Capítulo 5

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Al día siguiente, Joan se despertó porque el móvil de su esposa estaba sonando.

Él se levantó un poco aturdido y acudió al tocador para coger el móvil de su esposa. Pues parecía que Taylor no se da cuenta de que le estaba sonando su teléfono.

Cuando Joan alcanzó el aparato en pocos segundos, observó con los ojos aún un poco cerrados por el sueño, que el que estaba llamando era Carlo. El tío de su esposa.

El descolgó el teléfono y tragando saliva, respondió:

―Ciao Carlo. Come stai?

―Tutto bene. ¿Dónde está mi sobrina?

―Durmiendo Carlo. Ayer fue a encargarse algunos asuntos de la empresa de su padre y termino muy cansada. ¿Ocurre algo?

―Si. Algo urgente del hotel.

―Espere. Voy a despertarla y podría informarle de lo que ocurre en el hotel.

Joan fue a despertar a Taylor para que hablase con su tío.

Cuando yo han despertado su esposa, Taylor se despertó sobresaltada preguntándole:

―¿Que ocurre Joan?

―Tú tío está el teléfono ―respondió él―. Por lo visto ha pasado algo en el hotel.

Joan le dio el teléfono móvil y en breve ya se puso diciéndole a su tío:

―Ciao tío. ¿Qué está ocurriendo en el hotel?

―Problemas serios. Desde hace días han robado algunas cosas en tu despacho y no han aparecido aún. Necesito saber si estás dispuesta a denunciar la desaparición de esos objetos.

―Nos hagas mal movimiento. Déjame viajar hoy mismo a Verona y veré qué puedo hacer estando allí.

― Va Bene.

Taylor colgó el teléfono móvil y suspiro intranquila por lo que estaba pasando en el hotel.

―Tranquila. Le diré a Miriam que prepare una pequeña maleta para los niños, para ella, para ti y para mí. Saldremos enseguida a ver on para ver qué es lo que ocurre con el hotel.

Taylor asintió. Y Joan le dio un beso en la comisura de los labios. Algo que ella lo recibió porque estaba algo entristecida por lo que estaba ocurriendo.

Una hora después, Taylor, Joan, Miryam y sus hijos están volando en un avión privado hacia Verona.

Cuando llegaron a la ciudad al cabo de unas horas, Taylor fue a ver lo que ocurrió en el hotel.

Joan en cambio, se marchó con sus hijos y con Miryam al final a casa de Carlo para descansar. Pues Joan tenía claro que en cuanto su esposa resolviese los asuntos que le traen a la ciudad, la poseería.

Taylor en cambio, mientras que resolvía los asuntos del robo; pensaba en si debería de quedarse en el hotel para poder evitar cualquier cosa o enfrentamiento con su marido. Pero, aun así, decidió de que era mejor ir a casa para evitar problemas.

Fue la mirada de James en un breve pensamiento, lo que hizo que Taylor se relajara para poder llevar la situación durante unas horas en el hotel.

Carlo y Taylor fueron a cenar esta noche para tener una conversación en la cual no se entromete la Joan. Donde él le preguntó si quería aún a su marido. La respuesta de ella que tuvo que darle fue que la magia había desaparecido cuando James volvió a estar en sus vidas. Pero también le dijo a su tío qué, la respuesta que tenía que haber dado en su preciso momento fue incorrecta. Salvo que tuvo que sacrificar su felicidad para poder mantenerse aún con vida.

Cuarenta Días de Liberación (Una Noche En Verona IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora