xi. après moi, le déluge

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capítulo once: después de mi, la tormenta

capítulo once: después de mi, la tormenta

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Los italianos los llaman strega . Los yoruba de África Occidental los llaman aje , que significa madre. De donde era mi madre los llamaban häxa , y aquí los llamamos brujas . A lo largo de los siglos, los vampiros los han luchado y peleado junto a ellos, acostados y quemarlos. Ya sean adversarios o aliados, han sido una fuerza a tener en cuenta. Su magia ancestral ancla esta ciudad.


El carbón gris estaba tan fuertemente presionado contra el pergamino que en algunos lugares el papel se veía roto. Los ojos de la mujer en el dibujo eran duros y malos, como si estuviera enojada con el mundo. En general, todo parecía negro, sombrío y desolado.

Inquietante.

—Así que estas premoniciones que has estado teniendo... —habló Alexandra atrayendo la atención de la joven Claire —¿Te han hecho dibujar a esta mujer? —pregunto. 

—Si —Davina cierra la puerta antes de colapsar en su cama —. Siempre me ha gustado dibujar, y es... como un instinto dibujarla.

—¿Pero nunca la has conocido? —reiteró.

Davina se rio poniendo los ojos en blanco. —Vamos, Alex. Celeste vivía alrededor del siglo dieciocho. ¿Cómo habría podido verla? 

Habían identificado a la mujer de los dibujos debido a que Elijah, después del escape de Davina, los analizó cayendo en cuenta de que la ilustración no se trataba de otra que el ex-amor de Elijah, Celeste DuBois. 

Alexandra se volvió hacia el dibujo, un siniestro vació se aferró a su estómago. En lo Sobrenatural, las cosas muertas tenían la extraña habilidad de no permanecer muertas. Además, el hecho de que Sophie justamente contactara a Hayley para que investigara el paradero de los restos de Celeste y que esto sucediese en unas pocas horas después, tenía que significar algo.

Celeste DuBois estaba muerta. Sophie buscó sus restos ayer. 

Pero, ¿por qué Davina la dibujaba ahora, décadas después?

La puerta cruje al abrirse y, por instinto, Alexandra miró al intruso. Davina había dejado bastante claro que no quería que nadie irrumpiera. Marcel sostenía la puerta con cansancio, una expresión de culpabilidad dominando sus rasgos. 

—Oye, Dav... —luego de agitar una mano en el aire, Marcel  fue arrojado violentamente, telequinéticamente, contra la pared —. Lo siento mucho, Davina, por Tim...

Gruñendo, la bruja Claire se enfrentó a él, la furia estaba más fresca que nunca. Dando un paso adelante, Alexandra coloco una mano sobre el hombro de Marcel empujándolo suavemente lejos de Davina con dirección hacia la puerta. 

—Creo que tienes que irte.

Algo se rompe en su resolución y de repente encierra una mano alrededor del cuello de Alexandra, golpeándola dolorosamente contra la pared. Davina gritó alarmada, Alexandra solo pudo estremecerse incómoda al recordar que Niklaus le había echo lo mismo hacía solo unas horas. Sin embargo, no se remueve, pues dominarlo no era un opción. 

¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora