Capítulo 17

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Quince minutos


Faltan cinco minutos para empezar la reunión y Harry no ha llegado. ¿Eso es una buena o una mala señal?

Me da igual.

― Todo está listo.

― Esta vez, seré la última en entrar. ―hablo tratando de mantener mi ansiedad a raya y mi asistente me deja sola en la oficina. Esto me cansa. En realidad no hago nada, pero con el hecho de tener que pensar primero que los demás me vuelve loca. Muchas veces me he preguntado si es esto lo que quiero hacer toda mi vida, y... la respuesta es inquietante.

Lo que ha estado rondando en mi mente durante los últimos dos meses no le agradaría a mi madre, pero... ¡Odio tomar decisiones todos los días! Joder, que si el material es caro, que si el personal está siendo ocioso, que si la maquinaria no sirve, que si esto, que si el otro... joder, me volveré loca.

¿Por qué los demás no pueden hacer todo? Demonios, para eso tienen un cargo, joder, yo no debo tomar todas las decisiones, yo sólo debo firmar un maldito papel y ya.

― Todos están en la Sala de Juntas. ―alzo la mirada y Wilmer parece nervioso.

― ¿Todos?

― Bueno, sólo falta usted y el Arquitecto. ―alega y respiro hondo.

Harry anoche estaba tomado, su aliento olía a whiskey. Sólo me falta que... esté echo una cuba. «Dijiste que él no podía trabajar contigo, alégrate entonces.»

Uno piensa ridiculeces cuando está enojado.

― Me siento nerviosa. ―me revuelvo en mi silla de ejecutivo―. Mi padre no sabe que Harry trabajará con nosotros. ―lo miro y él no hace ningún comentario―. Ya sabrás que Harry es el hijo de la esposa actual de mi padre. ―mi tono es aburrido y él sonríe.

Por lo menos Wilmer es excelente oyéndome.

― No quería meterme en ese asunto, pero... ―carraspea―. Probablemente su padre se sienta confundido. La señora Belicov está algo inquieta. Igualmente el señor Beckett. Y Hill...

― Okay, ¿Cómo me veo? ―me pongo de pie y extiendo las manos en señal de que opine sobre lo que llevo puesto.

― Estupenda.

― ¿Estupenda? ―no me lo creo―. Eso es deprimente. ―miro mi falda ajustada de color gris oscuro―. Debí traerme un vestido. ¿Crees que parezco una vieja? Sé sincero. ―le advierto y él sonríe aún más. Acomoda su Tablet y me escanea de arriba abajo.

― Es primera vez que se ve tan... ejecutiva. ―opina y entrecierro los ojos―. Pero, no parece una vieja. Con todo respeto... ―carraspea desviando la mirada―.Usted se ve sexy. ―agrega y luego me mira con una suave sonrisa.

― ¿Sexy? ―ladeo la cabeza y él se perturba.

― Bueno, no...

― Sexy es mucho mejor que estupenda. ―lo corto y le doy una sonrisa de complicidad―. Bien... ―rodeo el escritorio y él me ofrece un blazer a juego con la falda―. Me veré bien con él.

― Todo se le ve bien.

― En las reuniones sólo uso vestido porque las faldas todavía no son de mi total agrado. ―le digo poniéndome la prenda con cierta molestia―. Allí estarán más de quince personas.

― Veintiuna. ―me corrige y resoplo.

― Eso. Usualmente no salgo de mi oficina portando un blazer, eso lo dejo para las formalidades. ―bromeo y luego respiro hondo―. Bien, lo peor es que Jake tendrá un infarto cuando vea que Coleman no llega. ―lo miro―. Ten el número de emergencia marcado por favor. ―él sonríe y asiente.

No huyasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora