Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]

Capitulo XXIV

Akia POV

¿Yui iba a bajar a ese infierno para buscarnos? Sus pensamientos se sentían cercanos, y podía oír cómo ella se debatía entre bajar o no bajar, maldiciendo y gritando por dentro. Al parecer, ella estaba en la base al lado de Raito, que le daba una oportunidad para salvarnos... y ella, cegada por encontrar al resto de nosotros, había aceptado.

¿La base es el balcón del segundo piso?, pensé, sonriendo. El balcón no podría estar lejos, y no habían señales de Kuro cerca, así que eché a correr, esquivando piezas gigantes con gracia. Podía sentir mi respiración entrecortada mientras aceleraba, presa de una adrenalina violenta y traicionera que le daba cuerda a cada parte de mi cuerpo.

La ilusión acabó y me vi en el salón. Miré a todos lados, buscando las escaleras principales, pero me encontré con algo mejor: Ayato salía de un pasadizo oscuro, tan nervioso como yo. Mis ojos se abrieron de par en par, aliviada, y al cuajarse de lágrimas corrí hacia él sin pensarlo dos veces; me eché en sus brazos y le di un abrazo.

- ¡Akia! - dijo en un susurro inaudible, por lo que tuve que leer sus labios, abrazándome de vuelta -. ¿Estás bien? ¿Y el resto? Dime que Kanato ha venido contigo, por favor - su voz se llenaba de esperanza lentamente conforme soltaba cada palabra.

Yo también estaría preocupada por un trillizo mío, me dije.

Mi pecho se oprimió y tragué en seco, negando con la cabeza. Se enteraría tarde o temprano, pero no en ese momento - la prioridad era escapar del juego y ganar.

- Oh. Entiendo, eh... pues hay que avanzar - Ayato se soltó del abrazo -. ¿Tienes idea de dónde está la base?

- En el balcón principal del segundo piso. Yui y Raito están ahí arriba.

- ¿Ella escapó? - preguntó, extrañado.

- Nunca jugó. Raito la tiene con él para "protegerla" - hice un par de comillas en el aire con los dedos -. Pero parece que va a buscarnos, o eso está pensando.

Él asintió y comenzamos a caminar en silencio. Kanato perdió, y aquí está Ayato, así que faltan Shu, Reiji y Subaru. Espero que ninguno... aparté los pensamientos de mi cabeza y traté de concentrarme en los pensamientos de Yui, ya que los de Kuro habían desaparecido en el aire.

Tengo nueve minutos y treinta y dos segundos más.

¡La muy insensata ya había bajado!

- ¡Yui, buena suerte! - dijo la voz de Raito, y estalló en carcajadas.

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Yui POV

Bajé las escaleras con las manos en el pecho, sintiendo el reloj de arena que me habían colocado en este. La arena bajaba lentamente, grano por grano, cayendo en la base cual peso muerte y haciendo que mi pecho retumbase como si fuera un corazón verdadero, no el pedazo de carne que yo llevaba en realidad.

Mi objetivo era uno: encontrar a todos en menos de diez minutos. Y con ese pensamiento en clave llegué  la base de la escalera, viendo cómo un camino de huesos crecía frente a mí. Solté un jadeo nervioso, temblando del miedo ante la ilusión, pero me digné a dar un par de pazos al frente sin caer.

- Todo está bien - susurré una y otra vez -. Todo está bien.

Noté que no había sonido alguno. Pisé un cráneo y me retorcí, asqueada y asustada a la vez. He visto a gente morir y suicidarse, ¿y no puedo soportar unos malditos huesos humanos? No entendía mi patética mente, aunque jamás lo había hecho. Simplemente traté de distraerme, dando pasos silenciosos mientras vigilaba todo a mi alrededor, en busca de Kuro.