Capitulo X

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Yui POV

Raito, pensé.

Me levanté de mi asiento, saliendo de la habitación sin decir nada. Podía sentir las miradas clavadas en mí y escuchar mi nombre saliendo de los labios de los hermanos mientras corría por los pasillos, con los ojos bien abiertos y nervios recorriendo mi ser. ¿Raito había sido capaz de levantarse ya? Pero... ¿cómo?

Y corrí más rápido, con más fuerzas. Tal vez no era capaz de teletransportarme, y el deporte jamás había sido mi fuerte, pero ya podía usar esas fuerzas que brotan en tu sangre cuando te conviertes en vampiresa. Y la adrenalina... todo junto, hecho la masa de sentimientos que me daban fuerzas, y mientras cruzaba en una esquina me encontré con unas escaleras altas y empinadas. Esto tiene que ser una broma, me dije mientras me dignaba a subir, yendo de dos en dos en los escalones sobre mis puntillas.

Lo único que podía ver eran escalones mientras subía cada vez más rápido. Iban, para colmo, en forma de espiral, subiendo y subiendo sin descanso; aún así podía ver la luz encima de todo mientras lograba acabar el recorrido. Miré de izquierda a derecha, mis manos temblorosas, y opté por ir a la derecha. Corrí de nuevo aunque mi cuerpo me suplicaba un descanso, la luz entrando por las cortinas abiertas y los astros tiritando a lo lejos.

Llegué al pasillo donde se encontraba mi habitación y fui un poco más lento. Avancé dando pasos largos mientras inspeccionaba el lugar con la mirada, yendo cada vez más lento y con la respiración más fuerte, resonando en los pasillos y llena de cansancio. Pero avancé, a duras penas, pero lo hice; no fue hasta que vi la puerta de mi habitación que me detuve.

Estaba abierta.

Dudas cruzaron mi mente, llenas de temor y angustia. Sobre todo eso, curiosidad. Aunque la curiosidad mató al gato...

Di dos pasos al frente, estirando mi mano hacia la perilla de la puerta.

...el gato murió sabiendo.

Apenas entré, solté un pequeño suspiro de alivio, pasando una mano por mis mechones rubios. Un bulto descansaba sobre mi cama, hombros subiendo y bajando a ritmo calmado, los cabellos algo largos cayendo sobre su nuca. Raito estaba durmiendo en mi habitación.

Caminé a su lado, dejando mi collar sobre la mesa de noche y sentandome a su lado. Dormía tranquilo y no parecía estar teniendo pesadillas como aquella vez. Aún así, se aferraba a la almohada con fuerza, y se removía de rato en rato. Sonreí, aunque se mi sonrisa se borró de mis labios casi segundos después.

Los labios de Raito estaban manchados de sangre fresca. Olía deliciosamente dulce, y al estar fresca, aún se derramaba un poco sobre las sábanas de mi cama sin que Raito se diera cuenta. Mordí mi labio, segura de que había sido él quien bebió de Adrianne; sin embago me incliné para poder oler la suculenta sangre mejor. Las gotas se iban deslizando por su mentón de la manera más seductora que me pude haber imaginado, e inconcientemente llevé mi pulgar a su mentón para limpiar la sangre sin despertarle. Mi dedo se manchó de carmesí en cuestión de un movimiento y me lo llevé a los labios, lamiendo todo lo que pude. Mi cuerpo recobró fuerzas, mi mirada ya no estaba tan borrosa como antes y de algún modo me sentía más tranquila. Lentamente volví a pasar mi dedo por el mentón de Raito hasta que no quedó nada de sangre y, satisfecha, suspiré.

Raito soltó un gruñido antes de comenzar a abrir los ojos.

- Eh, nos has dado un buen susto - le dije, intentando sonar casual.

- ¿Qué...? - preguntó antes de bostezar.

- Creímos que seguías dormido - me burlé mientras acariciaba su cabello lentamente, como si de un niño pequeño se tratase -. Deberías descansar un poco más, Raito. Algo me dice que no estaremos mucho tiempo en esta mansión, y el viajar te quita fuerzas.

- Espera, esta es... tu habitación...

Me encogí de hombros.

- Supongo que dormiré en la tuya. Ahora, duerme un ra--

La puerta se abrió de golpe, haciéndome girar de golpe por el susto. En el umbral, Akia llevaba una mochila al hombro y resoiraba agitada; ya no llevaba puesto su vestido metálico, sino unos jeans y una camiseta por debajo de una chaqueta de cuero. Se había quitado el maquillage y los zapatos de tacón ya no eran más que zapatillas Converse hasta las rodillas. Como Cenicienta al acabarse el hechizo, pensé al levantarme.

- Yui - dijo. Parecía tener un nudo en la garganta -, esto es todo. Me voy ahora mismo de esta mansión.

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Akia POV

Unos minutos antes.

Los labios de Adrianne terminaron de moverse, y las cosas que llevaba en las manos cayeron al suelo. Mi sirvienta, que además era mi amiga, siendo casi violada por padre enfrente mío. Las lágrimas se formaron tras mis ojos, una mezcla de furia, desesperación y decepción ardiente y dolorosa.

Padre ya no estaba sobre Adrianne en cuestión de segundos. Estaba al lado de la cama, arreglando su saco mientras forzaba un tosido. Yo, en mi puesto, apretaba mis dientes para no llorar o gritarle todo lo que cruzaba mi mente en ese momento a padre. Adrianne se sentó en la cama y se apresuró en cubrir la herida con sus manos, manchándolas de su propia sangre sin emitir ruido alguno.

- Hija... - empezó padre.

- Pensé que eras diferente - susurré -. No pensé que... caerías tan bajo...

Me costaba hablar. Tenía un nudo en la garganta terrible y la cabeza me daba vueltas. Padre iba a hablar de nuevo - posiblemente para dar una escusa tonta o quién sabe qué - pero lo corté al dar un golpe al suelo con el pie. Los pensamientos de Adrianne iban muy rápido, pero no me molesté en escucharla mientras reprimía más lágrimas.

- Pensé que eras un rey noble - susurré -. Ahora... ahora no sé qué pensar, padre.

- Sólo escuchame - intentó decir.

- ¿Qué vas a decirme? - le grité, furiosa -, ¿que no vi lo que vi? ¿Que estabas jugando? ¿Que ha sido algo inconsciente? Pues no te creo. Y bien has hecho con traer a mis hermanos aquí; me voy de este lugar. ¿Querías que me uniera a ellos? Bien. Pues me voy en este instante.

Antes de que pudiera decir algo, cerré los ojos y me transporté a mi propia habitación, mis ojos inundados de las lágrimas que había querido contener dentro. Hice mis maletas, rompí mi espejo y tiré mis fotos con padre por la ventana; fue la rabieta más grande que alguna vez haya echo en mi vida.

Estoy harta, pensé mientras abría la puerta.

Kuro cruzaba por el pasillo en ese momento, y al verme se sorprendió antes de ir a paso apurado a mi lado. Vio mis maletas y sus ojos se sorprendieron aún más por detrás de sus gafas negras que usaba siempre. "Pero, ¿qué ha pasado?", pensó él.

Me arrojé a sus brazos y él, torpemente, me abrazó de vuelta.

- Me voy de aquí con mis hermanos - le dije, cerrando los ojos -, y tú vienes conmigo, Kuro.

Hacía muchísimo que no lloraba tanto.

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Me demoré en actualizar, lo sé </3 Pero publiqué el fin y al cabo >:D Ya llegamos al décimo capitulo, al fin~ Posiblemente no pueda publicar mañana, ya que voy a ir a un festival (el Tinta Fest, para ser exactos) hasta casi las seis y después voy a estar con una amiga y eso :P Pero el domingo sí habrá capitulo nuevo~ Ya saben, voten, comenten, y hasta el siguiente cap ♥

-TheGirlNextDoor (La que aprenderá a hacer maquillaje zombie)

Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora