Pasaron dos semanas después de que ella estuviese en Marruecos para tomar una dura decisión, la marea se había calmado un poco entre Joan y James. Y la habían calmado porque sabían qué Taylor estaba tomando la última decisión de con quién quedarse y que a pesar de Joan, en esos dos meses no había encontrado a su esposa.
Clare fue cortés con Joan y le pidió que fuera el padrino de su boda. Y Allan le pidió a la madre de Taylor que le entregara, pues la ausencia de su hermana hacía que actuase diferente.
Joan pensaba en su esposa mientras que veía como Allan y Clare se casaban. Él que se encargó de celebrar la boda y la ceremonia en la isla. Pero a pesar de haber celebrado ambas cosas ahí, añoraba a su esposa.
Mientras que veía la cara felices de los recién casados comiendo el pastel de bodas, mientras que veía como Miryam se encargaba de su hijo y de su sobrino. Pero aun así continuaba pensando en su esposa.
El primer baile comenzó. Allan y Clare se agarraron y comenzaron a bailar lentamente. Y después de que ambos bailaran la primera pieza, ella bailó con Joan durante unos minutos. En los que ella se mantuvo en silencio, porque ella también echaba de menos a Taylor.
Dos horas más tarde, Joan decidió de ir a buscar a su hijo para jugar con él para poder distraerse. Pues también necesitaba hablar con Miryam.
De pronto, alguien apareció en la fiesta. Ella sabía que había una fiesta importante en el lugar, y por eso había decidido aparecer por fin ante ellos.
Ella caminó hacia Allan y cuando ella llegó, él se quedó sorprendido.
―Hola hermano ―dijo Taylor.
―¡Estas viva! Te dábamos por muerta.
―En realidad necesitaba estar a solas en un lugar de paz.
Ambos hermanos hicieron una pausa y Allan le volvió a decir cuando miró el aspecto radiante que su hermana pequeña tenía.
―Estas preciosa. Parece ser que marcharte te ha sentado muy bien.
―Por eso me fui. Para poder meditar y estar tranquila sin tener tantos problemas con nadie.
De pronto, James se percató de la presencia de Taylor, mientras que bailaba con Clare y soltando a esta del baile, se acercó a ella.
Ante ella, James le dijo a Taylor mientras que le miraba exhausta:
―¿Dónde has estado Taylor? ―preguntó de pronto James, que se acercaba a ella.
―Estuve en la India y en Marruecos para poder meditar la decisión tan difícil que tenía que tomar.
―¿Y qué decisión has tomado? ―preguntó de pronto James. Pues era algo que llevaba tiempo queriendo escuchar.
Todos hicieron una pausa, mientras que la música resonaba en el lugar y Taylor buscaba con la mirada a Joan y a su hijo.
―Dime Taylor ―dijo James de nuevo.
Ambos se miraron a los ojos y James observó que algo iba que no iba bien. Había algo en Taylor que le inquietaba. Y tenia que descubrirlo, tarde o temprano.
Y cuando Taylor se encontró con la mirada a su esposo y a su hijo, ella camino para marcharse del lado de sus familiares. Entonces James entendió cuál era su respuesta. Pero había algo en la mirada de Taylor que no le gustaba a él y tenia que averiguarlo. Algo que debía de contarle en cuanto a la decisión que había tomado. Pero no en esos momentos. Pues sabía que Joan no se quedaría de brazos cruzados, sabiendo que ellos estaban juntos tras haberse enamorado de ella.
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Cuarenta Días de Liberación (Una Noche En Verona IV)
JugendliteraturTras marcharse sin dar una respuesta a sus sentimientos, Taylor regresa mientras que su hermano celebra su matrimonio con Clare. Y sabe que la respuesta que da en esos momentos, va en contra de su felicidad. Tras algunos años de matrimonio, las cosa...