He vuelto a casa e informado de mis descubrimientos a la Sede, pero no he encontrado lo que me envió en mi búsqueda. Todo parece tan... fortuito, que por fuerza, o eso quiero creer, debería haber alguien moviendo los hilos.
He ayudado a crear un arma que mejora el poder de lo que el licántropo me dijo se llamaban Lágrimas de Luna. Sin embargo, no he encontrado nada sobre más tipos de magia semejantes a ese.
Intenté usarlo una vez, al probarlo, y lo comprendí.
Lo comprendí.
Ellas...
Bela esperaba molesto en su cueva, acariciándose el pendiente y tratando de no dejar que esa fuerza lo dominara.
¡Debes atacar el hotel, Bela! ¡Me lo debes!
—Se hará —susurró, apretándose el entrecejo con cuidado de no lastimarse con sus garras—. Lo sabes. Mi control es firme.
¡Porque yo te doy poder, Bela! ¡Sin mí no serías capaz de mantener el control sobre tu lacayo! ¡Marcha pronto contra el hotel y destrúyelo, y luego gasta lo que te he dado! La voz era imperiosa, visceral, odio y furia concentrada. ¡Hazlo o conocerás las consecuencias de desobedecerme, hijo de la Noche!
—Se hará, mi señora —susurró Bela, tocándose el pendiente—. Se hará lo más pronto posible. Lo juro, mi señora.
¡No quiero palabras vacías, sin valor! ¡Hechos! ¡Destruye el hotel, usa lo que te otorgado... o paga el precio por desobedecerme!
Bela suspiró, encorvándose en su trono de piedra.
—Se hará, mi señora. Se hará.
Sólo podía decir eso, ya que la voz nunca se conformaba... y nunca se iba.
Dennis despertó cuando alguien llamaba a la puerta, de forma continua. Abrió los ojos, desperezándose, sintiendo el cuerpo adolorido y agotado desde la punta de los dedos de los pies hasta la punta del último de sus cabellos. Bostezó y se irguió en la cama, quedando sentado, encontrando su cuerpo sin nada que lo cubriera y con finas marcas de garras, con uno que otro lugar rojo en exceso por los besos de Winnie. «¡Santa rabia, eso fue excesivo!», pensó, sonriendo como un idiota.
Se puso de pie y fue hasta el baño, donde se echó una toalla a la cintura y sufrió un respingo al darse cuenta de que estaba lejos de Winnie y no sufría los ataques de dolor por su esencia compartida. Ya le había pasado varias veces que se levantaba y al dar el primer paso lejos de ella, caía al suelo entre gritos y dolores, que luego alcanzaban a Winnie; la rutina le pasaba factura, sin embargo, ahora eso no sucedía.
Toalla en la cintura, corrió hasta Winnie, se tumbó en la cama, ignorando los golpes de la puerta, y la despertó con suavidad. Se veía hermosa con el cabello chocolate alborotado como un halo que aumentara su belleza, Winnie abrió los ojos y parpadeó con confusión, esbozando un sonrisa cariñosa cuando lo enfocó.
—Buenas no...
—¡Winnie! —exclamó Dennis, eufórico—. Observa. —Saltó de su lado y caminó hasta la pared más lejana, sin que lo asaltara dolor alguno; alzó ambas cejas, sonriendo, y Winnie se irguió en la cama, cubriéndose con la sábana y tallándose los ojos con una pata—. ¡No hay dolor! No sé qué pasó, pero estamos bien. ¡Estamos bien!
Winnie bostezó.
—Sí, lo sé —dijo, sonrió aún más—. Vlad dijo que necesitábamos estar juntos para que tu esencia se restableciera, saliendo de mí y entrando de nuevo en ti. ¿Qué podría ser más fuerte que estar juntos-juntos, eh? —Su tono no cambió, pero con su visión de vampiro (¡había regresado!) se percató de un rubor en sus mejillas, bajo el pelaje.
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Unique Zing
FanfictionIntentando con desesperación enmendar un error que cometió con Winnie, Dennis se topará con cosas que le harán saber que los monstruos no son como él los imaginaba, notando que su amor por Winnie es visto con malos ojos fuera del hotel. Y mientras D...