Cap 7 Sentimientos nuevos

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Pasaron dos semanas y nadie en la escuela me había molestado desde el primer día en el que Kazehaya estuvo conmigo.
Gracias a su compañía mis estados de ánimo pasaron de apatía y tristeza a empatía y felicidad. Desde que Kazehaya se hizo mi "amigo"... mi primer amigo no volví a tocar una navaja pero ¿por qué no lo hacía? Muy fácil. No lo hacía porque ya no lo necesitaba, ya no estaba sola y por lo tanto esa sensación de tener una navaja en mis manos y pasarla por mi piel trazando unas líneas desapareció, no extrañaba esa sensación y no quería volver a ella.
Realmente me gustaba estar con el no porque me hiciera reir o me defendiera de todos aquellos que querían molestarme sino porque estando con el me sentía tranquila, sentía que junto a el nada me pasaría. Pero no solo eso. Sentía ganas de protegerlo como el lo hacía conmigo, quería hacerlo sonreir no importaba de la manera que fuera. Quería hacerlo, realmente quería hacer todo eso por el. El problema estaba en la manera en la que yo me expresaba, ya que no sabía como actuar ante diferentes situaciones, no tenía ni la más minima idea de como hacer feliz a alguien, como sacárle una sonrisa y mucho menos como protegerlo.
A veces el decía que me portaba muy seria con el, que parecía que me sentía incómoda a su lado ya que, aunque sonreía, lo hacía secamente, como si aquella sonrisa fuera forzada. Pero lo que el no sabía, mas bien, lo que no sabía como decirle era que a su lado me la pasaba increible, que aunque mi sonrisa fuera tenue era sincera. Pero claro estas sensaciones para mi eran nuevas, nunca había sentido algo igual ya que todo lo que recibía era desprecio y reproches por parte de mi familia, eso sin contar el que me molestaran en la escuela.

Kazehaya- Keiko... ¿Keiko estás bien?

La voz de Kazehaya hablándome tan de repente hizo que me sobresaltara.
Demonios parece que me quedé inmersa en mis pensamientos otra vez.
Ultimamente esto me ocurre y mi preocupación siempre es la misma; como mostrarle a Kazehaya que me importa.

Keiko- Lo siento... ¿Decías algo?
Kazehaya- Si... estaba diciéndote que me gustaría que saliéramos un día. Estar juntos solo en el descanso es muy poco... Pero claro solo si tu quieres
Keiko- Claro, me gustaría solo que...-
No estoy muy segura de poder salir con el, mi padre no me dejará salir y si lo hago a escondidas me matará
Kazehaya- ¿Si? ¿Hay algún problema Keiko?
Keiko- Oh, no claro que no solo que... estaba pensando... si pudiese ser en el horario de clases
Kazehaya- Oh ya veo, la señorita no quiere venir a la escuela y pasar más tiempo conmigo- Dijo con una sonrisa burlona a lo que yo solo asentí- Pues no creo que el faltar un día nos afecte así que por mi está bien. Será en el horario de clases.
Keiko- Si... pero... dónde nos veremos... yo... casi no conozco por aquí
Kazehaya- Nos veremos en el mismo lugar donde siempre nos despedimos para ir a casa
Keiko- Está bien- Contesté para después dejar que mi cara mostrara una pequeña sonrisa.

La chicharra de la escuela sonó indicando la entrada al salón de clases.
Kazehaya me hizo una señal con su mano para hacerme saber qur debíamos ponernos en marcha si no queríamos problemas con el siguiente profesor por entrar tarde. Yo solo asentí y lo seguí.
Una vez estando adentro cada uno tomó su respectivo lugar y con respectivo me refiero a Kazehaya y yo uno al lado del otro. Kazehaya al tercer día de haberse convertido en mi amigo pidió a los profesores que le dejaran sentarse a mi lado a lo que ellos se sorprendieron ya que el nunca había querido dejar su asiento y supongo que lo que más les sorprendió fue el que hubiese dejado su lugar por aquel que estaba a lado de la chica solitaría y aunque la idea no les hizo mucha gracia finalmente aceptaron. Además estoy segura de que, aunque los demás no dijeron nada respecto a eso tampoco les agradó la idea ya que podía ver las miradas de odio que lanzaban las chicas a las que les gustaba Kazehaya.
Dejando las miradas de odio a un lado, debo aceptar que el que Kazehaya esté a mi lado hizo incluso que mis calificaciones fueran de pésimas a unas que, aunque no eran buenas, me sorprendieron; incluso había entendido temas que no creí que pudiera llegar a entender. Vaya que este chico pudo lograr varias cosas en tan solo dos semanas.
Las clases acabaron y Kazehaya y yo nos dirigimos a nuestras casas por el mismo camino de siempre. Se que a algunas personas les parece tedioso el tener que caminar por el mismo rumbo todos los días. Sin embargo para mi era todo lo contrario ya que Kazehaya siempre sabía como animar el camino aunque yo no hablara tanto.
Al llegar al lugar donde nos despedíamos solo se detuvo y me miro con una sonrisa antes de hablar

Kazehaya- Mañana
Keiko- ¿Eh?
Kazehaya- Mañana no iremos a clases
Keiko- Oh...
Kazehaya- Keiko ¿qué pasa? ¿Ya no quieres que salgamos juntos?
Keiko- No, si quiero, pero me tomó por sorpresa
Kazehaya- Oh ya veo - me dijo un poco serió pero luego sonrió y volvió a hablar - Bien mañana te espero aquí 8 en punto, no llegues tarde
Keiko- No lo haré
Kazehaya- Muy bien ahora ve a casa y prepara todo lo que quieras llevar
Keiko- Claro, pero también deberías ir a casa ya
Kazehaya- Ya lo sabes, no me iré hasta que tu no te hayas ido-
Dejé salir un suspiro y asentí. Di media vuelta y me apresuré a caminar hacia mi casa. Esta vez novolví mi mirada hacía donde estaba el porque sabía que si lo hacía el menos se iría.
Llegué a mi casa y entré despreocupada ya que sabía que no habría nadie, ultimamente era así, ni mi padre, mi mis hermanos estaban en casa, salían desde muy temprano y llegaban hasta muy tarde, cosa que no me preocupaba en absoluto.
Subí a mi habitación, no sin antes pasar a la cocina por algo de comer. Una vez dentro me puse a pensar a cerca de la salida de mañana y supe que debía escojer algo que ponerme, no me preocupaba el como me veía o si lo que vestía combinaba pero por alguna razón quería verme bien mañana así que rebusqué entre mis cosas y cuando encontré algo decente lo colgué cerca de la ventana y me fuí a dormir. Sí lo sé, no son ni las 6 y yo iré a dormir pero necesito dormir bien si quiero estar presentable mañana, además, yo soy rara.
Puse mi despertador a las 7:00 ya que solo necesitaría cambiarme, cepillar mi cabello y desayunar algo. Me acosté en la cama enrollándome con las sábanas mal colocadas y a los pocos minutos me quedé dormida.

A sangre fría... Rojo atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora