Yui POV
Las mejillas de Adrianne se mojaron por sus lágrimas cristalinas mientras ella trataba de decir algo. Al parecer tenía un nudo en la garganta, ya que tuvo que carraspear un par de veces para hablar de nuevo. Sentí pena por la castaña, que era exactamente lo que yo hacía casi medio año apenas llegué a la mansión esa tarde de lluvia, aunque mis jadeos y los de Reiji - que parecía estar agonizando, en realidad - me impedían pensar claro.
- Señorita Akia... Yo no quería, ¡se lo juro! Él ha sido más fuerte que yo y estaba casi agonizando por sangre... lo lamento - Adrianne repitió muchas veces más su sincero lo lamento mientras más lágrimas le mojaban el rostro.
- ¿Qué? ¿Quién?
Podía oír que Subaru desgarraba la almohada con sus colmillos.
- Un chico... un muchacho no muy mayor que usted - Adrianne se trababa en las palabras, y gesticulaba con nervios -. M-Me lo he cruzado en el pasillo, y casi no podía caminar... Lo lamento - sus piernas se sacudieron un par de veces -. ¡Su padre no podrá beber más de mí!
- Ya, calma - le dijo Akia, acercándose de nuevo y olfateando se cuello rápidamente -, te quitaré ese hedor de encima y padre nunca lo sabrá. Si no lo sabe, no hay daño, así que andando.
La sirvienta se secó las lágrimas y asintió, haciendo un gesto educado antes de salir de la habitación. Akia la siguió con la mirada, sus ojos verdes pensativos, antes de girarse hacia nosotros y sonreír, sin darse cuenta de nuestro penoso estado. Se despidió con la mano mientras caminaba hacia la puerta.
- Supongo que hablaremos más tarde - dijo, juguetona, antes de salir y cerrar la puerta.
Hubo un silencio terrible y profundo por unos segundos, hasta que Subaru se levantó de su asiento y echó la almohada por la ventana. Reiji lentamente soltó mi cuerpo, sacando su rostro pálido de mi cabello, jadeante y hasta débil mientras se sentaba de nuevo. Ayato tosió un poco mientras que Kanato lograba levantarse; Shu despertó de su ensueño con un gruñido y se sentó. Al estar dormido, supuse, no había logrado sentir toda la sangre - Reiji era el que estaba más agotado y jadeante. Mientras tanto, até mi cabello torpemente.
- Esto no puede seguir por mucho - susurró Kanato, tomando a Teddy con fuerza -. Necesitamos una nueva novia.
- Supongo que falta mucho para eso - respondió Shu, que jugaba con sus audífonos -. Al parecer demorarán en decidirse si mandarnos una o dos más. De todas maneras, hemos matado a las cuatrocientas diecinueve antes que Yui, ella ya es una vampiresa por error y Avril y Lu...
Calló.
- Pues ellas no están - susurró mientras se levantaba, saliendo de la habitación poco después.
Se perdió entre los pasillos, dejando la habitación en un silencio sepulcral. El malestar lentamente me dejaba, al igual que a Subaru y Ayato. Kanato se mantenía algo tembloroso y débil.
- La sirvienta al parecer tiene sangre dulce - comentó Ayato -, podemos tomarla y ya.
- No creo que sea buena idea - negó Subaru, viendo el campo -. Es de padre, y si la tomamos como quien quiera que lo hizo correremos peligro.
- ¿Quién creen que la haya tomado? - pregunté.
Ambos se encogieron de hombros. Dijo que fue un muchacho algo mayor que Akia, pensé, y no hay nadie tan joven con nosotros en este lugar. Los sirvientes son humanos y los demás son adultos. Entonces, ¿quién...? Jugué con mis manos, intrigada; nunca me había gustado dejar cosas a medias y sin saber, y menos en casos como ese. Quería saber quién había tomado a la amable chica, la de los ojos negros y cabello castaño, aunque sonara exagerado. Algo mayor que Akia...
Entonces, me golpeó.
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Akia POV
Acompañé a Adrianne por los pasillos en silencio. Yo iba al frente, procurando no cruzarme con padre, mientras que la castaña murmuraba cosas por lo bajo. La guiaba a su propia habitación, en la parte Sur de la mansión, donde le quitaría el olor y la duraría.
Entramos a su habitación. Era cálida y pequeña, con las paredes pintadas de crema y la cama con mantas de color rubí. Era la preferida de padre, así que era la que tenía la habitación más lujosa de entre las sirvientas y sirvientes, que llegaban a envidiarla o eso había oído en los pasillos. Además, era muy hermosa; padre podría llegar a enamorarse de ella.
La senté en la cama mientras que caminaba hacia los estantes llenos de medicinas en la parte posterior de la habitación. Tomé una botella de alcohol, algodón y un pote de perfume. Regresé hacia donde Adrianne se quitaba la gargantilla.
Tenía el cuello cubierto con cicatrices, dos marcas del mismo tamaño por todas partes, marca de que padre la había tomado como suya muchas veces. ¿Cómo? Sólo me quedaba imaginarme a padre clavando sus colmillos en la piel blanca de Adrianne, ya que nunca había tomado a alguien mientras yo estuviera presente. Dos marcas frescas decoraban el lado derecho de su cuello, un poco de sangre saliendo de ellos y deslizándose por el suculento cuello de Adrianne.
- Espera, voy a traer un poco de vendas - le dije mientras me levantaba de su lado.
Asintió y me encaminé al baño de la habitación. Abrí el espejo y saqué unas vendas, midiendo lo necesario como para cubrir un par de veces el cuello de Adrianne, cuando escuché cómo algo caía al suelo. Después, una risa - mas, para mi sorpresa, no era la de Adrianne.
Salí del baño a toda velocidad y me encontré con quien menos pensé en encontrarme: padre.
Había sujetado las muñecas de Adrianne con fuerza, tumbándola sobre la cama con violencia mientras ella se sonrojaba y apartaba el rostro. Padre sonreía, mostrando los colmillos con orgullo y acercándose al cuello de la sirvienta. Subió lentamente sus manos por las piernas de Adrianne, que se retorcía de la vergüenza mientras padre le lamía el cuello y seguía subiendo por su pierna.
- Créeme, esta noche no dormirás - le susurró padre antes de morderle.
Me congelé en mi lugar, horrorizada. Padre estaba bebiendo avidamente de Adrianne mientras su mano subía más y más por debajo de su falda, tanto que ya no podía ver su mano mientras hacía quién sabe qué debajo de la falda de la castaña. Padre, ¿qué demonios...?
Lo supe cuando Adrianne gimió, aunque su expresión estaba adolorida y besialmente pálida. Viéndome a los ojos desde su puesto, gesticuló con la boca, sólo moviendo los labios sin emitir ningún sonido:
- Ayúdame.
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Karl Heinz hijueputa ;-; Yo que te veía de buenito <\3 Asdfghjkl, esto se pone bueno, salseooooo xD Ya saben, voten, cometen, y hasta el siguiente cap ♥
-TheGirlNextDoor
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Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]
Fanfiction"Tal vez no te vea, te sienta o te recuerde, pero siempre te seguiré amando." Apenas despertó, puede ver cosas que nadie puede. ¿Es eso bueno o malo? Raito no está seguro, y con la llegada de un miembro más de la familia, ¿qué puede hacer? Yui tampo...