Akia POV
Si no lo recuerdo mal, me dije mientras terminaba de colocarme los botines, la regla era mentón arriba, espalda recta, mirada al frente... ¿qué seguía después?
Solté un fuerte bufido mientras tronaba mis nudillos. Estaba harta de tantas reglas por ser la hija del Rey vampiro y, para colmo, la única mujer engendrada por él. Amaba a padre, lo veía como alguien bueno y que se preocupaba por mi salud, aunque llegaba a ser demasiado estricto ante mis resultados del instituto. Siendo la prodigio musical de mi año, ¿acaso no debería pasarme el día entero en el salón de música, en vez de intentando resolver las ecuaciones que no me servirán en la vida?
Al parecer no. Me vi una última vez al espejo, sonriendo ante mi reflejo y girando hacia la salida de mi habitación. Estaba llena de vestidos tirados por doquier, perfumes abiertos y, en general, era un caos. Abrí la puerta sin pensarlo mucho y caminé por los pasillos de la mansión, impaciente.
Padre me había hablado mucho sobre mis hermanos.
Sólo recordaba los nombres de algunos por las explicaciones que me había dado. Recordaba, si no estaba mal, que un tal Kanato era un aniñado de cabello ¿lila?, que al parecer el mayor era un inservible llamado Shu... y nada más. Siempre había creído que era hija única hasta hacía casi un mes.
No sabía en realidad porqué padre me había criado a su lado. Sólo sabía que madre había muerto al nacer yo y que padre se había encargado de mí en secreto. Jamás - y por jamás me refiero a mis dieciséis años de vida - había salido de las paredes de la mansión y nadie sabía de mi penosa existencia, que recordaba a la pobre Rapunzel en la alta torre, con sus cabellos rubios y ese tipo de cosas que no me agradaban demasiado.
Podía oír la voz de mi padre hablarle a los invitados, dándoles la bienvenida - aunque él detestaba las visitas - y agradeciendo su presencia. Un par de sirvientas, Adrianne y Ellen, abrieron las puertas para mí. Les sonreí.
Conocía a Adrianne desde hacía mucho. Tenía diecisiete años y era una humana bastante inteligente y bella, con facilidad para los idiomas. No estoy segura de porqué llegó a nuestra mansión, pero padre siempre bebía de ella, pues era la de la sangre más dulce y bastante sumisa cuando se trataba de ser tomada. Usaba la gargantilla negra para ocultar las cicatrices, ya que le avergonzaba ir por la mansión presumiendo sus cicatrices.
El discurso de padre pasaba a darle la bienvenida a mis supuestos nuevos hermanos y una tal Komori. Mi corazón se oprimió mientras avanzaba por el pasadizo, ya lista para mostrarme al mundo. Mi corazón quería latir desenfrenado mas no podía; estaba muerta el ser una vampiresa y sería imposible.
Y salí.
Podía sentir todas las miradas sobre mí, inspeccionando mi ser de hito a hito, mientras intentaba quedarme firme al lado de padre. Él me presentó como su hija menor, Akia Sakamaki, mientras que yo lograba clavar la mirada en un pequeño grupo de chicos, cinco para ser exactos. Kuro estaba cerca también, al lado de una chica rubia algo mayor que yo - supuse que era la tal Komori.
¿Cómo supe que eran mis hermanos? No podía saber lo que pensaban.
Sonará a cliché de película sobre entes sobrenaturales, pero yo poseía la habilidad de saber qué pansaba el resto, a menos que sean de mi sangre. Claro que podía escuchar que todos pensaban cosas como "Creí que Heinz no tenía hijas" y cosas así, pero poco me importó. Estaba demasiado ocupada viendo a mis nuevos hermanos.
El que me llamó la atención desde un comienzo fue el de cabello rojizo y ojos verdes. No era el más alto de todos, pero sí el que parecía más intrigado mientras me veía de pies a cabeza. Le dijo algo al pelimorado que tenía al lado, y al leerle los labios vi que dijo "Pequeña desgraciada". Rodé los ojos, furiosa por el insulto, pero el chico pelimorado le dio un golpe en el estómago. Sonreí; el chico pelimorado debía ser el tal Kanato y, aunque ni siquiera nos habíamos hablado aún, me agradaba. Un rubio que tenía mirada indiferente les gruñó algo, sus ojos azules furiosos, pero ahogados en pena. Algo malo debía haberle sucedido, pero al ver que llevaba unas ojeras no muy notorias, supe que era Shu, el que había sido mandado al Polo Norte por padre. Pobre. Había un chico de cabello blanco y ojos rojos que me miraba con los ojos bien abiertos, y otro de cabello azabache como el mío y ojos igual de rojos que apretaba la mandíbula con fuerza.
Pero... ¿y el otro?
Miré a mi alrededor, sabiendo bien que la persona a la que no pudiera leer su mente sería mi otro hermano. No encontré a nadie. Supuse que no había logrado venir o tal vez estaba muerto - me reí por mi propio chiste.
- Akia es hija de mi difunta esposa Leah - el escuchar el nombre de madre me oprimió el pecho -. Ha crecido aquí a mi lado por el simple echo de que sus hermanos nunca supieron de ella, y temía que no llegaran a aceptarla cuando jóvenes.
¿Porqué no dices simplemente que lo haces porque soy mujer?
- Pero - padre me hizo una señal para dar un paso al frente -, ahora mi adorada hija vivirá, cual princesa del Reino Vampiro que es, al lado de sus hermanos.
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Yui POV
¿Los Sakamaki tenían una hermana? Los cinco se miraban con ojos llenos de intriga, algunos llenos de enojo, mientras que Heinz proponía un brindis para la princesa. Ninguno de ellos alzó sus copas, sino que se acercaron a nosotros a paso apurado.
- ¿Lo sabías? - siseó Shu a Kuro, que sonreía.
- Por supuesto que lo sabía. La conozco; Akia es amiga mía desde hace años.
- ¿Y no se te ocurrió decirnos? - Subaru estana nervioso, pero enojado a la vez.
Kuro se encogió de hombros, algo indiferente ante la situación. Reiji, al ver que él estaba a mi lado, se acercó a mí para envolver mi cintura con su brazo para alejarme del metamórfico, que rió mientras rodaba los ojos.
- Si tanto la quieres proteger de mí, Reiji, no deberías dejarla ir sola por los jardines - se burló.
Por la mirada que tenía Reiji en los ojos supe que nada bueno saldría de ahí, así que me mantuve callada mientras ambos argumetaban en gritos bajo. Kanato abrazó a Teddy en medio de la discusión.
- Nee, Avril - Oh, Dios. -, ¿tú crees que onee-chan sea buena persona?
Al parecer fui la única que lo oyó, pero todos notamos las risillas detrás del grupo. Mi piel se puso de gallina mientras nos girabamos y, en cuestión de segundos, Akia estaba bien abrazada de Shu mientras sonreía de manera burlona.
- Es un gusto conocerlos, hermanos - dijo mientras se abrazaba más a Shu, que estaba completamente inmóvil -. ¿Qué tal si vamos a hablar a un lugar más tranquilo?
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Casi grito cuando Kanato dijo "Nee, Avril". Y jodeeeeeeeer, vuelan chispas entre Reiji y Kuro 7u7 Espero les haya gustado el capitulo de hoy asdfghjkl ♡ ¿Opiniones sobre Akia? Ya saben, voten, comenten, y hasta el siguiente cap ♥
-TheGirlNextDoor
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Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]
Fanfiction"Tal vez no te vea, te sienta o te recuerde, pero siempre te seguiré amando." Apenas despertó, puede ver cosas que nadie puede. ¿Es eso bueno o malo? Raito no está seguro, y con la llegada de un miembro más de la familia, ¿qué puede hacer? Yui tampo...