« Fresas con Crema » ••(SiChul)••

Una vida juntos.

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Citas, citas, citas y más citas fueron lo que principalmente hicieron, aprovechando el tiempo que habían perdido durante esos años separados.
Idas al cine, paseos por el parque, pequeños viajes a otros lados de Seúl que ninguno conocía... Dios, ambos se sentían como si el tiempo hubiese vuelto atrás y todavía estuvieran en preparatoria; apenas y se tomaban de la mano y daban besos.
Al menos eso duro simplemente durante unos cuantos meses, pronto volvieron a retomar la confianza y seguridad que sentían el uno con el otro, quedándose a dormir en el departamento del contrario.

A veces HeeChul se quedaba con Siwon, y de paso aprovechaban y hacían un tipo karaoke junto con Yesung y Wook, incluso hasta a veces invitaban a los demás... o casi; tanto Jung como Kang a veces no podían por cuidar de Kihyun (además del exceso de trabajo de ambos), Kyu trabajaba por las noches en el hospital y por las mañanas estudiaba, SungMin apenas había comenzado a trabajar en una televisora buena, Jiyong estaba atiborrado en la revista y Seung...pues Seung les rechazaba siempre.

Y cuando Siwon se quedaba en su departamento realizaban otro tipo de actividades que podían aprovechar gracias a que Hee vivía solo.
Curiosamente, HeeChul noto ciertas señales de que Siwon ya quería vivir con él.

— Heenim, ¿podrías pasarme mi abrigo gris? Ese que tiene botones grandes y esta hasta la rodilla.

— ¡Voy!

Camino hacía el armario y oh, por lo menos unas cinco o siete camisas de Siwon estaban ahí, entre su ropa. Esa había sido, por así decirlo; la primera señal.
La segunda fue que había unos cuantos productos de baño demás en el pequeño mueble que tenía, incluso los había revuelto para que no se diera cuenta.
La tercera; Siwon ya se quedaba con él por lo menos cuatro a cinco días a la semana.
La cuarta; la alacena y el refrigerador tenían más comida, pues Siwon se encargaba de ir a hacer las compras.
Quinta y más importante; la ropa interior de Siwon en su cesto de ropa sucia.

Tomó entre sus manos el bóxer con figuritas de perritos entre sus manos y avanzó hacía la sala, donde su destinado descansaba recostado en el sillón.

— Siwon, ¿y esto qué, eh? —le aventó sus boxers a la cara.

— Son mis boxers.

— Ya sé que son tus calzones, a lo que voy es; ¿qué hacían dentro de la lavadora? —porque claro; HeeChul no los hubiera tomado sucios.

— Ah, es que lave la ropa, deje la tuya colgada como te gusta.

— ¿Les pusiste el suavitel con aroma a rosas? —Siwon asintió— Ah que buen... ¡No cambies de tema!

— Pero si tú me preguntaste —comentó risueño.

— Bueno ya. A lo que voy; ¿quieres vivir aquí, o sea, conmigo?

— ¡Oh, hyung! ¡Claro que sí, lo iba a proponer, pero ya que lo haces tú; acepto! ¡Iré por unas cosas y le contaré a Yesung hyung! —Siwon salió de la casa tan rápido que Hee no pudo decir nada más.

No cabía duda; tendría que aprender a formular bien sus preguntas para la próxima.

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