¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓

viii. the river in reverse

capítulo ocho: el río en reversa

Un establecido y elaborado desayuno se presentaba en el comedor de la casa de la plantación. Frente a frente se encontraban los únicos dos residentes restantes, Rebekah y Niklaus, más este último aún no había tomado asiento. Sobre la mesa se encontraban en grandes cantidades frutas y pasteles. Uno de los de servicio que resultó ser una mujer joven se encontraba de pie junto al Original, quien mordió la muñeca de la chica para colocar la misma sobre una copa dejando caer el líquido escarlata.

—¿Has hablado con nuestro amigo Marcel hoy? —habló el híbrido llamando la atención de Rebekah quien se había perdido en sus pensamientos. Niklaus, por su parte, se encontraba observando hasta donde iba a dejar la joven de servir de aquel delicioso elixir el cual los alimentaba.

—No. ¿Debería hacerlo? —interrogó. El Original escurrió la muñeca de la chica sobre el vaso antes de hablar. Por supuesto que se hallaba preocupado e incluso se podría decir que hasta el estres lo estaba carcomiendo desde adentro, sobre todo luego de los eventos sucedidos el día anterior.

—Ha estado misteriosamente silencioso —comentó —. Me ha estado evitando, se podría decir. Pensé que tal vez pudo haber susurrado razones en tu oído —dijo tomando asiento—. Junto con todas esas cursilerías vacías.

—Si lo veo, le preguntare si aún está enfadado contigo. —aseguró mientras llevaba a sus labios la taza de café que yacía en sus manos. Rebekah estaba demasiado tranquila, era tan grande la sensación que mostraba que a Niklaus le comenzaba a parecer molesto.

—Aún no sé porque esto me parece que su trabajo evitándome está relacionado con cierta bruja desaparecida —confesó mirando atento a su hermana notando como ella se encontraba callada al mismo tiempo que en la forma que lo miraba le decía muchas cosas por lo que suspiró antes de colocar ambos brazos sobre la mesa apoyados. 

—. Déjame darle voz a tu mirada —dijo en tono burlón. Quizás estaba siendo demasiado paranoico, pero no podían culparlo, la coincidencia en que Alexandra desapareciera la misma noche en la que Hayley lo hizo no le gustaba para nada —. Mi hermano noble y santo está retorciéndose en agonía en el Bayou, víctima de mordedura de mi hermano bastardo, cuando sólo una o dos gotas de su sangre facilitarían su dolor. —agudizó su voz llevando a la Original a apartar la taza de sus labios.

—Al contrario, Nik. Estoy tomándome un descanso mientras espero como Elijah vuelve sano y salvo. —comentó con tranquilidad lo que llevó al híbrido a abrir sus labios llevándolo a la interrupción. La vampiresa sabía que eso lo sacaba de sus casillas, más luego de lo hablado con Marcel el día anterior, tenía que seguir aparentando un poco más. Solo un poco más.

—¡Oh, venga Rebekah! —habló con cierto tono jocoso en su voz —. Has estado mirándome toda la mañana con esos ojos de diablo. Suéltalo.

—Tal vez me preocupa que si expreso mi opinión acerca de lo que hiciste con Elijah, termine en el lado equivocado de tus híbridos dientes tóxicos. —confeso lo que llevó a su hermano a negar con la cabeza. Niklaus quería creer en su hermana, y de alguna forma lo estaba haciendo, pero algo le decía que nada de eso estaba bien.