Capítulo 13

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Dieron las diez de la noche y Cristina mandó a todo el personal que aún quedaba en las cocinas a descansar. Como cada primer sábado de mes, una vez estuvo segura de que todos se hubiesen ido, cerró las puertas y se puso a trabajar sobre uno de los grandes mesones, tenía muchas pastillas que pulverizar. Ella prefería la versión en gotas que el Doctor Elijah Grand había desarrollado hace poco, eran mucho más cómodas y le ahorraban un buen tiempo de trabajo tedioso, pero el producto era delicado y debía estar en recipientes de vidrio, por lo que no había manera de hacerlo llegar hasta ella sin que nadie viera nada. La ración mensual le llegaba escondida en el fondo falso de las cajas de verduras que el camión repartía a los internados una vez a la semana, pero era demasiado peligroso transportarlas ya molidas, los repartidores no eran cuidadosos con las cajas y las bolsas podrían reventarse. Por lo que el trabajito le tocaba a ella.

La mujer consideraba a Grand un verdadero genio. Lo había conocido unos diez años atrás cuando, un día durante las vacaciones paseaba por la ciudad y la abordó una mujer alta y muy guapa unos cinco años menor que ella, que se presentó como la Doctora Karina Grand, que sabía quién era ella y donde trabajaba y le pidió que la acompañara. Por supuesto que sentía un tremendo recelo, pero su curiosidad fue más grande. La doctora la llevó a un edificio de oficinas lujosas cercano y tras subir al quinto piso se encontró en una sala de reuniones grande donde habían tres hombres de aspecto imponente alrededor de una mesa de vidrio. Instintivamente supo que todos los presentes, incluso la doctora eran Alfas. Aceptó el asiento que le ofrecían y pronto se enteró que tenía delante al líder de uno de los clanes Alfa más importantes del país: Flor de Luna. Anthony Bishop se disculpó por el seguimiento que evidentemente le habían hecho durante un buen tiempo y le aseguró que tenían un motivo muy válido para hacerlo. Luego le presentó uno a uno a sus compañeros. Primero estaba Adrían Wolserg a quien presentó como su mano derecha y luego estaba Elijah Grand, cirujano investigador y cabeza en medicina dentro del clan. Karina era ginecóloga obstetra y era esposa del doctor.

A partir de es punto fue el doctor quién tomó la palabra durante casi todo el resto de la reunión. Le preguntó cuánto sabía sobre las castas, sobre su anatomía y sobre sus cambios y particularidades. Marygold sabía más o menos lo mismo que el grueso de la población: tres castas, población Beta predominante, población Omega masculina muy limitada por la alta tasa de mortalidad durante los partos, ciclos de celo aproximadamente cada tres meses en Omegas y una vez por año en Alfas... Grand le preguntó entonces cuánto sabía sobre los supresores. Ella sólo sabía que eran fármacos cuya función era la de anular o coartar lo más posible los ciclos de celo de los Omega. Él le explicó entonces y en palabras bastante simples como funcionaban estos fármacos sobre las feromonas de los Omega y como las otras castas no se veían afectadas en lo absoluto por la ingerencia de los mismos. Luego pasó a hablarle sobre la amplia gama de efectos secundarios que estos causaban sobre los Omega que los consumían de manera regular. Cristina se sorprendió, eran muchos y muy variados, desde dejarlos estériles hasta provocarles adicción, trastornos alimenticios, trastornos de sueño, depresión... son peores que los anticonceptivos pensó.

Seguía sin entender porqué la habían llevado allí, ni qué tenía que ver ella con todo eso, pero le agradaba mucho ese Alfa de mirada inteligente, con el cabello negro amarrado en una cola no muy larga y la barba entrecana estilo candado, que le hablaba con franqueza y parecía preocuparse realmente por el futuro y bienestar de la casta más débil y estigmatizada. Por eso se acomodó mejor en la silla y decidió ser paciente y escuchar. De todas maneras no tuvo que esperar demasiado pues ni bien Grand terminó de contarle a grandes rasgos que desde hace varios años, él junto con otro integrante del clan venía desarrollando otra forma de supresores completamente basada en la medicina naturista/holistica con la intención de anular todos esos horribles efectos, Anthony retomó la palabra.

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