Capítulo 23

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"...los fugitivos están siendo buscados en este momento pero es evidente que la captura de este peligroso joven es una prioridad que se extenderá a nivel nacional una vez que el internado proporcione a la policía toda su información más una fotografía. Pese a ser aún menor de edad..."

El Porsche Panamera Turbo Jet Black Metallic subió por la calle principal del Clan Flor de Luna hacia el empinado camino que surcaba la montaña que lo dominaba y giró hacia el pequeño desvío que daba a la casa del líder del clan. Alexandr Drabek bajó del auto y entró en la casa sin tocar la puerta. Eran las nueve y media de la mañana, estaba agotado y venía mirando al suelo, por lo que no pudo evitar sobresaltarse un poco al escuchar el casi grito de su mejor amigo.

"¡¿Dónde diablos estabas?! ¡¿Qué pasó?!" Mike no preguntaba sobre los eventos ocurridos esa madrugada. Esos, a diferencia del propio Alexandr, él y todos los que lo acompañaban alrededor de la mesa en ese momento ya los sabían, fue lo primero que apareció en las noticias esa mañana. No, la pregunta era qué había pasado con él. Alex alzó los ojos y se encontró con parte de la élite del clan alrededor de la mesa del comedor: Anthony el líder, Magena su esposa y Mike, Adrián Wolserg el segundo al mando, el Doctor Ethan Grand, su esposa Karina, Meda la guía de las mujeres del clan y a la cabeza de la mesa Ikal el Şaman.

"Perdimos toda comunicación contigo a eso de las cuatro a.m. Alex, ¿qué pasó?" Preguntó el Doctor Grand en tono más cauto, era evidente que aunque cansado, Alexandr no estaba enterado de lo que realmente había sucedido la noche anterior después de que todos fueran alertados de que se había recibido un Código Negro de parte del colaborador principal del internado tres, el Profesor Leonard Brown, a eso de la una de la madrugada.

A Alex casi le dio vergüenza dar la explicación correspondiente. Pese a no ser la criatura más aficionada a la tecnología, siempre tenía mucho cuidado y era la primera vez en la historia que le sucedía algo así... justo en un momento como ese. Dejando escapar un suspiro derrotado admitió "Lo lamento, salí de casa ni bien dieron el aviso, sin notar que mi celular tenía menos del veinte por ciento de la batería y no traía ningún cable en el auto". Frunció el ceño en evidente disgusto consigo mismo y se acercó a la mesa para sentarse con el resto mientras añadía. "Todos están ya aquí pero no se ven para nada aliviados. Por favor diganme que pasó porque yo no tuve suerte alguna".

Todos miraron a Mike. El impetuoso Alfa no era el mejor para dar noticias delicadas, pero Alex era su mejor amigo y había pedido ser él quien le contara. No quería que su padre lo hiciera... no después de la reacción apática y hasta indiferente que había mostrado ni dos horas antes cuando todos vieron las noticias matutinas sentados allí donde Alex los encontró. Mike suspiró y su amigo de cabellos plateados supo que algo había ido muy, pero muy mal.

Diez minutos después Alexandr estaba con los codos sobre la mesa y la frente apoyada en ambas manos, los lentes descartados a su izquierda. Brown había sido un hombre íntegro y valiente a quien él respetaba y valoraba mucho. Ahora estaba muerto y el país entero creía que lo había asesinado un muchacho de diesisiete años a quien el propio hombre había protegido y ayudado desde que entrara al internado cinco años atrás. Alex simplemente no lo podía creer. Una vez enviada la alarma desde el celular de Brown todos supieron que algo no estaba bien pero no podían saber qué, por lo que los encargados del rescate se separaron y actuaron tal cual habían planeado en caso de contratiempos. Alex quería ayudar pero Anthony le mandó a decir que tenía orden de reunirse en el Clan, el Alfa más joven no entendía cómo podrían ayudar desde allí pero no tenía forma de contradecir una orden directa. Se subió al auto y manejó toda la noche tomando las rutas más rápidas y cubriendo en tiempo récord de nueve horas (a una velocidad mucho más alta de la que acostumbraba) los casi ochocientos kilómetros que lo separaban del clan. A medio camino su celular se quedó sin batería y no pudo saber más sobre el desarrollo de la situación. Cosa que lo puso de evidente mal humor con sigo mismo, mucho más ahora que sentía que quizá de haber tenido más información algo podría haber hecho por Brown.

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