X - Familia

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No se deben consumir todas las Lágrimas de Luna...



Dennis aspiró con fuerza, abriendo los ojos de golpe, como si aspirara la misma vida. Sintió que un gran poder le recorría cada célula del cuerpo, dotándolo de comprensión y entendimiento, la herida que era una muerte segura sanó y ese poder desapareció. Parpadeó para orientarse, encontrando a una Winnie que lo miraba sorprendida, entre lágrimas, y una sonrisa curvó sus labios al tiempo en que se le lanzaba encima para abrazarlo.

La fuerza del gesto le hizo crujir algunas costillas, pero Dennis se lo correspondió, sin embargo, al separarse, una de sus manos tropezó con algo, se volvió a ver qué era y encontró el cuerpo sin vida de Scarlett a su lado, el cabello suelto en todas direcciones y el cuerpo de una humana, sin rastros de vampirismo, con una sonrisa en calma.

La conversación de su abuelo tomó sentido en su mente, Scarlett le dio su esencia para sanar sus heridas. Al hacerlo y Dennis sentir tal comprensión, supo o sintió en su propia piel el control que había tenido Bela sobre Scarlett, la forma en que ella había luchado por liberarse y la decisión en contra de la presión de Bela, en un acto de rebeldía, de salvarle la vida.

Poniéndose de pie, Dennis agradeció a Scarlett lo que había hecho, estiró una mano y ayudó a Winnie a ponerse de pie, le limpió con cariño las lágrimas con el pulgar y le acunó el rostro con la palma de la mano libre.

—Dame unos segundos —le dijo a ella. Hizo flotar el libro desde el suelo, lo tomó, se giró hacia el castillo y usó su velocidad de vampiro para llegar al hotel y encontrar el pasillo sin salida que conducía al estudio de su abuelo. Entró y buscó las armas que antes había visto, encontrándolas en una de las estanterías, sin embargo, ahí faltaban el animador, la Lágrima de Luna y los libros de la Multiguerra. Claro, su bisabuelo aún no se mudaba al hotel.

Habiendo tomado las dagas y la espada, dejó el libro y salió a toda velocidad del hotel, llegó con Winnie y le tendió los cuchillos. Eran dos hojas triangulares, largas y anchas, parecían colmillos de algún monstruo mítico, con mangos de obsidiana revestidos en cuero. Dennis se quedó con la espada, que no era poca cosa, una gran hoja de doble fijo, blanca como la misma luna, y con un mango de metal negro.

A Dennis le pareció que la espada parecía la unión entre la luna y la noche. Como él y Winnie.

—¿Lista? —le preguntó a Winnie.

—Claro —asintió con la voz ronca, aún por el llanto que había tenido—, pero ¿cómo afectara esto a Bela?

—Son armas templadas en agua bendita, además de bendecidas, lo siento. Estas armas me rechazan, luchan contra mí. Las puedo empuñar por mi parte humana, y como tú no tienes nada de vampiro, no te rechazan... no mucho.

Winnie sopesó el peso de ambas cuchillas.

—¿Qué hace tío Drac —preguntó ella confundida— con armas de esta clase? Lo matarían si lo llegaran a cortar. —Se detuvo, abriendo mucho los ojos—. ¿Piensas matar a Bela?

—Sí. —Asintió—. Al Bela de este tiempo, si éste muere, el del futuro morirá también. Podríamos volver.

Winnie negó con la cabeza, el viento nocturno ondeándole el cabello.

—No funciona así, Zing-Zing. Si matamos a Bela evitaremos que Bela afecte el futuro, sí, pero de igual forma nosotros usaremos el animador y la Lágrima para volver al pasado, en teoría, la muerte de Bela no afectaría nuestro destino, pero sí nuestras vidas.

—Pero... —Sacudió la cabeza para sacarse eso de la mente—. Olvídalo, los líos temporales son un rompedero de cabeza. Vamos.

Dennis le rodeó la cintura a Winnie con el brazo libre y usó su velocidad de vampiro para moverse lo más rápido posible hacia la zona del bosque donde estaba la casa en el árbol, donde Bela los hubo encontrado la primera vez.

Unique ZingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora