Yui POV
Lágrimas, horror, gritos.
Frente a mi ojos , el fuego consumía todo lo que tenía por delante. El clásico sonido de la madera quemándose llenaba mis oídos, mis manos temblaban y aguantaba la respiración. El humo se elevaba, entrelazándose con las opacas nubes grises del día, antes de perderse por quién sabe cuánto tiempo. Podía sentir mi rostro mojado de lágrimas, cual niña llorona que siempre he sido, mientras la mansión Sakamaki ardía frente a nosotros.
Kanato tenía el rostro cubierto de sudor mientras intentaba apagar el fuego. No sabía bien si podría lograrlo; tal vez sólo era capaz de crear fuego y no eliminarlo. Aún así, se mantenía firme mietras estiraba los brazos hacia el frente, sus ojos lilas apretados con fuerza. El fuego iba haciéndose más pequeño, pero después volvía a crecer y a quemar lo poco que quedaba de la mansión.
Shu estaba aterrorizado - jamás lo había visto tan pálido. Retrocedía lentamente, sus ojos azules bien abiertos y cuajados por lágrimas que nunca dejó caer; en vez de eso le dio la espalda al fuego y se apoyó en un árbol. Podía ver sus hombros temblar, presos del pánico, mientras que Reiji iba a su lado de brazos cruzados. Le dijo algo tan bajo que no pude oír, a lo que Shu le respondió con una mirada llena de odio y rabia detrás de las lágrimas que no caían. Reiji sonrió.
Raito tenía una mirada llena de impotencia. Estaba de pie a mi lado, apretando los puños y susurrando maldiciones por lo bajo. Miraba el suelo, la punta de su sombrero cubriendo su mirada, antes de dar unos cuántos pasos al frente, dejándome atrás. ¿De qué se lamenta? No es... su culpa...
No veía a Subaru en ninguna parte. Sólo veía a Adrianne y Akia al lado de Ayato, que se mantenía tan quieto como yo, algo alejados del fuego. Me pregunto si estará leyendo mi mente ahora. Kuro caminó a mi lado, colocandos una mano en mi hombro para hacerme reaccionar. Sus ojos estaban cubiertos por las gafas de sol - o lo estaban hasta que se las quitó y pude ver sus ojos, ahora verde agua, y envolvió su brazo alrededor de mis hombros sin dudarlo mucho.
No le devolví el abrazo. Me mantuve quieta.
Raito caminó lentamente hasta donde estaba Kanato y colocó su mano en su hombro. El pelimorado se dio cuenta del contacto y se giró, bajando las manos lentamente, viendo con ojos entristecidos a su hermano. Raito negó con la cabeza.
- Sabes que no puedes hacerlo - le oí decir, su voz ronca y carente de la risa que solía soltar siempre -. Ya basta, Kanato. Es todo.
Y Kanato rompió en llanto. Se dejó caer en el suelo, impotente, viendo el fuego con los ojos bien abiertos y rebosantes de lágrimas saladas y ardientes; Raito se mantuvo a su lado sin decir absolutamente nada. Ayato fue hacia ellos, completando a los trillizos, y se paró al otro costado de Kanato. El siguiente en unirse fue Subaru, que salió de la nada; observó el fuego al lado de Ayato con ojos expectantes. Reiji no tardó en ir al frente, al lado de Raito, mientras que Akia avanzaba sin decir nada y, como si fueran los más unidos, se posó al lado de Subaru. Adrianne y Kuro se quedaron en silencio, sin decir nada, y Shu apareció de repente al lado de Reiji. Los hermanos estaban en orden. Shu, el mayor, al extremo izquierdo; Akia, la menor, al extremo derecho.
Los siete hermanos veían el fuego. Kanato se había levantado y buscó con la mirada a Teddy - lo tomé de debajo de un árbol y se lo entregué. Quedé en medio de él y Ayato, cual una Sakamaki más, viendo el fuego carcomer toda la madera de lo que, en algún momento, había sido la gran mansión Sakamaki.
Lo que, en algún momento, había sido nuestro hogar.
- ¿Qué vamos a hacer ahora? - preguntó Kanato, abrazándose a sí mismo -. No tenemos la mansión, ¿a dónde debemos ir?
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Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]
Fanfiction"Tal vez no te vea, te sienta o te recuerde, pero siempre te seguiré amando." Apenas despertó, puede ver cosas que nadie puede. ¿Es eso bueno o malo? Raito no está seguro, y con la llegada de un miembro más de la familia, ¿qué puede hacer? Yui tampo...