Cap 1 parte 2/2 voces en mi cabeza

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^Dejó ver sus labios y una nariz un poco respingada, casi dejó ver totalmente su rostro, su gorro estaba apunto de ser retirado y...^

(Golpes en la puerta)

x- Keiko!!! Inutil despierta!!!

Me levanté de golpe, sabía que los insultos empezarian, lo supe desde que escuché la voz de mi primer hermano mayor Kurosaki.

Keiko- ¿Qué pasa? - Dije al abrir la puerta y tallándome un poco los ojos.
Kurosaki- ¿Qué no ves que hora es? ¡Apresúrate debes hacer el desayuno!
Keiko- Pero si son apenas las 6 am y no hay escuela
Kurosaki- A mi me vale, que no ves que tengo torneo y debo llegar temprano
Keiko- Haslo tu mismo ya estás grande ¿no?

Sentí un ardor en mi mejilla, Kurosaki me había dado una cachetada

Kurosaki- ¡Pero qué estás diciendo! ¿Qué acaso no sabes que mi madre murió por tu culpa? Debes tomar la responsabilidad y compensarnos.

Cuando kurosaki pronunció esas palabras escuché la misma voz de mi sueño que me decía "acaba con esto". Apreté fuertemente mi puño, no sabía lo que haría pero logré controlarme y solo decidí rodearlo y dirigirme a la cocina.
Preparé desayuno para tres personas pues sabía que si no lo hacía me iría mal. Escuché pasos en la escalera, eran Sakakibara (mi segundo hermano mayor) y mi padre.
Terminé el desayuno e inmediatamente me fuí a mi habitación. "De todas maneras no notarán que me fuí" me dije a mi misma mientras subía la escalera.
Después de media hora escuché a mi padre y mis hermanos salir, seguro que llegarían hasta tarde.
Durante varias horas escuché la misma voz que algunas veces me decía "acaba con esto" y otras decía "si sufres ¿por qué ellos no?"
Me senté en mi cama, tomé una navaja que se encontraba debajo de mi almohada y empezé a trazar lineas en mi brazo derecho; lineas profundas que comenzaban a sangrar, primero dejaban salir gotas pequeñas y escasas para terminar siendo lineas de las cuales la sangre salía de ellas haciendo que mi brazo y mi ropa quedaran totalmente teñidas de un rojo intenso pero a la vez oscuro.
Me quedé dormida a los pocos minutos.
Realmente debí perder la noción del tiempo porque al despertar eran casi las 10 pm.
Me levanté y bajé las escaleras muy silenciosamente pero al parecer no había nadie. Hice la cena para luego regresar a mi habitación y dormir un poco más.

A sangre fría... Rojo atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora