cap 16 Satisfacción

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(Sueño de Keiko)

-acábala-
-vamos que esperas, acaba con ella-

Aquellas frases se repetían una y otra vez en mi cabeza. Mis sentidos del oido y la vista estaban distorsionados, mi cuerpo tembloroso; a lo lejos se escuchaban murmullos, sollozos y de vez en cuando un grito sin embargo no podía ver nada, todo estaba obscuro.

Poco a poco ambos sentidos se agudizaban. Ahora todo lo que escuchaba resultaba estar muy cerca de mi, a unos cuantos pasos para ser precisa. Mi vista se aclaraba; primero pude ver luz, una tan tenue y amarillenta que no me fue dificil acostumbrarme a ella. Una vez que fui capaz de distinguir todo me di cuenta de que me encontraba en el salón de clases, pero eso no era todo, estaba rodeada por los cuerpos de todos y cada uno de mis compañeros a excepción de Kazehaya. Todos estaban ensangretados, algunos se encontraban tremendamente mutilados, algunos otros agonizaban y otros simplemente se encontraban en un charco hecho con su propia sangre, habían sido degollados.

Busqué entre los cuerpos esperando encontrar a Nanami y claro, también estaba ella, había sido asesinada de la peor manera ya que a ella la habían torturado haciendo de su muerte un doloroso e infinito infierno; su rostro estaba un poco desfigurado, tenía cortes en muñecas y piernas, le habían arrancado las uñas de manos y pies, grandes pedazos de piel habían sido arrancados violentamente de algunas partes de su cuerpo pero lo que más me llamó la atención fue que en el brazo izquiero tenía la palabra "rechazada" escrita a base de cortadas.

Por alguna razón una pequeña risa salió de mi boca al leer aquella palabra en el brazo de Nanami, aquella imagen me resultaba tan satisfactoria que en cuestión de segundos me encontraba riendo a carcajadas frente a su cuerpo sin vida. Aquello que veía frente a mi era arte, una obra maestra digna de admirar. Acerqué mis manos a mi cara, estaban cubiertas de sangre... miré mi ropa totalmente ensangretada, el olor a sangre fresca inundaba mis fosas nasales, era exquisito; fue entonces cuando me di cuenta de que aquella hermosa obra había sido creada con mis propias manos.

-vaya pero si soy toda una artista- me dije a mi misma como elogio por lo que había hecho y claro, no era para menos.
Me dirigí hacia la puerta. Una vez ahí contemplé aquella obra de arte para sonreir por última vez.

-lo has conseguido-

Fue lo último que escuche antes de salir del lugar.

(Fin del sueño de Keiko)

A sangre fría... Rojo atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora