¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓

xxii. from a cradle to a grave

capítulo veintidós: desde la cuna a la tumba

Parte por parte descartaron cada lugar de la ciudad. No había rastros, ni siquiera una pista que les indicara donde podría estar. No obstante, eso no los detuvo, si Genevivé tenía a Hayley significaba que las brujas tenían un plan entre manos. A ninguno de los dos les extrañaba luego de lo sucedido la noche anterior con la última de las Ancianas que quedaba con vida.

Elijah Mikaelson perdió los estribos cuando llegaron al «Grey Garden» con la esperanza de encontrar un rastro, sin embargo, no fue así. Tiró al suelo unos tarros de vidrio que se encontraban en el mostrador espantando sin duda alguna a Alexandra, quien se hallaba revisando con obstinación cada parte de la tienda, la castaña saltó al escuchar el estruendo lo que la llevó a la salir hasta la parte de afuera encontrándose con el original peinando su cabello cuando este, por el arrebato, se movió del lugar. Tenía sus manos sobre su cabellera cuando notó como Alexandra alternaba la mirada entre los objetos rotos del suelo con su persona.

—Lo lamento. —excuso Elijah. Esa era la primera vez que ella lo veía de aquella manera, sin control alguno, pero era completamente entendible. Hayley estaba retenida por las brujas, Niklaus no parecía dar señal por ningún lugar, y los Guerrera habían tomado control de los anillos de luna. Realmente nada estaba saliendo como se había planeado por lo que la frustración era comprensible en ese momento.

—No tienes que disculparte, Elijah —tranquilizó. El noble la miró mientras colocaba una mano dentro de su pantalón de pinza mientras la otra la pasaba por su boca, en signo de pensamiento o hasta de relajación —. Entiendo perfectamente como te sientes —reconfortó. Él la miró para luego asentir con lentitud —. También la quiero de vuelta —Dio unos cuantos pasos en su dirección —. La recuperaremos, lo prometo. —aseguró. Le regaló una sonrisa para cuando él asintió mirándola a los ojos.

—Hemos ido a los lugares posibles —recordó —. A pesar de que no pudimos entrar al Lafayette, por fuera no se veía ni se escuchaba nada fuera de lo normal —agregó. La mujer asintió, ese había sido el primer lugar que teorizaron más como las brujas lo prometieron. Ningún otro ser que no se tratase de una bruja podría entrar, siendo el Original quien comprobó eso cuando lo intentó —. Esta tienda era el último recurso descabellado. —Alexandra asintió al respecto. Era completamente cierto lo que decía, sin embargo, sus oídos captaron varias campanadas lo cual le dieron una hipótesis remota.

—La iglesia —nombró. Él la miró con atención —. No hemos ido a la Iglesia. Recuerdo haber escuchado una historia sobre un joven seminarista que se suicidó ahí. Debido a eso el lugar se convirtió en un ancla de poder. —explicó con brevedad y rapidez. Elijah no tardó en comprender, para cuando las campanadas se escucharon una vez más. Si Genevivé querría algo con Hayley, no la llevaría lugar más evidente, siendo aquel edificio el segundo lugar más cercano a una fuente de poder para las brujas. El vampiro se aproximó a la mujer deprisa para seguido tomar su brazo, en un pestañeo se hallaban frente a la Iglesia. Ambos se miraron de vuelta después de que observaron el edificio, era imponente, no sabían si era por la sensación que transmitía la noche o los sucesos que habían presenciado. Pero aquel lugar no les daba ningún buen presentimiento.