Relaciones entrelazadas

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Clases de Karate

(Frank)

-¡Vamos, Frank, tú puedes!-Gritó Manuel.

Nos encontrábamos en clase de Karate, Antonio y yo siempre competíamos juntos ya que éramos uno de los mejores de la clase y Manuel sólo venía a apoyarnos, en realidad no tenía nada mejor que hacer.

-¡Toma esto!-Grité mientras intentaba darle una patada pero Antonio era demasiado rápido.

Las cosas se habían calmado bastante, ya habían pasado algunas semanas del incidente y por ahora las cosas iban bastante tranquilas.

-¡Chico!-Gritó el profesor-Vengan aquí-Llamo haciendo que todos los estudiantes nos juntáramos en el centro del gimnasio.

-Chicos, Luzu se unirá al equipo de karate ¡Este año vamos a las internacionales!-Gritó lo último.

Genial, ahora tendría que soportar a esté Pringaó, sí el jamás había venido, es más creo que ni siquiera le gustaba. Vi a Manuel tensarse desde los asientos de la tribuna y Antonio se acercó a mí.

-¿Estas bien?-Me preguntó Antonio, yo sólo asentí con la cabeza.

-Vamos, sigamos con el entrenamiento-le dije más tranquilo.

Luzu pasó de mí y se puso a entrenar con otro chico.

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El eslabón más débil.

(Mangel)

-Mangel, me alegro que hayas vuelto-Dijo Samuel parándose delante de mí.

Hacia unas semanas me habían dado de alta y había podido volver al instituto.

-Gracias, permiso-Susurré pero él no se movió-Permiso-Dije más alto, dio un paso al costado y me dejo pasar.

-Ah, hay algo que tus amigos no te han querido decir – Dijo y yo pare en ese momento – Rubén y Cristian están juntos-

-Eso no es cierto- Respondí de inmediato.

-Lo es, lindo-Dijo acercándose a mí- Y si no me crees porque no vas a Zoo esta noche y los ves con tus propios ojos.  Ten, entra gratis-Menciono dejando una pulsera roja en mi mano.

-Nos vemos-Murmuro con sorna mientras se alejaba.

No, Guillermo y Frank me lo habrían contado. Aunque últimamente Rubén y Cristian se la pasan juntos, pero no creo que sean novios, joder, no lo creo.

No sé cómo me termine convenciendo de ir a Zoo, la cosa es que eran las una de dela madrugada y yo había llegado al inmenso baile, lo conocía ya que los chicos y yo habíamos venido muchas veces, el taxi me dejo en la puerta, había una cola de dos cuadras para entrar pero como tenía la pulsera me dejaron pasar sin hacer cola.

El lugar estaba totalmente lleno, apenas podía ver algo ya que las luces iban y venían y el lugar era iluminado por las luces multicolores, de un momento a otro sentí un agarre en mi muñeca y me tiraron de ella para salir de la multitud y llegar a la escalera

-Samuel-Murmuré cuando vi su cara.

Estaba más pálido de lo normal y sus ojos estaba rojos e hinchados..

-¿Así que te decidiste por venir?-Preguntó llevándose un vaso con un líquido rojizo a la oca, me lo ofreció pero yo negué con la cabeza –Tómatelo, así será menos doloroso-Dijo él y señalo con la mano un lugar en la pista.

Cosas de la vida - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora