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Jimin comenzaba a pensar que estaba siendo espiado por alguien.

Habían pasado varios días desde la plática extraña con el chico viejo de alas grandes y manejaba la misma rutina; despertar, ir con su abuela a desayunar, practicar en el laboratorio, muestras de sangre, muestras de su poder, luego iba por los corredores para poder llegar al que había proclamado como su jardín, se sentaba en el pasto y concentraba sus poderes analizando los cambios en si mismo, terminaba cuando él sol había vuelto anaranjado el cielo e iba con su abuela a comer algo y después ir a dormir. Sin embargo, hubieron algunos drásticos cambios notorios, pues en varias ocasiones de sus recorridos o durante su desayuno encontraba al chico "Palatto", luego comenzó a escuchar murmullos, ramas tronando, el sonido de alas cortando el aire y a encontrar plumas grandes sobre el césped.

¿Qué es lo que quería el chico?, era muy raro eso de estar siguiéndolo, tal vez era una coincidencia, que al conocerlo mágicamente lo notó, ya que cuando observas a un rostro puedes ubicarlo más fácilmente en ti vida diaria. Tal vez así esta siendo. Aunque, Jimin no creía en las consciencias.

Entonces, se cansó.

Comenzó a tratar de rastrear al chico, analizando su horizonte, el latido errático del corazón de un colibrí estaba en su oído izquierdo, en el árbol detrás de él. Viajó fuera de si, observando al chico escondido detrás de las ramas grandes del árbol, arriba de este de hecho, observandole desde esa altura.

"Que yo sepa los árboles no tienen corazón. Deja de espiarme, chico raro."

Instantáneamente escuchó un grito y una rama tronar, el chico cayendo del árbol sobre sus alas y el arbusto justo a un lado del árbol. Se levantó inmediatamente preguntando "¿cómo?" y sobando su espalda junto con sus alas.

─Bueno, te dije que tenía uno que otro más. Es molesto que me estés espiando.

─¡No estoy espiandote! ─se levantó sacudiendo su ropa, mirando su ala con una expresión de dolor.

Jimin se giró para mirarle, su labio se atrapó entre sus dientes y movió su mano para que caminara a él, el chico Palatto con una mirada indecisa caminó hasta él.

─¿Entonces que estabas haciendo? ─tomó de los hombros al chico, lo giró para que le diera la espalda.

Se sorprendió.

pensaba que la ropa que usaba el chico tenía agujeros que le permitían adentrar sus alas, obviamente no sería así, serían enormes agujeros. En su lugar, la ropa parecía salir de las alas, cubría su cuerpo y se combinaba en  colores al llegar a la base de sus alas. Esa vez, llevaba una camisa blanca con un pantalón de vestir azul marino y una corbata del mismo color.

─Es mi lugar de descanso ─se excusó y Jimin en su mente leyó "Que excusa tan tonta acabo de decir".

Jimin posó sus manos en la ala herida del chico, escuchando como se quejaba rodó los ojos y revisó el ala, junto sus manos sobre la herida, llenándose de algo de sangre de la misma. Segundos después de haber cerrado los ojos, luz dorada comenzó a salir de sus dedos y la plama de su mano, Palatto dejó de sentir dolor y cuando Jimin le soltó para volver sentarse como si nada, el ala estaba como di no hubiera sucedido nada.

─¿Cómo hiciste eso?, ¿es uno de tus poderes?

─Al parecer sí, es la primera vez que lo hago.

Palatto tomó asiento a su lado rápidamente, con ojos llenos de brillo y dando esa sensación incomoda a Jimin de tener que soportarlo una vez más.

─Van tres poderes que me muestras, pero tienes más, ¿no es cierto?

─¿Por qué estás aquí?, actúas como si no hubieras estado espiandome. Eres molesto.

Power | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora