Entre vicios y lágrimas.

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-Guillermo, Guillermo... Guillermo ¡Guillermo!-

-¿Qué?-

-Estas raro ¿Qué te pasa?-

-Nada, Frank... No me pasa nada... Ah, debo irme-

-Pero- --

Tome mis cosas y me marche del instituto dejando a mi mejor amigo con la palabra en la boca.

 

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-Guillermo, ven a cenar-Menciono mi madre, nos sentamos en la mesa pero la comida me asqueaba, últimamente comía muy poco-Guille estas tan raro-Susurró - ¿Qué te ocurre, te sientes mal?-Dijo mi madre en tono preocupado.

-Nada, nada... Enserio no es nada, sólo... No tengo hambre. Permiso-Dije rápido mientras me levantaba y me dirigía a mi habitación.

Mis manos temblaban y mi cuerpo tiritaba, sentía la ansiedad recorrer mi cuerpo.

-¡Guille, ya me voy al hospital!-Gritó mi madre desde la planta baja.

-Bueno, nos vemos el domingo!-

Sentí la puerta cerrarse, me di una ducha quitándome los nervios e intentado en vano calmarme, me vestí y me marche en mi deportivo.

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La música se filtraba por la puerta, como era costumbre en el piso inferior estaban de fiesta. Samuel y yo estábamos encerrados en su habitación. Yo me encontraba sobre él, con cada pierna al lado de su cadera y sólo nos separaba la ropa interior.

Me quito la playera y observo mi pecho desnudo, paso su lengua por mi pezón, sentía su cálido aliento chocar con mi piel desnuda mientras su lengua juguetea con mi pezón, yo sólo jadeaba y revolvía sus cabellos con mi mano.

Paso la lengua desde  mi pecho, por mi cuello hasta llegar a mi mentón y depositar un pequeño beso. Lo vi moverse, lo que pudo ya que me encontraba sobre él.

-Abre la boca- Me ordeno, yo lo hice y subí la lengua, él coloco una pequeña pastilla debajo de ella.

-Buen niño-Murmuró contra mi oído.

Sentí como la habitación me daba vueltas y comenzaba a ver borroso y sentí su potente erección entre mis piernas, sólo cubierta por su bóxer, lo empuje contra la cama y quedo acostado. Lo bese detenidamente y luego fui bajando por su plano y musculoso torso.

Samuel tiro de mis brazos y me llevo a su boca para besarme, despacio, lento, mientras quitaba mi topa interior y me acomodo bajo su cuerpo, me penetro de una sola estocada mientras seguía besándome, sus penetraciones eran lentas y profundas, como si quisiera desesperarme, necesitaba que fuera más rápido, pero el sólo lo hacia lento, hasta podía sentir como sacaba su miembro por completo y luego lo metía de lleno.

Deslizo su mano hasta llegar a mi miembro y mordí mi labio inferior mientras sentía las lentas caricias junto con sus penetraciones.

No sé si era la droga, sus besos o sus caricias o qué, pero el placer me desbordaba. Me penetraba más rápido y yo por mi parte acaricie sus piernas y deslice mis manos hasta su bien formado y firma trasero.

Cosas de la vida - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora