Capítulo 17

797 68 4
                                    

Joan despertó al día siguiente algo más descansado.

Cuando ubico la ventana y él vio que ya era de día, fue a darse una ducha y cuando se la dio tranquilamente, salió del cuarto de baño pensando en que tenía que encontrar a su mujer fuese como fuese.

Joan se vistió unos minutos más tarde y en breve fue hasta su teléfono móvil.

Él vio que tenía que acceso en su correo electrónico para saber donde estaba james con su esposa. Y observó más tarde que James estaba parado.

Joan cargo su arma de balas y después salió a desayunar. Pues quería esperar a que james se moviese. Ya que quería atrapar a su esposa y matar a su enemigo. Por lo tanto, pensó en ir a desayunar a la cafetería que estaba a final de la calle. Así se le haría más corta la espera.

James se levantó aquella mañana más temprano de lo habitual. Pues había tenido una pesadilla que provenía de su pasado.

El decidió de hacer los desayunos y llevarlos a la cama.

Cuando James regresó, Taylor ya estaba despierta.

Él se acercó para darle el desayuno a la mujer que amaba.

Ellos desayunaron juntos, mientras que hablaron de un paseo por su lugar favorito antes de ir a ver a su tío Carlo.

Después de que desayunaron, Taylor se metió en la ducha y James se metió con ella por qué quería hacer algo que no hizo la noche anterior.

James la poseyó en la ducha y no tuvo ningún reparo en hacerlo. Quería demasiado a aquella mujer y lograría que la felicidad estuviera de nuevo de parte de ambos.

Cuando ambos llegaron al éxtasis, Taylor tuvo un mal presentimiento.

Salieron de la ducha un poco más tarde y comenzaron a vestirse.

Cuando terminaron, decidieron de ir a la ciudad a dar ese paseo antes de ir a hablar con Carlo

Y mientras que James conducía, Taylor volvió a presentir ese mal presentimiento.

Pero James le obligó a poner una denuncia contra su esposo y cuando terminó de firmar la denuncia; la cual puso con ayuda de un buen amigo policía de James, el médico revisó los rasguños de los días antes y el policía dijo que llevarían el caso hasta el juzgado.

James se quedó tranquilo. Pero Taylor continuó con ese mal presentimiento.

Allan regresó la noche anterior un poco más cansado de la cuenta. Por lo que decidió de irse a la cama.

Cuando él se levantó al día siguiente, noto de nuevo es escalofrío sobre su espalda.

Se levantó y fue a darse una ducha.

Cuándo salió de la ducha, se vistió y fue a desayunar.

En la cocina estaba su esposa, con sus sobrinos y sus hijos. Eso le hizo sonreír por unos instantes.

Cuando terminaron de hacerlo, Allan marchó a trabajar. Y no se olvidó de su costumbre antes de marcharse.

Y mientras que conducía su coche, Allan volví a sentir sobre esa espalda aquel mal escalofrío.

Joan comenzó a desayunar unos minutos después de que llegara la cafetería.

Mientras que observaba como una de las camareras servía las mesas, pensó en cómo estaría ella atada a unos barrotes y siendo torturada.

De pronto, pensó la primera vez que tuvo a su esposa atada. Volver a recordar que la tenía atada en el potro spanking y con el pene metido en su sexo, hizo que Joan tuviese una pequeña erección. Fue cuando decidió de dejar pensar en ello.

El volvió a pedirle otro café a la camarera y cuando ésta se lo sirvió, ambos se miraron con deseo.

El teléfono móvil de Joan comenzó a pitar de pronto. Por lo que fue obligado a dejar de mirar aquella chica y sacar su teléfono móvil de bolsillo.

Cuando él observó que el GPS y la localización del James comenzó a moverse en la pantalla de su móvil, observo de que estaban cerca de aquella cafetería. Fue cuando supo que ambos amantes estaban en su lugar favorito. Justamente en el lugar en el que se conocieron.

Joan se bebió el café rápidamente y pagándole a la camarera en segundos, decidió de irse. Pero la camarera decidió de darle el número de teléfono. Algo que él no dudo en cogérselo.

En pocos segundos, Joan terminó yéndose de la cafetería para ir al lugar donde ambos amantes estaban. Pues quería llevarse a su esposa y matar al enemigo que tantas veces ha interpuesto entre el.

James paseaba con Taylor en lugar favorito una hora más tarde.

Por unos momentos, James agarró la mano de Taylor y está sonrío por unos instantes.

Cuando pararon para ver el paisaje, Taylor comenzó a respirar profundamente apoyándose en la barandilla de aquel paseo.

James se abrazó a ella y comenzaron a ver el hermoso paisaje que tenían delante.

―Te quiero ―le susurro James a Taylor.

―Y yo ―susurro ella.

James hizo que ella le mirase a los ojos y después le besó intensamente.

―Que tiernos.

Ambos se giraron y vieron a Joan detrás de ellos.

Joan saco su pistola y Taylor comenzó a asustarse.

James se puso ante Taylor y lo envolvía decir:

―Justo a la persona que quería matar

―Joan, no hagas esto más difícil ―dijo James―. Déjanos en paz y ser felices.

―Eso jamás.

Joan miró a Taylor y observó su miedo a primera vista.

―Taylor, ven aquí ―dijo Joan.

―No ―dijo ella.

―Ven aquí ahora mismo.

―Y yo te he dicho que no.

―Bien. Tú lo has querido.

Joan apuntó a James con su arma y Taylor se interpuso entre esa bala que su marido quería disparar. Pero Joan se frenó

―Quítate del medio Taylor.

―No.

Hicieron una pausa:

―Deberías de irte y darme el divorcio. No te amo Joan. Seguí amando a James a pesar de que supe de que no volvería a verle jamás.

―Bien ―respondió Joan―. Gracias por serme sincera. Pero tú te vienes conmigo.

Joan se acercó a Taylor y la cogió por el brazo.

James intentó separar a Taylor de Joan, pero este le amenazó con matar a Taylor.

―Si intentas seguirnos, la mató.

Joan arrastró a Taylor hasta donde él quería y James se maldijo. Algo que le obligó a actuar en pocos segundos.

Joan monto a Taylor a la fuerza en el coche y le dijo después:

―Si intentas escapar, mató a James.

Él cerró la puerta del coche y en breve, el corrió a montarse en el coche.

Después, Joan arranco el coche para terminar yéndose de lugar con su esposa. Pues te tenía varias sorpresas preparadas para ella.

Cuarenta Días de Liberación (Una Noche En Verona IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora