(Samuel)
-Samu, dale eso a tu hermano-Dijo mi madre con su dulce voz a modo de regaño.
-No, yo la quiero-Álvaro se lanzó sobre mí intentando quitármela.
Pero no importaba, porque era pequeño y estaba aburrido y eran horas de viaje en auto y pelear con Álvaro era divertido.
-Dámelo-
-Niños, paren-
-¡Samuel, basta!-
-¡Juan!-El grito de mi madre lo hizo volver la vista al frente.
Pero era tarde y sólo sentí los brazos de mi hermano apretarme contra su pecho y los gritos y los susurros en la oscuridad.
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Desperté de golpe, mi pecho subía y bajaba, hacía calor, era verano, era mi cumpleaños diecisiete. Tome una pequeña ducha y baje a desayunar, allí estaba mi familia, mi madrastra corrió a abrazarme y felicitarme, no me importó, no le correspondí y mi padre sólo asintió con la cabeza, él no le importaba en lo más mínimo mi cumpleaños, yo no soy Álvaro. Deje el desayuno a medio terminar y me dirigí al garaje, quería estar en otro lugar pero antes de subir al auto mi hermano me intercepto.
-Samuel, feliz cumpleaños-Menciono entregándome un pequeño paquete.
Lo tome de mala gana pero al abrirlo mis ojos se abrieron de la sorpresa.
-Es la medalla de mamá-Dijo mientras se alejaba y yo sólo observaba la delicada cadena de plata de la cual colgaba un pequeño unicornio.
-Gracias, hermano-Susurré al aire y me coloque el colgante de mi madre al cuello.
Subí al auto, demore cerca de veinte minutos en llegar a donde quería, camine despacio entre los árboles, el cielo no tenía ni una sola nube y el sol, simplemente se burlaba de mí. Llegue hasta debajo de un hermoso árbol, las hojas caían, me agache y observe la lapita, quite los pétalos y deje los jazmines sobre su tumba, mamá amaba los jazmines.
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-Mami, mami, mira-Grite corriendo mientras llegaba hasta mi madre.
Ella dio media vuelta al oírme y se agacho a abrazarme. Hundí mi cabeza en su cuello y sentí el aroma a jazmines que desprendía, mi mamá era tan hermosa como un ángel.
-¿Qué es eso, Samu?-Menciono mi madre mientras nos separábamos.
-Es mi trabajo, el que me ayudaste a hacer el otro día ¿Recuerdas? Mira me saque la mejor nota de toda la clase-Le dije muy orgulloso de mi. Apenas tenía cinco años pero ya sabía leer y escribir.
-Estoy orgullosa de ti-Dijo mi madre mientras miraba mi cuaderno.
Lo dejo a un lado e hizo que me acercara al pequeño estanque que teníamos en el jardín trasero, mi madre amaba la jardinería y tenía todo arreglado con flores y plantas, su flor favorita siempre fue el jazmín.
-Hazlo, así. Samuel-Me dijo mientras agarraba mi mano y lanzábamos comida a los peces del pequeño estanque.
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