Capitulo II

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Yui POV

Giré el rostro hacia el gran reloj de madera de caoba del salón. Las manecillas se movían lentamente, mostrando que ya eran las nueve y cuarto. El sol seguía cubierto por nubes de lluvia que amenazaban con romperse a llover, posiblemente posponiendo mi entrenamiento - en realidad poco me importaba. Dejé el libro sobre la mesa enfrente mío, levantándome mientras me estiraba.

El tiempo parecía avanzar muy despacio, aunque supuse que era porque no había dormido en toda la noche. El no saber quién había llamado y porqué Shu se puso tan furioso al teléfono me mantuvieron despierta, pues mi mente no llegaba a tomar la situación por completo. Tal vez estaba sobreactuando.

Subaru salió de entre los pasadizos con las manos en los bolsillos, soltando un bostezo.

- Buenos días - saludó, avanzando a pasos lentos y cansados. No parecía muy animado.

- Buenos días - respondí, tomando el libro -. ¿Estás de pie tan temprano?

- Reiji me obligó a salir de la cama - dijo al rodar los ojos -. De todas maneras, ¿no deberías estar tú entrenando?

Negué con la cabeza, intentando ocultar mi alegría. Quedarme cual humana me hubiera ahorrado todo esto, me dije.

- Kanato no ha dicho nada y el clima no me inspira mucho - dije, y me encogí de hombros -. ¿De casualidad sabes dónde está?

- ¿Kanato? Está arriba, dormido. Al parecer no ha podido dormir y Reiji le ha dado un par de horas. Me parece que, por muy extraño y estúpido que parezca, se la ha pasado pendiente de Raito - hizo una pausa, meditando -. No ha despertado desde que se durmió anoche, en realidad.

Asentí. Aún era extraño que los hermanos se preocupacen por la salud de Raito. Cuando llegué, tal vez su muerte hubiera tenido el mismo impacto en ellos que olvidar el celular en casa; ahora, Kanato estana al pendiete de su hermano mayor. Las cosas, sin importar cómo las vieras, habían cambiado mucho.

Subí las escaleras después de decirle a Subaru que iría a ver al tercero. Aún no dominaba el teletransportarme, y tal vez esa habilidad no me perteneciera como a los hermanos. Reiji me explicó hace mucho, en mis primeros días en la mansión, que era hereditaria y que Karl Heinz la tenía, por eso los hermanos podían ir de un lugar a otro en un abrir y cerrar de ojos.

Al llegar a la habitación de Raito, toqué la puerta con los nudillos y entré segundos después. Tal y como había dicho Subaru, dormía, recostado en posición fetal sobre su costado izquierdo. Su cabello cubría su rostro apenas y fruncía el ceño, aferrándose a la almohada con fuerza y enterrando las uñas en ella; su frente la cubría una fina capa de sudor y gruñía apenas. Está teniendo una pesadilla.

Caminé a su lado y tomé su hombro, moviéndolo con cuidado para que despertarse y no de mantuviera dentro de la pesadilla. Me daba una pena terrible verle así.

- Raito, arriba, estás teniendo una pesadilla...

Aparté el cabello de su rostro, viendo que una lágrima se deslizaba fuera de su ojo derecho mientras apretaba los dientes. Debió ser una pesadilla realmete horrorosa. Estaba aterrado.

- Vamos, no es real, despierta...

Raito jadeó y comenzó a abrir los ojos. Se sentó en la cama lo más rápido que pudo, soltando un pequeño alarido por el esfuerzo repentino, mientras respiraba agitado y observaba el vacío. Coloqué mi mano en su hombro, haciéndole darse cuenta de mi presencia mientras intentaba calmarse.

- Yu...i... - comenzó.

- Ha sido una pesadilla, nada más - le aseguré en un susurro, sonriendo con tristeza.

Asintió torpemente, aún algo alterado.

- ¿Con qué haz soñado? - le pregunté.

Negó con la cabeza. Ya casi no habla.

- No... lo r-recuerdo.

Suspiré con tristeza y le limpié las lágrimas que él al parecer no sabía que tenía. Bufó un poco y se volvió a recostar, murmurando algo tan bajo que no logré escucharlo. Tocaron a la puerta.

- Está abierto.

Se abrió la puerta y Ayato contempló la escena por unos segundos, sin realmente mostrarse muy asombrado.

- Yui, el desayuno está servido. Raito, tú vuelve a dormir, lo necesitas.

- Ya no tengo... sueño. - dijo él, sin darle mucha importancia.

Ayato rodó los ojos. Supuse que no podría convencer a Raito, ya que en realidad era muy difícil de hacer, así que lo dejó ser mientras me hacía una señal para irnos. Obedecí y me despedí de Raito, cerrando la puerta detrás mío; pude ver que sus párpados le ganaban y caía dormido de nuevo.

Bajamos las escaleras, pero antes de ir al comedor vi que Reiji estaba en el sofá viendo unos papeles. Fruncía el ceño.

- ¿Está a todo bien? - pregunté.

Alzó la mirada para verme y se ajustó las gafas, dejando los papeles sobre la mesa. Iba vestido como le era usual, sus traje y guantes, sin nada nuevo en realidad.

- Sí, no te preocupes - me aseguró.

- ¿Seguro? Desde la llamada has estado bastante ocupado.

- Cosas de la escuela. Dicen que debemos ir ya... las vacaciones terminaron hace una semana, ¿recuerdas?

- Entonces, esos papeles son cosas de la escuela.

- Exacto.

¿Saben algo? Reiji mentía.

Desde mi asiento, podía ver que eran siete boletos de avión.

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Sin palabras ⊙w⊙ Todo va bien en la escuela y no tengo muchos deberes (aunque aún no hago el de Biología), y por eso escribo tanto hoy~ También subí capitulo a La Alicia del Tatuaje Rojo para los aue lo leen, y los que no, sean buenitos y lean un poquito de fantasía ^_^ Ya saben, voten, comenten (adoro que comenten, asdfghjkl), y hasta el siguiente cap♥

-TheGirlNextDoor (La que reprueba Biología)

Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora