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El aire se escuchaba golpeando en sus orejas por lo rápido que iba, cambiando de dirección constantemente y adentrándose a las nubes para perder a quien le seguía, sin poder entender los gritos de aquel, seguía huyendo, pues no le importaba nada, necesitaba estar a salvo, mantener a salvo a Royer y su casa. Era lo único que tenía.

Su último recurso fue caer en picada entre los árboles, volar entre ellos era una cosa muy difícil, más cuando no lo había hecho antes precisamente por ello, calcular el tamaño de sus alas y el espacio entre los árboles en tan poco tiempo era algo de lo que no se sentía preparado. El intruso le seguía desde arriba, observaba la sombra viajar y tapar los rayos del sol sobre la tierra bajo de él.

En algún momento no soportó más el ser perseguido, reconociendo el área donde estaba por lo que recorría alrededor de su cabaña para no perderse ni ser pillado, bajó a la tierra, rodando un poco por este y levantándose sucio por la adrenalina en su cuerpo. Comenzó a correr hasta llegar a un pequeño puente, se deslizó hacia abajo, saltando a la poca agua que permanecía estancada entre las rocas. Abajo del puente, se apoyó en la pares y tocó su pecho tratando de obtener una respiración normal.

Cerró los ojos, sin estar completamente repuesto, comenzó a viajar fuera de si, instalando su visión arriba del puente y hacia los lados, subiendo por arriba de los árboles, pero no lo encontraba por ningún lado. ¿Se fue?

Su cabeza comenzó a doler por el esfuerzo, dejándose ir por la pared hasta estar sentado en el suelo, mojándose pero poco preocupándose por eso. 

─¿Estás bien? ─esa pregunta le tomó por sorpresa, saltando en su lugar, moviéndose hacia un lado y teniendo enfrente a quien le hablaba, su mano se posó frente a él tirando una esfera de algo verdoso que terminó por ser esquivada por el chico, cayendo a las rocas y desintegrando parte de ella ─¡¿Qué carajos?! ─expresó el hombre ─ ¡¿A caso eso era ácido?!

Jungkook sorprendido miró su mano y se levantó con rapidez para recobrar su compostura, manteniéndose firme frente al sujeto, sin poder parar el latido de su corazón y sus piernas temblando, sus labios también lo hacían y no podía dejar de pensar en Royer, su casa y la alerta diciendo repetitivamente "peligro" en su cabeza.

─¡Así es! ─dijo él ─, si te acercas y no te vas ahora te voy a dar justo en la cara.

─Vaya, pero que agresivo eres para ser tan joven ─agregó el hombre, sus alas escondiéndose detrás de él.

Jungkook le observó, vestía muy extraño para ser alguien con alas y en medio del bosque, pues portaba con una chaleco café, una camisa beige y un pantalón de vestir más oscuro que las prendas de arriba.

─Y tú tan raro para ser tan viejo.

El hombre se mostró indignado, pero después estaba riendo, mirando el suelo con aspecto nostálgico, el menor sin entenderlo movió su mano hacia adelante para amenazarlo.

─Eh, que no pienso hacerte daño ─dijo el hombre ─. El único poder que tengo son las alas, como tú... ¿Y tus alas?, ¡WOW! ─se movió más cerca, Jungkook volvió amenazarlo ─, ¡¿Cómo las has guardado?

─¡¿Por qué habría de decirtelo?!, lárgate.

─Chico, si puedes ocultar tus alas significa que yo también ─se señaló a si mismo ─. Yo no planeo hacerte daño, estoy solo, no soy letal. Por favor.

Jungkook detectó verdad en sus palabras, no sólo por la desesperación en ellas, sino por el brillo de sus ojos de esperanza y sus ruidosos pensamientos que revelaban lo impresionado que estaba con él y el "así podré ver a mi familia" que hizo su corazón estrujar, al punto en el que estaba sensible.

Power | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora