Capítulo 7

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Tres días más tarde; Joan, Taylor, Miryam y los niños regresaron a Nueva York.

Al día siguiente de descansar de su viaje, Joan fue a resolver unos asuntos pendientes con una mercancía. Por lo tanto, quedó a su esposa a solas mientras que terminaba de prepararse para el trabajo.

Taylor en cambio, vistió a sus hijos y después de darles de desayunar, se marchó a trabajar. Pero antes le dijo a Miryam, que se quedaría hasta tan tarde trabajando. Que le dijera a su esposo que no la esperase a cenar... Pues llegaría un poco más tarde de la cuenta. Miryam no dijo nada.

Cuándo Taylor llegó a la oficina, observó que su hermano Allan estaba sentado en una de las sillas de la sala de espera. Algo que le extrañó a ella.

Taylor hizo pasar a su hermano a la oficina y cerrando en la puerta una milésima de segundo después, ella le preguntó:

―¿Que te trae por la oficina hermano?

―Quería saber qué pasó con el hotel ―respondió él―. Vi las noticias hace tres días en el centro comercial y pensé que tendría algo que ver con tu hotel. Pues es el único hotel de cinco estrellas que tiene esa decoración.

―Hubo un robo y por lo que me explicó el tío Carlos se llevaron bastante dinero de la caja fuerte del despacho. Supusimos que fue un empleado del hotel que entró a limpiar y aprovecho de que la caja fuerte estaba abierta para poder robar todo el dinero que había más las joyas de algunos clientes que nos confían en sus bienes preciados.

―Joder. Eso es fuerte no hermana. Quién querría robar dinero y las joyas de los clientes.

―Alguien que lo necesitase.

―¿Has tomado alguna medida?

―En realidad sí. Solo espero que me esté equivocando.

―Nunca te equivocas Taylor. Salvo cuando te equivocaste al casarte con la persona incorrecta.

Taylor no dijo ninguna palabra. Por lo tanto, solo se limitará a escuchar a su hermano.

―Deberías de pedirle el divorcio de pedirle el divorcio a Joan. Así serás de nuevo feliz.

―Algún día seré libre. El día en que algún narcotraficante me quite Joan del medio.

―Sabes que eso puede tardar mucho. Por Dios lleváis cinco años. Sí un narcotraficante no te ha quitado de encima a Joan, jamás lo harán.

―Lo sé. Y Joan será mi cruz hasta que la muerte me alcance.

―Pues se feliz mientras que Joan no se entere de que es infiel.

―¿Y acaso el no me está siendo infiel?

Taylor hizo una pausa:

―Me he dado cuentas de cómo mira a la novia de James. O lo que le sea. Es por eso por lo que yo le soy infiel. A parte, no le amo Allan. Papá no separó porque pensaba que Joan era la persona adecuada para mí. Soy la persona adecuada para mí siempre ha sido James. La persona que he amado desde que lo conocí.

―Aun así temo por tu vida pequeña. Sí Joan se llega a enterar, os mataría a los dos.

―O simplemente nos daría un duro castigo. Y se como son los castigos de mi marido a un traidor. A mí en cambio, solo ha sabido violarme desde antes de casarme con él.

―Solo puedo aconsejarte que tengas cuidado. Nadie de la familia sabe cómo te trata tu marido. Solo nosotros.

―En eso estás equivocado. El tío Carlo también lo sabe.

Cuarenta Días de Liberación (Una Noche En Verona IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora