O3

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Jimin no había mejorado.

Jungkook iba todos los días a la casa de Jimin para cuidar de él, hasta que era llevado en brazos cuando estaba dormido.

Jimin seguía con fiebre, su nariz tapada, le costaba respirar y vomitaba lo que comía, tenía las defensas tan bajas que su voz era minúscula, solo hablaba con Jungkook.

La buena fortuna era que la abuela del mejor amigo del castaño era doctora y podía atender a Jimin, le daba medicamentos y cuidaba de él junto con el menor de los Jeon.

Lo que parecía ser una gripe, se convirtió en algo peor, algo sin nombre.

Jungkook se puso sus zapatitos rojos y su chaqueta amarilla, su gorro de lana y salió corriendo de su casa para entrar al jardín de los Park y adentrarse por la puerta trasera de la casa.

─ ¡Buenos días, noona! ─ Dijo de forma energética.

El castaño estaba dispuesto a hacer que su amigo se levantara de la cama para poder jugar, curaría su enfermedad con todo lo que el podía dar y su amigo estaría de pie de nuevo. A salvo, listo para correr junto con él.

─ Buenos días, pequeñín. Jiminnie, te espera arriba.

─ Gracias, noona. ─ Soltó el castaño emocionado con el llavero de pollito en mano y se acercó a las escaleras, pero se detuvo en el primer escalón. ─ Mamá dijo que traerá Brownies para complementar el desayuno.

─ Sus Brownies saben a cielo.

Jungkook asintió y se giró para seguir corriendo escaleras arriba, hasta que llegó a la puerta de su nueva rutina, la abrió sin esperar más y se adentró sacándose la chaqueta.

Jimin tenía la cobija hasta poco arriba de las caderas, sus brazos a sus costados, un trapo húmedo en la frente y no tenía playera, tenía sus ojos cerrados y los labios hinchados se abrían para respirar con dificultad.

Jungkook caminó hasta estar junto de la cama, subió en la misma, colocando sus rodillas en la cobija y luego su trasero sobre sus talones, sus manos acariciando al pollito que Jimin le había regalado hace ya un tiempo.

─ Jiminnie, ¿estás despierto?

Los pequeños ojos de Jimin se abrieron muy poco, hinchados y pesados, observando borrosamente al niño más lindo. Volvió a cerrarlos y junto sus labios en una delgada sonrisa.

─ Kookie...

El castaño sonrió, aunque su amigo estaba peor, estaba luchando muy duró y estaba seguro de que saldría de esa rápido. Solo era un gripe muy aferrada.

─ Traje a Dooly, para que este contigo mientras está enfermo. ─ El pequeño besó al pollito y luego lo acercó a los labios del niño pelinegro. ─ Besalo y tr sentirás mejor.

Jimin levantó sus labios débilmente hacía el pollito para poder besarlo, pero antes de siquiera tocarlo una arrebatadora tos se apoderó del pequeño, una tos ahogada y seca, que lo hizo levantarse bruscamente de la cama con fuerzas que no tenía y cayó al suelo en un golpe duro.

─ ¡Jimin!

Jungkook salió corriendo detrás de Jimin, pero la abuela del mismo ya había llegado, la madre de Jungkook ya lo tenía en brazos y Jimin era conducido al baño para ser atendido por su abuela.

─ Está muy caliente, necesito meterlo en agua helada. Dios, bebé, tranquilo.

─ Yo le ayudo, señora Park. Llevaré a Jungkook a la sala y llamaré a mi esposo para que venga por él.

─ ¡Yo no me quiero ir!

La tos seca seguía ahí, jalaba aire desesperadamente y producía un sonido chillón y agudo mientras intentaba llenar sus pulmones de oxígeno. Jungkook se asustó más y se empujó contra su madre para ir donde Jimin, pero ya estaba siendo arrastrado fuera y luego la puerta de había cerrado, no podía pasar de nuevo.

Power | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora