Traición || Fernando Gago / Cristián Pavón ||

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Las cosas se me habían ido de las manos. Sentía muchísimas cosas por Fernando y también por Cristian.

Éste último nombrado no sabia nada de que hace meses lo engañaba. No podía con la culpa, me acordaba de él, su carita, sus palabras, su amor, y lloraba. Pero también me acordaba de Fernando, sus caricias, sus besos, su forma de hacerme el amor. Y no podía dejarlo.

Nos veíamos siempre, sean 5 minutos o 1 hora. No podíamos no estar juntos. Pero había algo que me había quedado grabado: "Es costumbre, no se te ocurra pensar otra cosa" dijo. Y para mí no era costumbre, para mí era esa palabra que a él tanto lo asustaba.

Hablábamos de Cristian y como reaccionaría si se enteraba, y ninguno podía imaginar una reacción. Era un chico tan pero tan reservado.

Y su mujer si imaginábamos como reaccionaría: a mí me insultaría y odiaría y a él lo perdonaría. Como ya lo había hecho una vez.

Corríamos muchos más riesgos que al principio, ya que nos veíamos más seguido, pero al fin y al cabo no podíamos estar sin vernos por más tiempo.

- ¿Cristian? - preguntó al acostarse al lado mío. Me acerqué a él y poniendo mis manos en su cuello, lo besé. Me correspondió.

- Está en la casa del hermano. - conté. - Quería ver a la hermanita, además llegaba de visita su otro hermano.

- ¿Cuando viene? - preguntó.

- En unas horas, seguro. - dije.

- ¿Tenemos tiempo para otro? - preguntó con una sonrisa. Y sí, para él siempre iba a tener tiempo.

Lo besé nuevamente y mantuvo su sonrisa. No nos íbamos a cansar nunca de estar así.

...

Cristian había llegado a casa hacia unas horas, estábamos cenando carne al horno con papas. Cristián tomaba agua y yo agua saborizada.

Me hablaba de su familia, de lo grande y hermosa que estaba su hermana, de lo que había extrañado a Rodri, de como amaba a Fede y que era su mejor amigo, ese que sabía sacar de él lo que nadie lograba.

Me decía que estaba feliz porque se estaba recuperando de su lesión y ya no sentía molestias al correr, además todo indicaba que llegaba a jugar la revancha de la final contra River en Madrid. Sonreí mirándolo. Agarré sus manos que cruzaban sobre la mesa y estaban frente a mí.

Me decía que era feliz porque yo completaba toda su felicidad.

Apoyé mi cabeza en sus manos luego de correr mi plato y comencé a llorar.

Me sentía una mierda. Muy mierda.

- ¿Que pasa, mi amor? - preguntó preocupado.

- Nada. -mentí aún sin sacar mi cara de sus manos.

- Algo pasa Yesi, ¿dije algo?

- No Cristian.

- Te estaba hablando de mi familia, ¿extrañas a la tuya? - asentí con mi cabeza. Mentía. Se levantó de su lugar y vino hacia mí, se sentó en la silla que estaba a mi lado y me abrazó dejando un beso en mi cabeza. - Si querés podemos ir, tenés que arreglar las cosas con ellos, van a hacer 3 años que no sabes nada.

-Asentí con mi cabeza y cambié de tema para seguir cenando. Me sentía verdaderamente mal, MUY.