Capítulo 22

9.1K 550 215
                                    


Enorme error


― Por más que no quiera criticar tu gusto por gastar dinero en autos...

― Madre, cada quien tiene sus gustos, yo quiero gastar mi dinero en algo que me cause algún tipo de emoción. ―le explico sin mucho interés mientras ella recorre mi oficina mirando cada espacio que la rodea. No sé qué defecto busca, mi oficina es perfecta.

― Lo sé, pero... ―parece incómoda―. Sería bueno que ahorraras desde ahora.

― Madre, no llegaré a vieja con mi cuenta de banco llena de dinero, y si así hiciera, ¿De qué me vale? ―me encojo de hombros―. Cuando yo tenga cincuenta no podré hacer las cosas que puedo hacer ahora, así que prefiero gastar mi dinero ahora, quiero disfrutarlo. ―ella me mira cansada.

― Eso está bien, pero debes pensar en un futuro.

― Sé eso, mamá. ―refunfuño―. ¿Qué tal si me muero pronto? ―ella abre los ojos como si esa idea no estuviera en juego―. Si muero, ¿De qué me valen los ahorros? ―manoteo desviando la mirada hacia el ordenador―. Tengo una manera diferente de ver la vida, déjame ser Grace Schneider. ―quisiera sonar más enojada pero no lo estoy.

― Pero ¿Cuántos autos llevas? ―cuando pienso responder la puerta de mi oficina se abre. SE ABRE SOLA. Respiro hondo para soltar una regañina pero mi corazón sufre una contracción fuerte cuando veo que se trata de Harry.

Me quedo mirándolo sin saber qué hacer o qué decirle, él sólo mira a mi madre mientras cierra la puerta con cuidado.

― Victoria, dichosos los ojos que te ven. ―dice caminando hacia ella y yo abro más los ojos al ver que ambos se saludan con afecto.

Incomodidad.

― Siento repetirlo, pero jamás llegué a pensar que el misterioso arquitecto famoso eras tú, Harry. ―ella lo mira como si... como si fuese su hijo, como si... estuviese orgulloso de él. ¿Cuándo pasó todo esto que no lo vi venir?

Me ofende. Punto.

― Bueno, la vida te da sorpresas...

― ¿Por qué no tocas antes de entrar? ―rezongo colocando mis puños en el borde de mi escritorio. Mi madre nos mira a ambos y luego adopta una actitud de afán.

― Grace, sigue con tus labores, debo irme. ―ella me lanza un beso fugaz y luego se encamina hacia la puerta. Okay, ahora ella me lanza besos, bien, esto va progresando.

Una vez estando solos centro mi mirada en Harry sin quitar mi mirada asesina.

― Estás enojada. ―bromea acercándose.

― No, no lo estoy. ―espeto―. Estoy más que enojada.

― No es necesario que lo digas, ¿Cómo te fue en tu viaje recapacitador?

― ¿Recapacitador?

― Bueno, en tus compras millonarias.

― ¿Ah? Por favor, usa palabras coherentes.

― ¿Qué tal tu viaje? ―él alza una ceja con impaciencia. Aparto las carpetas de mi escritorio como si él fuese a leerlas y luego me acomodo bien en mi silla ejecutiva adoptando una actitud imponente. O eso es lo que creo querer adoptar.

― Tengo muchas cosas que decirte, pero primero. ―me pongo seria y él arquea nuevamente la ceja―. Toca antes de entrar.

― No se me da bien contigo. ―dice rápidamente con aburrimiento―. Sigue.

No huyasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora