero del premio del año anterior y se había puesto a hacer cuentas.

Hablaba muy en serio el día de principios de enero cuando sentó a su hermano para informarle seriamente que sí participaría en Las Anuales ese año y alegado que ganando una vez más tendrían el dinero suficiente para empezar una vida fuera del internado, la cual empezaría en menos de un año. Rian trató de refutar alegando a su vez que no era necesario, que encontrarían la forma... quizá podían acudir a Liliana y a Jacob... trató todos los argumentos que se le ocurrieron pero nada logró disuadir a Stefan. "No podemos depender de nadie Ra. ¿No te gustaría ir a buscar a la Señorita Harrenhall y a Jacob siendo ya alguien? Ahora no tenemos nada hermano y, personalmente, quisiera volver a verlos pero con la frente en alto"

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