Capitulo VI

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Yui POV

Todos entramos, viendo cada rincón del lugar con los ojos expectantes. Jamás había estado en un lugar tan elegante, pues eso sobrepasaba todo lo que había visto en la mansión Sakamaki por mucho. Príncipes contra Rey, me dije, mientras me soltaba de la mano de Reiji y daba unos cuántos pasos al frente, casi en las nubes pero intetando aferrarme a la tierra lo más fuerte que podía.

Kuro se nos acercó con el rostro serio. Usaba traje y corbata también, su corbata a rayas blancas y negras y el cabello algo desordenado. Su mirada estaba oculta detrás de unas gafas de sol de nuevo.

- Al parecer están disfrutando de la fiesta - dijo, irónico, al ver que todos fruncían el ceño.

- La disfrutaríamos si tuvieramos la menor idea de porqué era tan importante venir - Reiji se cruzó de brazos.

- Sigues igual de serio y aburrido como siempre, Reiji - comentó Kuro ahora sonriendo, burlándose del segundo de los hermanos.

- Ahora no, Kuro - siseó Reiji.

Solté un suspiro, harta de discusiones entre los dos. Ayato y Kanato rieron un poco, mientras que Subaru simplemente ya no estaba en la escena; posiblemente se había aburrido y fue a dar una vuelta. Casi me daban ganas de imitarlo, pero Reiji se adelantó y se alejó del pelinegro.

- ¿Bailas? - me preguntó en un susurro, estirando su mano hacia el frente.

Sonreí mientras asentía y ambos caminabamos hacia la pista, por muy cursi que suene. Posó su mano en mi cintura mientras yo, torpemente, buscaba donde poner la mía. Reiji, al darse cuenta, la guió hasta su hombro mientras entrelazaba nuestros dedos lentamente. Casi podía sentir mi corazón tratar de fucionar de nuevo y mis mejillas haciendo el intento de sonrojarse. Ninguno tuvo éxito mientras Reiji se inclinaba para besar suavemente mi frente. No sé cómo bailar esto, me dije, nerviosa y hasta insegura de cómo irían las cosas. Aún así, él simplemente se acercó a mi oído.

- Sólo... imitame. - y dio un paso a la derecha, que imité torpemente -. Un dos tres, dos dos tres...

Comencé a contar en mi mente, tratando de no enredar los números. Era casi un cuadrado, así que de momento se tornó fácil con la ayuda de Reiji. Aún así, me costaba seguirle el ritmo, por lo que terminé apoyada en su pecho mientras él hacía prácticamente todo. Era patético, ya que el bailar no se me daba muy bien, pero con tenerlo cerca... todo iba perfecto.

Todo fue lento y torpe, pero un baile al fin y al cabo. Una o dos veces llegué a pisarle, muchas más me tambaleé, pero seguimos la música y logramos no caer. Al terminar la melodía después de unos minutos, tomó mi mentón y clavó sus ojos carmesí en los míos antes de inclinarse y darme un beso largo y dulce. Adoraba sus labios, que se rozaban lentamente con los míos mientras la falta de aire se volvía más fuerte y tuvimos que romper el beso.

- Soy un asco bailando - le susurré, apoyando la frente en su hombro.

- Sólo necesitas práctica - me respondió mientras acariciaba mi cabello lentamente, enredando sus dedos en mis mechones dorados -. Me encargaré de enseñarte.

Asentí. Me puse de puntillas de nuevo, ya que Reiji era demasiado alto para mí aún con tacones, y le di un beso en la mejilla. Me dieron unas ganas inmensas de bailar de nuevo, torpe y lentamente...

Pero un agudo dolor cruzó mi cabeza.

Fue duro, violento y horriblemente doloroso. Mis piernas temblaron mientras me sujetaba de la camisa de Reiji, que al darse cuenta me sujetó contra sí mismo con fuerza para impedirme caer. Podía oír que llamaba mi nombre, cada vez más desesperado, pero yo sólo podía sentir el agonizante dolor mientras jadeaba. Moría de sed y supe que mis reservas se habían acabado después de dos semanas; lentamente me iría debilitando al igual que todos. El dolor se fue apaciguando poco a poco, devolviendo parte de sus fuerzas a mi cuerpo, y me paré firme una vez más.

Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora