¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓

ix. cage of a bird

capítulo nueve: jaula de un pájaro

Confinamiento. 

Era la única palabra que encontraba para el hecho de que estuviese encerrada en aquella habitación. Ciertamente había sido a voluntad propia, pero eso no quitaba el hecho de que se hallaba recluida, tomó una inhalación con fuerza antes de alejarse del balcón que daba hacía las calles. Quizás su nueva prisión tenía una mejor vista, pero no por eso dejaba de ser una prisión.

Aún su mente repasaba los hechos de esa mañana, como Hayley se había encerrado en su dormitorio sin querer mediar palabra con nadie después de lo anunciado por el Original, quien básicamente les daba permiso a los vampiros en cazar a los lobos que aún residían en el Bayou. A lo que Alexandra comprendió porque la mujer lobo actuaba de esa manera, era de su familia de quien hablaban, era otra cosa que comenzaba a envidiar de Hayley. No solo tenía una familia, tenía dos. Ella quería reir, nunca se había sentido así en todos sus años de vida.

La pantalla del celular que reposaba sobre una de las mesas que estaban en su campo de visión la obligó a apartar aquellos pensamientos para saber de quien se trataba. Al ver el mensaje rodó los ojos, por supuesto que luego de todos los eventos ella vendría a buscarla. No esperaba menos.

Necesitamos hablar. Cementerio Laffayette. 
—Sophie
Hace 1 min

Alexandra observó el mensaje por unos largos segundos, quería responder más no sabía exactamente como replicar a aquella petición. ¿Negarse? Esa era una de las posibilidades más la voz que mantenía dentro de su cabeza la comenzó a atormentar, a pesar de todo lo vivido con los Deveraux, ellos fueron los únicos que estuvieron ahí cuando ella lo necesito o por lo menos hasta que pudieron. De igual manera, ella necesitaba cerrar ese ciclo con ellos para poder avanzar, y si encontrarse con Sophie Deveraux era la forma. Tenía que aceptarlo.

—¿Ocupada? —interrogó la voz del híbrido lo que la sobresaltó un poco. Se tenía que acostumbrar a esas visitas sorpresas, después de todo, no se veía que pronto iba a poder irse de ahí. Alexandra, con el celular entre sus manos, se volteó a verlo.

—No. —negó mientras tragó. Niklaus asumió sus nervios al reciente sobresalto —¿En qué puedo ayudarte? —interrogó, quizás viendose muy dispuesta a ser voluntaria para cualquier plan que tendría el híbrido. Demasiado. Por lo que extrañó al híbrido más lo dejó pasar por alto, últimamente se hallaba demasiado paranoico, pero nadie podía culparlo después de lo sucedido.

—Necesitaré de tu asistencia, una vez más —contestó lo que llevó a la bruja a tomar una gran inhalación antes de colocar el celular en su bolsillo trasero. Quizás eso la ayudaría a colocarse en el buen lado del Original, así se ganaría el pase de salida, aunque fuera solo para ir a ver a Sophie —. Davina Claire parece responder muy bien a ti. —recordó lo dicho por el mismo Elijah, aunque en ese momento no quería pensar en el traicionero de su hermano.