Entra en Mi Vida- Jos Canela

cuatro

20 de Agosto  del 2018
Me levantó feliz, me bañó y me vistó, me peinó y me perfumo lo mejor que puedo . Hoy es mi aniversario con Samantha, llevamos 4 años de novios; me siento emocionado y feliz.
Hemos superado cada obstaculo y por eso es necesario celebrarlo, ella no sabe nada de lo que tengo planeado; le pedí ayuda a Alonso mi inseparable amigo que después de la Universidad me ayudará a preparar esa sorpresa.

Baje a desayunar con mi mamá, ella sabía el motivo de mi felicidad. Rapidamente a liste todo lo que necesitaba, subí nuevamente por esa pequeña cajita de tercipelo negro, si, le voy a pedir matrimonio a Samy.

Tal vez seamos muy jovenes para esto pero ella me complementa y si, hemos tenido altibajos pero ¿que pareja no?. Mi mamá no sabe de esto y no se como decirselo, se opondrá definitivamente pero de eso yo me encargaré despues que Samantha diga el si.

Tomé mi celular y le mande un mensaje.

Samantha😍💕
Hola Amor💕 ¿Cómo estás?
Oye, ¿ te parece si nos vemos en casa de Alonso como en dos horas?
Hay que celebrar nuestros cuatro  años juntos ❤

Espere su mensaje, me comían los nervios. Comenzé a prender mi motocicleta y emprendí camino a casa de Alonso.
Cuando llegué, mi gran amigo me abrió la puerta.

-¡Bro!- me saludó- Entra, ya esta todo listo.

Nervioso y ansioso entré. Ambos subimos a su asotea, todo era perfecto; justo lo que Samantha se merece.

-Muchas gracias hermano- abrazé fuertemente a Alonso.

-Somos amigos, no hay por que.

Saqué mi celular del bolsillo, no había revisado el mensaje de Samantha.

De Samantha😍💕:
¿Ahora? 😒 Estoy muy ocupada José, ¿ ahora que quieres?

Hace 15 minutos

¿Ahora que hice?, ¿se enojo?.

Samantha😍💕:
Si, Ahora😟. ¿Estas bien? Te  necesito es algo importante

Me preocuba su comportamiento, a los pocos segundos recibí otro mensaje de ella.

De Samantha😍💕:
Que fastidio eres! Ya deberías de saber que tengo. Iré en 10 min.

Me sentí mal por como me contesto, volteé a veer a Alonso y me sonrió.
Pasaron diez largos minutos, tocaron el timbre de la puerta de Alonso, me pusé más nerviso y me acomodé lo más que pude.

Poco a poco se escuchaban pasos en las escaleras y murmullos.

Alonso subió primero y me dió una mirada triste, fruncí mi entrecejo.
Atrás estaba Sam, ella siempre se veía espectacular; pero un hombre de la misma estatura de Sam llegó. Me confundí, ¿Quién es el?

Samantha tenía una sonrisa, volteó a veer a el tipo que la acompañaba y esbozó una sonrisa burlona, al igual que el.

-Sam...- hablé. Ella me barrió con la mirada.- ¿Quién es el?

Samantha lo miró- Uyy Josesito, ¿Qué no es?- rió.
Yo me confundí- Pero ya, dime para que me quieres tengo prisa.

-Samy... ¿Quién es?- no me daba buena espina.

-eres un iluso,¿ no sabes que es mi amante?- rió- tantos años José y apenas captas.

La miré confundido- ¿¡Qué?!, no tu no me engañas Samantha.

-¿Quién dice que no?- se acercó- todo mundo lo sabe, que ciego estabas.

Quería llorar, miré al tipo y me acerqué rapidamente hacía el pero Alonso me detuvo.

El tipo solo rió fuerte.
-No lo vale, jos- dijo alonso.

-Eres una zorra Samantha.

-Digas lo que digas no hará que me arrepienta de todo.

-Pensar que estuve a nada de proponerte matrimonio.

-¡Aaaw! Espera, lo ibas a hacer.
¡Aún más tonto! ¿Cómo pudiste pensar que pasaría mi vida contigo?- Fingió ternura- Espero que te haya quedado claro esto, lo "nuestro" se acabo Jos- hizó comillas en sus dedos y salió de la casa.

Temblaba de coraje, tiene razón fui un ciego pero eso no quita que yo si la amo.
Me safé de Alonso, caminaba como animal enjaulado. Tomé la pequeña caja y la lanzé lo más fuerte que pude.

Grité, lloré, me desaogue con mi mejor amigo. Sin pensarlo, Alonso trajo una botella; como buen amigo tomo conmigo.

Estaba anocheciendo, sin que Alonso se diera cuenta salí de su casa y manejé a la mía.

Las luces estaban prendidas, se veía la silueta de mi padre y mi madre discutiendo.
Entré, teniendo otra de sus escenas.
Mi padre golpeando a mi madre,recaudé todas mis fuerzas y lo tomé; comenzé a golpearlo lo más fuerte que pude asi desquitando todo el dolor de Samnatha y el coraje de mi madre.

Lo saqué a patadas de la casa.

-¿Estas bien?, ¿por que lo hizo?- lo abrazé.

-Nos vamos para Sinaloa. Tenemos que estar seguros- dijo soltandose de mi agarré, tomo muchas maletas- ¡Ayudame hijo!

Reaccioné y comenzé a subir maletas en su camioneta.

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