cap 23. Soy tu cómplice

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- Kazehaya...

Al ver el rostro estupefacto de mi amigo no pude evitar que el bat cayera al suelo.

Kazehaya- ¿Q-que e-está pasando?- dijo conteniendo la respiración
Keiko- Yo...

No pude terminar la oración ya que me encontraba estupefacta ante el rostro de mi amigo.

Demonios Keiko, estuviste a punto de asesinar a tu... Amigo...

Un momento de silencio se apoderó de la habitación hasta que él se decidió a hablar

Kazehaya- Tú... ¿Hiciste esto?

Intenté contestar a su pregunta pero las palabras no me salían por lo que solo pude asentir con la cabeza.
Me encontraba igual de estupefacta que él, esto no tenía que haber pasado, él no tenía que haberme visto matar a todos nuestros compañeros, en primer lugar, no debí haberlos matado...

Espera ¡¿qué?!...
¿Que no debí matarlos?

-Jajajaja ¡pero que demonios!

Esta última frase la dije entre risas sarcásticas provocando que Kazehaya temblara un poco y luego me mirara sorprendido.

-¡Míralos!... ¿Acaso no son una obra de arte?- dije sonriéndole

Kazehaya dió un paso atrás y yo uno al frente..

Keiko- ¿Qué pasa Kazehaya? ¿Acaso tienes miedo?
Kazehaya- ....
Keiko- Tranquilo.... No tienes porque temer
Kazehaya- .... - seguía retrociendo
Keiko- Oh es que acaso tienes miedo..- Kazehaya dió un paso en falso y cayó de espaldas- ¿De mi?
Kazehaya- Y-yo...
Keiko- Me hieres mejor amigo- dije fingiendo sentir una punzada el corazón mientras hacía una mueca que luego fue remplazada por una enorme sonrisa.

Quería jugar un poco con él, pero no la manera en que lo hice con los demás, por supuesto que no; quería que él jugara... Junto a mi.
Unos pasos empezaron a escucharse alrededor del pasillo. No quería que me vieran, no dejaría que supieran quien era la autora de tal bello trabajo... Por ahora...

-No será tan fácil- susurré para mi, pero estoy segura de que Kazehaya también lo escuchó.

Tomé la mano de Kazehaya, ayudé a que se levantara y comencé a correr hacia la salida junto con él.

Kazehaya- K-keiko
Keiko- Ahora no Kazehaya, debemos salir

Tiré de él con más fuerza y comencé a correr más rápido, teníamos que darnos prisa.
10 minutos después ya nos encontrábamos lo suficientemente alejados de la escuela; estába tan agotada y seguramente Kazehaya también lo estaba así que decidí parar pero no sin antes encontrar un lugar seguro. Por suerte nos encontrábamos cerca de una bodega abandonada, ahora ese era el lugar más seguro.

Keiko- ¿K-kazehaya e-estas b-bien?- dije sofocada
Kazehaya- S-si- al igual que yo, él se encontraba sin respiración
Keiko- Kazehaya yo...
Kazehaya- Lo sé, no importa
Keiko- Pero aún no he dicho nada
Kazehaya- Dirás que asesinaste a tu familia y a nuestros compañeros de clase ¿cierto?
Keiko- Mi... Familia... ¿Cómo lo sabes?

Miré a Kazehaya quien se encontraba perdido en sus pensamientos.

Keiko- Tú...
Kazehaya- Fui a tu casa esta mañana, quería pasar por ti para ir a la escuela. Toqué, pero la puerta se encontraba abierta así que entré...
Keiko- ....
Kazehaya- Vi a Sakakibara en el suelo junto a las escaleras, subí y todo era color rojo, las paredes, los pisos... Todo. Te busqué pero no estabas hací que corrí hacia la escuela, creí que algo te había pasado hasta que te vi...
Keiko- asesinando a nuestros compañeros- dije firme
Kazehaya- S-si

Un silencio incómodo llenó la habitación, definitivamente no sabía que decir o más bien, que hacer hasta que Kazehaya rompió el silencio.

Kazehaya- ¿Por qué?
Keiko- No tienes idea
Kazehaya- ¿Quiéres hablar?
Keiko- ¿Sobre qué? ¿Lo que pasó? Ya está hecho no hay nada que decir.
Kazehaya- No sobre eso
Keiko- Entonces sobre que
Kazehaya- Tú familia
Keiko- Jajaja- me reí sarcásticamente- No era mi familia
Kazehaya- Lo era, lo sabes
Keiko- ¡NO! ¡Esas personas no eran mi familia!
Kazehaya- Keiko cálmate
Keiko- ¿Calmarme? ¡Cómo quieres que me calme! ¡No eran mi familia!
Kazehaya- Keiko...
Keiko- No puedes llamarle familia a quienes te odiaron y dieron la espalda desde el momento en el que naciste, quienes te trataban mal y te golpeaban cuando les diera en gana... ¡Estoy sola entiendes!
Kazehaya- Yo estoy contigo
Keiko- ¿Y por eso desapareciste sin decir nada?
Kazehaya- ....
Keiko- ¡Fue mucho tiempo! ¿Acaso sabes por lo que pasé?
Kazehaya- Keiko yo....
Keiko- ¡KEIKO NADA!

En ese momento me encontraba demasiado exaltada como para pensar las cosas. Me dirigí a un estante y tomé un tubo de acero para después acercarme a Kazehaya.

Kazehaya- Keiko- dijo vacilante, el miedo se notaba en cada parte de su rostro, sabía lo que estaba a punto de hacerle
Keiko- ... - no dije nada, pero continuaba acercándome a él con el tubo en mano.

Caminé más a prisa y levanté el tubo, estaba dispuesta a asesinar a mi único amigo, claro, si es que alguna vez lo fue. Estuve a punto de bajar el bat cuando...

Kazehaya- ¡Keiko lo siento!

Me detuve en seco y lo miré; mantenía los ojos cerrados pero aún podía notarse como lagrimeaba un poco, ahora se encontraba hincado y sus manos sostenían fuertemente los costados de su pantalón.

Kazehaya- Lo siento... Nunca quise dejarte... Desde el último día que nos vimos me sentía raro, algo no andaba bien. Caí en cama, tenia fiebre de 40°, apenas podía comer. No pude avisarte o hacer que alguien lo hiciera por mi. En verdad lo siento.

Me encontraba dudosa acerca de lo que acababa de decir... ¿Realmente podía haberse encontrado tan mal? Me pregunté a mi misma, sin embargo, el no era persona que mentiría para safarse de algo... No, él no era así por lo que decidí creerle.

Keiko- Bien- dije y bajé el bat con una expresión fría

Él aún se encontraba de rodillas e incluso podía verlo temblar de vez en cuando así que decidí acercarme. Me senté a su lado y toqué su hombro.

Keiko- Hey, todo está bien
Kazehaya- S-si- dijo mientras se secaba las lágrimas
Keiko- Tenemos que conseguir algo de comer
Kazehaya- Y ropa para ti... Mírate, estás cubierta de sangre

Yo solo asentí, pero había algo que se encontraba rondando mi cabeza en ocasiones.

Keiko- Kazehaya
Kazehaya- ¿Si?
Keiko- Tú ¿Dirás algo?... ¿Sobre lo que pasó?
Kazehaya- Keiko...
Keiko- ¿Que pasa?

Kazehaya- Soy tu cómplice- dijo y sonrió maliciosamente


A sangre fría... Rojo atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora