xix. an unblinking death

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capítulo diecinueve: una muerte sin pestañear

capítulo diecinueve: una muerte sin pestañear

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La taza de cerámica se encontraba entre sus labios mientras desde la mesa que se hallaba bajo la ventana observaba como Eve ayudaba a Hayley a practicar las inhalaciones que tendrían lugar cuando la mujer lobo diera a luz. Por supuesto, Alexandra veía aquello con diversión debido a que Hayley estaba reacia a tener que dar a luz sin el efecto de ninguna droga, Eve negaba ante ello con una sonrisa.

—En la manada hemos tenido muchos partos desde antes de que ustedes nacieran —expuso. Hayley echó su cabeza hacía atrás. Ella no parecía querer ser parte de esa larga línea de mujeres —. Tranquila, todo va a salir bien. —aseguró. La mujer lobo miró a la bruja quien le hizo una mueca de afirmación. Faltaba tan poco, sin embargo, no podía esperar a ver a la nueva integrante de la familia.

Había pasado tan poco tiempo, pasando de no tener a nadie a tener a una hermana junto con una futura sobrina. Eso era un gran cambio. Alexandra sonrió con alegría mientras terminaba de beber de la taza.

—¿Y después de eso qué? —cuestionó. Alexandra la miró con el ceño fruncido —. Nunca tuve una madre —miró a la bruja brevemente para volver la mirada sobre Eve —. Menos ser una. —expuso. Ahí fue cuando la realidad le dio una bofetada en el rostro a la bruja, ciertamente se había enfocado durante todo ese tiempo en que aquello había sido doloroso para ella. Pero no se había puesto a pensar ni por un segundo lo mal que la estaba pasando Hayley, por lo menos ella tuvo a Mariane, pero la mujer lobo no tuvo a nadie.

Alexandra dejó la taza sobre la mesa. —Creo fervientemente que cuando llegue el momento sabrás que hacer —comentó. Hayley la miró, la bruja comenzaba a entender la insistencia de la mujer lobo en que ella conociera la historia de su familia, que se llevara bien con Irhina. Ella quería lo que nunca tuvo —. Y de igual forma, no estarás sola.

—Eso espero, porque no me imagino a Klaus cambiando pañales. Así que creo que estaré por mi cuenta. —manifestó. Alexandra sonrió ante el comentario e incluso soltó un poco de risa. Ella tampoco se lo imaginaba así, siendo un padre. Tragó grueso, ahí fue cuando cayó en cuenta de lo que había sucedido la noche anterior era más complicado de lo que había imaginado.

—De alguna manera dudo eso. —expresó. Eve la miraba con una sonrisa mientras que Hayley se apoyaba de sus rodillas. Por supuesto que sabía que contaba con su hermana, pero eso no dejaba de que el vació en su estomago se sintiera igual. No obstante, la figura del vampiro Original en la puerta llevó a las tres mujeres a mirar en su dirección. Oportuno, dirían algunos.

—Perdón por la interrupción —disculpó. Hayley sonrió levemente al verlo —. Me pregunto si puedo tener una rápida conversación con los conspiradores de una supuesta sublevación. —puntualizó. La mujer lobo miró a la bruja mientras esta última se colocaba de pie para ayudar a Hayley. Finalmente se sabía, Alexandra quiso que la tierra se la tragara en aquel momento, quizás se sintió tanto o más avergonzada que cuando reveló lo que contenía el diario de Elijah.

¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora