¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓

xvi. farewell to storyville

capítulo dieciséis: despedida a storyville

La cabaña del bosque, al borde de uno de los lagos que componía al Bayou, era a donde se habían dirigido. La sorpresa de encontrarse nuevamente con la mujer que desde niña había sido su guía. Era agradable, reconfortante verla. 

Sin embargo, la verdadera razón por la que se hallaban ahí era debido el nombre que habían pronunciado sus labios: Andrèa. 

Por supuesto, esta sorpresa se la llevó Hayley en sí debido a que nunca en su vida había visto a esa mujer, y ahora esta parecía tener conocimiento de su nombre real. La mujer lobo miró a los alrededores de la cabaña, por supuesto, estar ahí le traía malos recuerdos de los últimos días en donde parecía ahora que los eventos ocurridos la habían llevado a irrumpir en aquella propiedad con dueño.

Hayley no había aceptado sentarse a diferencia de Alexandra, quien se hallaba con las manos cruzadas sobre la mesa a la espera del té que la señora se hallaba preparando, la mujer lobo tenía los brazos cruzados sobre su pecho observando cada movimiento de la señora. Si algo había aprendido durante la convivencia con los Mikaelson era a no confiar en nadie.

La señora podía sentir como la tensión y el silencio se acumulaban en el ambiente. Alexandra observó como se daba vuelta con la tetera en mano para dirigirse hasta la mesa en donde dos tazas de cerámica vacías se encontraban. Sin embargo, Hayley no iba a seguir prolongando aquello.

—¿De que va todo esto? —interrogó observando a la señora con los brazos bajo su pecho. Tenía que conseguir respuestas o sus pensamientos la matarían siendo la primera vez que pronunciaba palabra desde la caminata que hubo hasta la cabaña —. No pretendo ser descortés pero tengo cosas más urgentes las cuales debo atender. Así que vamos al grano: ¿Cómo conoces ese nombre? —preguntó sin más rodeos. Alexandra aclaró su garganta mientras tomaba la taza de cerámica entre sus manos bebiendo un poco de la misma. Irhina podía notar la ansiedad de la mujer lobo mientras tomaba asiento frente a la bruja.

—No debe ser tan urgente si accediste a venir.

—¿Cómo sabías que era yo? —interrogó. Ella podía ver como la señora quería prolongar aquel encuentro, sin embargo, no era la intención de Hayley hacerlo. Ella tenía cosas por atender, un familia por la cual velar. La señora levantó un poco la comisura del lado izquierdo de su labio mientras se llevaba la taza hasta los mismos.

—Es imposible no reconocerte. Te pareces tanto a ella que cuando te vi pensé que estaba viendo un espejismo.—confesó. Bajó la taza, ambas pudieron notar la nostalgia en sus palabras—. Tienes los ojos de tu padre, pero el resto es de ella, de tu madre.