Capítulo 15

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Allan caminaba por la empresa de su padre para ir a una junta que tenia planificada.

Mientras que entraba en la sala de juntas, se preguntó si Howard había logrado localizar a Taylor y a James. Pero había algo que le inquietaba. Y él no sabía que era.

Cuando la junta terminó al cabo de una hora; Allan volvió a llamar a Taylor. Pero esta le saltó al buzón de voz. En cambio, él llamó a James, pero este le salió apagado o fuera del área del servicio.

Por lo tanto, llamó a Howard. Y cuando esté se lo cogió, Allan le pregunto que si se había puesto en contacto con James y con Taylor. Cosa que Howard dijo que sí. Le dijo que le había informado de lo que estaba ocurriendo con Joan y le dijo que James tomaría cartas en el asunto antes de que fuera demasiado tarde.

Cuando Allan colgó el teléfono, se quedó un poco más tranquilo por su hermana. Por lo tanto, él continúo trabajando y pensando en su hermana al mismo tiempo.

Después de que Allan resolviera unos asuntos de empresa, se marchó para estar con su familia y sus sobrinos. Que estaría en su departamento un par de días.

Joan llego al lugar dónde se habían mantenido Taylor y James por una noche. Pero antes de bajar del coche, cargoso pistola de balas.

Cuando subió al piso donde el radar GPS dónde le daba la señal del teléfono móvil de su esposa, abrió la puerta con una tarjeta y en pocos segundos entro al departamento dónde un día decidieron los padres de James.

Joan empezó apuntar con su pistola hacia delante, mientras que veía en su teléfono móvil dónde estaba el teléfono de su esposa.

Cuando él llegó a la habitación donde los amantes habían mantenido relaciones, se encontró el móvil encima de la cama.

Joan se maldijo al ver el móvil y cogerlo. Tanto lo hizo, que cuando tiró el móvil de su mujer al suelo, rompiéndolo en breve; llamó a su informático para decirle que le mantuviera al tanto de la situación del móvil de James. Pero Richard le informó que el teléfono de James estaba apagado y que no daba señal.

―Está al pendiente ―le dijo―. Tarde o temprano encenderá el móvil y sabremos donde están ambos.

―Si señor Thompson.

Joan colgando el teléfono móvil, se marchó del departamento de los padres de James.

Montándose en una milésima de segundo después en el coche, se maldijo por haberles pedido el rastro a los dos. Pero sabía que tarde o temprano, James encendería el teléfono móvil y daría con ambos.

Conduciendo hacia el hotel, Joan pensó en el castigo que le daría a Taylor por haberse escapado de su lado y en lo que haría con James después de que se la arrebatara de los brazos. Y él sabía que la muerte era la mejor solución para ese gran enemigo que tenía desde hace años.

Al cabo de unas horas, Taylor y James llegaron a Verona. Él había decidido esconderse en una pequeña casa de campo que estaba bien vigilada y en la cual Joan no les encontraría.

Cuando llegaron a esa casa en la que iban a pasar un tiempo, James le estuvo presentando a los empleados a Taylor y en pocos segundos, le enseñó la casa poco a poco.

Cuando termino de hacerlo, James encendió su teléfono móvil y llamo a Howard para decirle que estaban bien y que habían ido hasta Verona para estar a salvo de Joan y que no dieron con ellos. Que la pequeña casa de campo que tenían a las afueras de Verona era el lugar más apropiado para esconderse. Ah y él no les encontraría.

Después de que James colgase el teléfono móvil; lo dejó olvidado y llevó a la mujer que amaba al jardín y él de que prepararán unos zumos.

Cuarenta Días de Liberación (Una Noche En Verona IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora