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─¿Estás loco? ─preguntó Jimin rápidamente al cerrar la puerta del auto.

Jungkook estaba girado hacia atrás, estirando el cinturón de seguridad mientras su mano acariciaba insistentemente al can acostado en la parte trasera del auto.

─¿De qué hablas? ─preguntó, sin mirarle y Jimin hizo ese sonido extraño, como si estuviera a punto de convertirse en un animal, un gruñido que les había sorprendido en su momento y ahora era normal. Le miró ─, ¿qué?

─¿Cómo se te ocurre decir "papi" enfrente de todos? ─comenzó a conducir, mirando hacia al frente, con sus cejas juntas.

Jungkook dejó de acariciar a Royer, sonrió por el contrario de Jimin y meneo sus dedos como si estuviera recitando un conjuro en dirección a Jimin. Se encontraba curioso, egocéntrico, energético, casi extasiado con la reacción que Jimin estaba teniendo.

─¿Qué de malo tiene, papi?

─¡Exactamente eso!, ese "papi" no era para tu papá. Solo le dices papá o padre, ellos saben que no dices papi. Se van a enterar que me dices así.

Jungkook rodó los ojos, sentándose bien y mirando hacia al frente.

─Estás siendo un exagerado, Jiminnie. No sé van a dar cuenta, quien sabe, tal vez ya saben que me la metes ─Jimin gruñó ─, bien, bien, que tenemos relaciones sexuales con brutalidad y mucho amor.

─¿Qué pasa contigo?, ¿es porque no pudiste dormir?

Jungkook se cruzó de brazos ─. No sé de qué estás hablando.

─Estas más cretino de lo normal.

El menor, ofendido por ello, golpeó el hombro de Jimin y éste comenzó a reír, quejándose con "estoy manejando, podemos morir". El castaño se acomodó en el asiento, mirando por su ventana.

─Que bipolar eres, Jiminnie. Primero me regañas, luego te quejas y ahora te ríes.

─No es bipolaridad. Es más que no puedo estar enojado contigo, eres mi debilidad.

Las mejillas del menor comenzaron a sentirse calientes y vio por el retrovisor que estaba sonrojadas, frotó su cara queriendo que pasara y su hyung no pudiera verlo. Movió su cabeza, su oreja sobre el reposacabezas del asiento copiloto; Jimin manejando lucia en completo control, serio y relajado a la vez, le gustaba esa imagen del cuerpo grande de su hyung, quería sentarse sobre sus piernas y no salir de sus brazos nunca.

─Te amo ─murmuró Jungkook.

El rostro de Jimin se llenó de brillo, Jungkook fue testigo de ello desde el exterior, observó como se formaba la sonrisa del mayor, sus ojos se achicaban, arrugas atractivas aparecían, lucia hermoso y tierno. Era perfecto.

─Te amo ─contestó él.

No tardaron mucho en llegar al estacionamiento de la preparatoria, Jungkook miró a su mascota, observó las ventanas del auto y junto sus labios, el cielo estaba bien, no había lluvia no nada por el estilo.

─Puedes quedarte afuera, Royer. Cuando salga estaremos aquí juntos, ¿de acuerdo?

El animal sacó la lengua, abriendo su hocico, el menor abrió la puerta trasera mientras Jimin sacaba el tazón que llevaban debajo del asiento cada que iba con ellos a la playa. Sirvieron un poco de agua y la dejaron abajo para que el can pudiera tomar.

─Tenemos que irnos, estará bien, no es la primera vez que nos espera afuera.

Jungkook asintió, acariciando el pelaje cafesito de su perro y se levantó tomando la mano de su novio para caminar rumbo a la escuela, sin apartar la mirada de su perro tomando agua. Hasta que este dejó el tazón para caminar hasta el pasto enfrente del auto y tirarse ahí. Jungkook orgulloso por haberlo entrenado bien sonrió y caminó con seguridad.

Power | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora