Capitulo VIII

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Yui POV

- ¿Acaso no eran seis hermanos? - preguntó Akia mientras avanzabamos por los pasillos.

Kuro se había quedado atrás en la gala después de la discusión con Reiji. Él seguía a mi lado y aún no me había dirigido la palabra, aunque era lo último que cruzaba por mi mente en ese mometo, ya que miles de preguntas silenciosas me golpeaban sin piedad con cada mirada que le daba a la pelinegra. Ella iba al frente, sin siquiera darse vuelta, mientras nos guiaba por los pasillos hacia lo que ella decía era una sala para tomar té, cosa común en Londres.

- Lo somos - respondió Ayato, seco.

- Pues yo sólo veo cinco de ustedes - masculló ella, alzando una ceja.

- Raito, el tercero, está débil y durmiendo - respondió Reiji -. No creo que despierte hasta mañana.

Ella ladeó la cabeza mientras tomaba la perilla de una puerta y la abría sin dudarlo. Entró y nosotros la seguimos, viendo que era una habitación bastante cómoda y de paredes pintadas de color crema y marrón con patrones elegantes. En el centro había una mesa de café de caoba, rodeada por sofás de diferentes tamaños;  Akia se sentó en el más cercano a la ventana con aire causal mientras se trenzaba el cabello. Los hermanos vacilaron, pero terminaron sentados en los diferentes lugares - Ayato al lado de Subaru, Kanato al lado de Akia y Shu solo. Me senté al lado de Reiji mientras que pensábamos en qué decir.

- Así que - comenzó Akia, ahora sonriendo -, ¿cuál es el orden? Me refiero a quién es el mayor y todo eso. Estoy segura de que soy la más joven, pero nada más.

- Él es el mayor, Shu - respondió Kanato después de unos segundos vacíos, señalando al rubio -. Reiji es el segundo y después viene Raito. Yo... soy el cuarto y él es el quinto - señaló a Ayato -. Subaru es el menor.

- Oh, vale - Akia asintió -, entonces a ti te mandaron al Polo Norte, ¿verdad Shu?

- ¿Qué te importa? - espetó de vuelta, colocándose un audífono.

Akia rodó los ojos y se limitó a sonreír, observando por unos segundos el campo por la ventana. Después devolvió la mirada al rubio, que había cerrado su puño alrededor de la Reina con fuerza causada por la repentina furia.

- Pues me importa mucho, onii-chan. Quiero saber todo sobre ustedes; comida favorita, deporte favorito, hobbies... todo.

Sólo sé la comida favorita de Ayato, pensé mientras clavaba los ojos en mis manos. La de Reiji... ¿acaso no era la carbonara? Fruncí el ceño y sentí que Akia giró. Al verla, un escalofrío recorrió mi espalda; sus ojos verdes con delineador estaban sobre mí, entreabiertos y brillantes, mientras inspeccionaba mi rostro.

- ¿Carbonara? - su mirada voló a Reiji, que frunció el ceño -, ¿esa es tu comida favorita?

Silencio. Nadie supo qué decir por unos segundos, en los cuLes los ojos esmeralda de Akiay los carmesí de Reiji se batallaban por descifrar qué cruzaba la mente del otro violentamente.

- ¿Cómo? - preguntó Reiji.

- Oh, tranquilo - Akia le sonrió con cariño, aunque sarcástica a la vez -, no lo he sabido por ti.

Y, cual dardo preciso que se dispara de la mano de alguien, me señaló con su dedo índice. Si hubiera sido posible, hubiera palidecido, pero al no poder me quedé de piedra.

- Lo he sabido por ella.

Reiji me inspeccionó con la mirada, confudido y formulando mil preguntas con sus ojos carmesí. Me limité a quedarme callada, nerviosa y sin tener la menor idea de qué más hacer o decir.

- Puedo leer su mente - dijo Akia con orgullo -. Es mi habilidad, la que heredé de mi madre.

- ¿Sólo... la mía?  - pregunté.

Asintió.

- No eres de mi sangre, así que puedo. Pero - puso los ojos en blanco -, por algún motivo... veo todo borroso. ¿Eres una vampiresa pura?

Algo entristecida, negué con la cabeza. Si hubieramos estado solos, me hubiera abrazado a Reiji, pero no lo hice. Maldita Cordelia...

- ¿Te transformó Cordelia? Vaya zorra. Se revolcó tanto con padre y él bebia tanto de ella por pura lujuria que la mordida de aquella mujer se pudrió. Supongo que es por eso que no leo bien tu mente - me sorprendí, pero me mantuve seria, sin mostrar mi incomodidad.

- ¿Eso es bueno?

- Para ti, sí. Para mí, no.

Antes de que alguien pudiera decir algo más, llamaron a la puerta. Akia gritó que quien quiera que fuese pasase, y la sirvienta que me recibió - Adrianne, si no me equivoco - hizo una torpe reverencia al entrar, tambaleandose.

- Akia-sama, lamento la interrupción...

- Eh, no te preocupes - Akia le regaló una sonrisa despreocupada -. ¿Qué pasa?

Adrianne vaciló en su lugar. Su gargantilla parecía estar más apretada que antes, casi ahorcándola; iba temblorosa y bastante pálida, tanto que casi parecía un fantasma.

Akia apareció a su lado y rozó sus dedos contra la gargantilla de la sirvienta, haciéndole encogerse; la pelinegra se llevó los dedos a los labios y bebió la sangre que había manchado sus dedos ávidamente. Todos apartaron la mirada, incluyéndome; moriamos de sed y nos dolía. Sentía mi cabeza dar vueltas y mi pecho encogerse, tensando mi cuerpo, pero el resto no se veía mejor. Reiji escondió su rostro en mi cabello, sus brazos alrededor mío en cuestión de segundos, mientras oía su respiración agitada y jadeante. Me aferré a él suavemente. Ayato gruñía al lado de Kanato, que le murmuraba cosas muy rápido a Teddy; Subaru había enterrado los colmillos en una almohada disimuladamente. Shu, por su parte, había caído dormido en el sofá, pero gruñía sonoramente.

- Vaya, padre tenía razón - Akia le sonrió cálidamente a Adrianne -, tu sangre es deliciosa.

Enterré mis colmillos en mi labio con violencia. Comenzó a sangrar casi al instante. La deseada sensación de la sangre me llenó poco a poco, con cada gota que se derramaba; aún así no lograba calmar mi sed por completo y eso me hacía sentirme más débil.

- Pero, Adrianne...

La sirvienta apretó los ojos con fuerza, llorosa.

- ¿Por qué hueles a alguien más que padre?

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Terminé este capitulo en la clase de Español .-. Si repruebo, es su culpa </3 Pero bueeeeeeh, lamento no haber actualizado ayer, estuve con mucha tarea Y PLANTANDO PLANTAS PARA EL PROYECTO DE BIOLOGÍA. Miss Rosa (Alias Miss Rabanito, Miss Margarita, Miss Epidermis...), si lee esto, no me importa qué factores afecten el crecimiento de las plantas, yo voy a vender Avon en la Javier Prado >:c Pero ya saben, voten, comenten, y hasta el siguiente cap ♥

-TheGirlNextDoor

Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora