« Fresas con Crema » ••(SiChul)••

La problemática de Siwon.

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Se detuvo, recargándose y deslizándose lentamente hacia el suelo. Tallo rudamente su rostro para quitar las lágrimas que no querían dejar de salir. Juntos sus piernas a su pecho y las abrazo, y lloro. Y así entre su llanto escucho a los demás salir apresurados hacia el auto.

Noto a su HeeChul abrigado en un enorme suéter, luciendo indefenso, lastimado, herido... Y él, tan estúpido e irracional, se había dejado cegar por la rabia y celos que el accidente le habían provocado.
Debía de estar a su lado, abrazarle y pedirle disculpas, que todo estaba bien y comprendía la razón del porque no le había querido decir nada acerca de ese tema tan delicado.

Pero no lo hizo.
Simplemente les observó irse y él al poco rato levantarse sin ganas.
Ya casi eran las once y seguía fuera. Y hasta eso se dio cuenta de la hora únicamente por todas las llamadas registradas que tenía de sus padres. Extrañado decidió no regresarles la llamada, ya llegando les diría con "emoción" que habían ganado.

Observó la cancha por última vez, solitaria y oscura, con pocas luces iluminando. Después su casco, con enojo lo estrelló contra una pared, se quitó su camisa y encamino hacía los vestidores, no quería nada que tuviera que ver o estuviese relacionado al imbécil de HanGeng.

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El recorrido en autobús se le hizo una eternidad, agregándole a su tristeza, el conductor tenía puesta una playlist demasiado amarga, aumentando su tristeza y volviendo a que las lágrimas cayeran de nueva cuenta por sus mejillas sin poder evitarlo. 

— Todo se va arreglar, hijo. —el conductor le ánimo y Siwon se limitó a asentir.

Fuera, el frío se sintió de golpe, se encogió un poco en su sudadera y se encamino por la calle solitaria.
Las luces que salían de los postes iluminaban el concreto y el silencio y sonido de los grillos acompañaban su andar relajado.

Saco sus llaves frente a la puerta blanca y se recargo con pesar, pasando sus manos sobre su rostro para al menos así tratar de quitar rastro alguno de lágrimas. Sacudió su rostro y abrió la puerta.
El silencio predominaba en la casa. Una luz pequeña de una veladora iluminaba una pequeña mesa. Tal vez ya se habían ido a dormir, algo que sin duda sería un alivio, no tenía ganas de estar hablando con nadie.
Sin embargo, tal parece que siempre que las cosas van mal, pueden muchas veces; empeorar.

— Enciende la luz. —ese era su padre.

Siwon obedeció a regañadientes y la encendió, notando a sus padres sentados, mirándolo serio y con los brazos cruzados.
Casi rodó los ojos fastidiado, sin embargo se contuvo y jalo la silla para tomar asiento.

— Ni se te ocurra sentarte.

— ¿Eh...?

— Mira esto... —la voz ruda y un sobre aventado a su pecho de manera tosca lo desconcertaron.

Tomó el sobre y lo observó. Tenía su dirección, pero no un remitente o algo para saber quién la mandaba.

Lo abrió y observó el contenido... ¡No! ¡No, no, no y más no! ¡Eso no podía estar pasando! Fotos y más fotos de él junto a su HeeChul; tomados de la mano, acostados en el pasto, besándose...