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Su mirada estaba se movía todos los rostros que bajaban de las escaleras automáticas, Jimin bajaría por ahí, estaba esperando tanto el poder verlo que no sabía si podría aguantar más tiempo parado en ese lugar, lo necesitaba tan desesperadamente.

Royer estaba su lado, aburrido tirado en el suelo y sus padres hablaban abrazados detrás de él, sobre cosas que no escuchaba porque sus pensamientos eran demasiado ruidosos.

Quiero verlo, por favor. Jimin llega ya.
Cielos, ¿por qué estás tardando tanto?
Baja ya por esas escaleras, bebé.
Lo extraño, lo extraño, lo extraño.

Desde que Jimin y él habían confesado sus sentimientos en el cumpleaños del menor, había sido un martirio permanecer lejos de él, demasiado. Porque antes no pensaba en besar los labios hinchados del mayor, tampoco en abrazarlo mucho mientras le decía que lo amaba -antes lo hacía preocupado porque el mayor no sintiera el amor de la misma forma-, que antes no pensaba en él todo el tiempo de una forma más intensa porque sabía que estaba siendo correspondido.

Y ahora había otra cosa consumiendole.

¿Por qué que eran?, no eran novios, pero tampoco amigos. Eran amigos que se besaban pero no algo tan pasajero, era serio, ya que Jimin expresaba constantemente que se casaría y él si quería eso. Sus padres y abuela no sabían de su confesión y su acercamiento sentimental -según los menores-, entonces ¿qué eran?, ¿cuándo Jimin se lo pediría?,  ¿y si Jungkook lo pedia?,  no podría.

Royer se levantó, comenzando a moverse inquieto y Jungkook miró hacia abajo, expresando su duda en todo su rostro y soltando un "¿Qué pasa, chico?, ¿quieres ir al baño?, no parece que quieras ir al baño pero espera un poco por si quieres" y volver a levantar la mirada rumbo a las escaleras.

Entonces, todo pareció detenerse, las personas ya no existían, la música de Halloween ya no estaba sonando, ya no había nada más que un chico de cabellos pelinegros bajando por las escaleras con una preciosa sonrisa y su mochila colgando de sus hombros al igual que los aufinos del celular en su mano. Lucia tan hermoso.

Jungkook salió corriendo, esquivando a las personas y llegando a Jimin cuando él ya estaba en el suelo, se lanzó a él sin importar que la correa de Royer cayó al suelo -y se habría ido si la abuela de Jimin no lo hubiera atrapado-, Jimin sostuvo al pequeño Jungkook que abrazaba su cuerpo con brazos y piernas y gritaba rápidamente la frase "te extrañé".

─Yo también, kookie. Yo también te extrañé mucho.

Jungkook bajó de él y entrelazó sus manos sin importar nada, miró a la abuela de Jimin y le sonrió para comenzar a tirar del mayor rumbo con sus padres. Quería llegar pronto para poder llenar de besos a Jimin en secreto.

Todos llegaron a la casa del menor, ya que después de un par de ruegos del menor, Jimin podría quedarse a dormir y el señor Jeon había terminado regañado por las mujeres al oponerse.

Ellas decían "no puedes cambiar sus costumbres. Déjalos ser." y los menores reían mientras se daban caricias a escondidas desde la parte de atrás de la camioneta de seis asientos.

La abuela de Jimin, se despidió de todos, expresando su cansancio en sonoras quejas sobre su edad y juanetes.

─Tengo que desempacar ─dijo Jimin ─ y darme un baño. Me siento sucio.

─¡Yo desempaco mientras te bañas!, luego haré una cena nutritiva para ti y podremos dormir. ¿Ok?, ok, no necesito que respondas.

Los mayores empezaron a reírse, Jimin dejó que le sacaran la mochila y accedió a seguir de cerca al menor mientras se despedía de la pareja Jeon.

Power | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora